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Actualizaciones en lo que va del tiempo:

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viernes, 31 de octubre de 2008

Ayer se festejó un triunfo electoral • O algo más que eso, según cómo se mire • Mi generación es, en cierto sentido, "hija de la democracia" y por eso en aquel domingo 30 de octubre hay cierto "punctum" indescriptible, que motiva esta semblanza


Era domingo. Nosotros todavía vivíamos en la idílica casa de Barrio Marina, aunque faltaba poco para dejarla, y su decadencia (y la de la economía familiar) era más que visible. Por esos días mi padre, historiador al fin, había usado un aparato "última generación", un radiograbador (que yo usé hasta fines de los '80 para cargar los casetes de juegos en la TK 90, graduando los agudos y los graves para que los ruiditos de programación entraran en los 64 K de memoria de modo correcto), para registrar el último discurso de Luder y el de Alfonsín. La diferencia entre ambos era, entonces y ahora, notable. Incluso para un niño, muy niño, avispado y quizás maduro, pero niño al fin. Lito (que así llamaban a quien no sólo me dio la vida, sino -fundamentalmente- buena parte del modo de verla, aunque yo le salí un poquito más zurdito, y no sólo por la mano que uso para buena parte de lo que la uso), había intuido, la noche del acto de su partido, que la quema del cajón era una provocación gratuita y tal vez, fatal. No lo aceptaría en público, pero Alfonsín decía más cosas de las que él quería escuchar, aunque todavía estaba preso de la disciplina partidaria y su verticalidad.

Mi madre siempre fue más ecléctica, más pequeñoburguesa, menos fundamentalista o -lo que sería lo mismo- más pragmática. No obstante, ambos eran, en ese entonces, "peronistas", algo que implicaba el haber estado camino a Ezeiza con un bebé a cuestas, haber votado a Cámpora sólo porque era la huella del Viejo, luego sufragar por Él (así, con mayúsculas), bancar a su inútil viuda (como si el halo de haber dormido con Perón la hubiera dotado de "peronismo"), y finalmente hacer la vista gorda cuando la muerte dijo que venía a construir vida. El '83 los encontró, creo, en el medio de la resolución de una crisis, en el sentido de que habían comprendido, allá por 1978 o 1979, que los milicos no venían a ordenar la "patria peronista" sino a entregar la patria, a secas. Malvinas incluidas.

Hubo algo en esa campaña electoral que recuerdo como "efervescencia": en la escuela te hablaban de política, los alumnos les preguntábamos a las maestras a quién iban a votar y ellas lo decían, explicaban por qué: la calle era pegatina, militancia, debate. El Ríver-Boca (en que nuestra historia política siempre transcurrió) se olfateaba por todas partes.

En esa época no había encuestas, ni internet. Los resultados electorales llegaban vía telegrama, a cuentagotas. A la noche (recuerdo que la casa estaba a oscuras) mis viejos escuchaban, con ese radiograbador con que habían registrado la historia, el final de la misma. Cierto fanatismo, cierta "infalibilidad" del peronismo (que cuando no estuvo proscripto ganó las elecciones), habrían amasado en mis padres la idea de que la victoria estaría asegurada. Recuerdo el silencio en el barrio (medio-pelo, pero no alfonsinista: "Barrio Marina" había sido un barrio construido cincuenta años antes por, precisamente, "marinos"; en ese entonces quedaban algunos viejitos y sus hijos y sus nietos, pero obviamente no habrían votado por el Alfonsín que ya anunciaba el eslogan de juicio y castigo)

La radio lo anunció, y de alguna forma anticipaba también un futuro que más o menos conocemos: el pacto sindical-militar (Lorenzo a la cabeza, CGT Brasil a los veinte) no prosperó; Luder perdió y Alfonsín juzgó, pero después se cagó en las patas (obediencia debida + punto final) con las asonadas que de algún modo "olían" a peronismo (Seineldín y Rico se reivindicaban, entonces, como peronistas); Patilla llegó por izquierda y aplicó por derecha el antiguo pacto completito (indulto pa' todo el mundo + mimos con Isaac Rojas + economia "neo-joe"); el gran fraude prometió y reventó por su propia (i)lógica; y finalmente "el aparato" del PJ bonaerense logró asaltar el país, hasta hoy.

De esa noche, la del 30 de diciembre de 1983, me queda una imagen: mis viejos lloraban. En la superficie, creía entender por qué: habían perdido, su colectivo no había ganado la presidencia y Alfonsín, que básicamente era un chanta, gobernaría (o intentaría gobernar: la latencia de un golpe siguió unos años más) la patria peronista, con discurso peronista, pregonando una vez más su "tercer movimiento histórico" que sintetizaba al peronismo y al radicalismo.

El lunes 31 de diciembre de 1983, en un acto patriótico, mi viejo decidió afiliarse al PJ. Pero se desafilió en 1989, después que "uno del palo" le cagó irremediablemente el voto y la que sería, a la postre, la última esperanza que tuvo de ver el país gobernado por el "peronismo de Perón".

Lo mejor siempre es tomarse un tiempito para pensar • Estas son las reflexiones que me surgen sobre un tema que nos involucra, aunque falte mucho para jubilarnos (por desgracia) • Como siempre, nadie tiene por qué estar de acuerdo, pero si no lo están, ¡contesten!


Un poquito de historia, como siempre

Antes de implementarse cualquier sistema de pensión o retiro (jubilación), cada quien ahorraba para su vejez lo que hubiera podido ir sustrayendo de su salario. En esa utopía libremercardista, obviamente la capacidad de ahorro la tenía quien obtuvo los mejores sueldos, seguramente el que tenía per se un mejor pasar en la vida y, por ende, quien unía ese "ahorro" a un pequeño capital, una fortuna preexistente. El que ganaba chirolas, que ya no alcanzaban para manutenerse en cada jornada o quincena, no se aseguraba ningún tipo de sostén para su vejez, cuando el cuerpo ya no puede ofrecer la fuerza para el trabajo. Ahí entonces era cuando asumían su sostén los hijos, o las entidades de beneficencia, prestándole o regalándole su supervivencia.


En algún momento, se entendió que es un derecho inalienable e irrenunciable de toda persona su seguro para la vejez, siguiendo el razonamiento de que si esa persona fue fuerza productiva para la sociedad durante treinta o cuarenta años, es lógico que la sociedad se haga cargo de los últimos años de esa persona, cuando ya no puede producir. El retiro o jubilación, además, permite dinamizar el mercado laboral, en tanto los puestos de trabajo se liberan y se ofrecen a las nuevas generaciones.

Finalmente (no hace falta que digamos qué hijo de puta lo hizo, sí "M. lo hizo", hace una década), se regresó a un sistema parecido al de principios de siglo XX, en el cual el que podía aportó parte del excedente de su salario a una "cuenta propia" en una Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), mientras que quien quedó en el "sistema de reparto", por obligación o no, siguió aportando a un fondo que sostuvo las jubilaciones de todos/as.

En la práctica, en el sistema estatal quedaron los salarios más bajos, para sostener las jubilaciones más bajas (mejor dicho: al aportarse menos, se repartió menos), mientras que la masa salarial más alta (y que por lo tanto, hubiera aportado más), quedó en un "ahorro" personal y heredable, una "propiedad privada". El sistema de reparto, formado por los aportes de quienes estamos en ese sistema, sostiene no sólo las jubilaciones de los "jubilados de derecho", sino de los jubilados "de hecho", es decir, de aquellos que habiendo aportado en algún momento y/o teniendo la edad (siendo viejos, digámoslo con todas las letras), no llegaron a cumplir los requisitos (y esto, obviamente, no porque quisieron, sino porque desde la década del '70 a la fecha las políticas económicas apuntaron a empobrecer cada vez más al pobre, y enriquecer cada vez más al rico) Y el sistema de reparto no sólo financia a los anteriores, sino a la masa de "nuevos jubilados" del sistema de capitalización a quienes, por sus pocos años de aporte en este sistema (y la rapiña que las AFJP les realizaron), el Estado debió subsidiar para que cobraran, al menos, el monto jubilatorio mínimo.

En el medio, las cajas de jubilación, que hace cincuenta años eran por "rubro", "rama", o "sector" de la economía (no eran, específicamente, estatales, en una lógica que privilegiaba los estándares salariales de cada una de estas actividades), fueron cooptadas por el Tesoro Nacional, fueron saqueadas, vaciadas, desviadas, etc. Sería interesante saber quiénes realizaron estas "medidas de gobierno", pero no sería de extrañar que, por ejemplo, el "joven" Alsogaray ministro de los '60 haya sido uno de los que contribuyó a que se desvirtuara el sentido solidario y social de los aportes jubilatorios, para terminar en los '90 defenestrando este sistema y proponiendo el "panaceático" sistema de capitalización.

Es cierto, el asalto a la cosa pública incluyó el vaciamiento de las cajas; no menos cierto es que la administración de estos fondos por parte de entidades privadas (ligadas a bancos o grupos financieros) también implicó un desvío cuantioso camuflado en comisiones y gastos operativos. En definitiva, algo es claro: el que tiene no se preocupa demasiado por qué tendrá en su vejez, y el que no tiene seguirá sin tener, esté donde esté.


La situación actual

Este gobierno, que de "izquierda" sólo tiene la entrada de la Casa Rosada, propone ahora recuperar la administración de los fondos, mediante un exiguo proyecto de ley que dice, más o menos, "les sacamos la guita a las AFJP y la administamos nosotros". Fundamentos de estricta justicia, como aquella vez con "el campo", se confunden con coyuntura y oportunismo.

Es cierto que el año que viene hará falta "caja" porque es electoral; el cierto que la crisis mundial perforará las cuentas fiscales; es cierto que son todos chorros (todos: AFJP, los de antes, los de ahora). Es cierto que los pollos cada vez tienen menos sabor a pollo y que los tomates peritas "larga vida" duran más en la heladera. Es cierto todo lo que digamos con las anteojeras del día a día, desde el puro placer del balbucear retahílas vacías de política.

Los únicos argumentos que circulan fuertemente en contra de este proyecto afirman, precisamente, esto: la "poca letra" del proyecto, la sospechosa urgencia en su tratamiento y el inefable "son todos ladrones" de la gordita mesiánica. Nada de ello hace al fondo de la cuestión, es decir, qué sistema social urdimos, de modo de que entre todos nos hagamos cargo de todos. Como diría una gran amiga: los jóvenes que educamos hoy son los que nos cuidarán en el futuro en el geriátrico y, mutatis mutandi, son los que nos pagarán la jubilación, así como ahora se la pagamos nosotros a nuestros viejos, esos que (mal o bien) nos precedieron en la historia de este país.

Para que la relación aportes de activos / jubilaciones rinda, es necesario, más o menos, que por cada cuatro personas en actividad haya una sola retirada. Con el alargamiento en la expectativa de vida, con la desmantelación y precarización del trabajo, con el negreo actual, etc., el sistema de reparto no fue ni será perfecto. Pero al menos, ética y filosóficamente, será acertado, si queremos pensar en un país más justo. Y si es que alguien roba, desvía, corrompe, es sencillo: habrá que hacer juicios populares y paredón, de una puta buena vez.

jueves, 30 de octubre de 2008

Otro aporte de Dani de Turdera • Si bien no conozco la escuela, ni trabajé nunca allí, todo alumno de una escuela pública podría ser (en definitiva, ES) alumno nuestro • Es una mail que envió una docente sobre la condena mediática que recibió uno de sus alumnos por el asesinato de Barrenechea


Brian, condena mediática antes del juicio, por villero

(AW) Brian está acusado del asesinato del ingeniero Barrenechea. Brian es un alumno de la ESB N º 141 de La Matanza. Los medios del poder y la campaña fascista sedienta de sangre pobre ya lo condenaron. Nelly Edith Baldano docente de la escuela difundió un correo en donde, consternada, defiende a su alumno y explica que el único delito de Brian es el de vivir en una villa, ser pobre, y tener la piel no tan blanca. "Si a Barrenechea lo mató la sensación de inseguridad, a Brian lo está matando el sistema punitivo" sintetiza con justeza Nelly en su mensaje.


Buenos Aires, 24 de octubre de 2008.-

Brian es un alumno de la ESB N º 141 de La Matanza que funciona en el edificio de la EPB N º 162.

Yo trabajo en esa escuela y lo conozco tanto a él como a sus hermanos.

Como docentes del establecimiento estamos dolidos por su detención porque lo conocemos lo bastante como para no creer en la veracidad de esta imputación, y como para salir a brindar un testimonio positivo sobre todo lo que un docente puede apreciar durante los años de haber compartido una parte considerable de sus días.

El único fin de este e mail es dar a conocer la otra cara de esta situación para que la justicia trabaje, al menos una vez, en serio, que evite arruinar la vida de un menor innecesariamente, y que no se realicen mas detenciones al voleo porque de eso nuestro país ya tuvo bastante.

Si a Barrenechea lo mató la sensación de inseguridad, a Brian lo está matando el sistema punitivo.

Cuando la brecha entre la justicia y la injusticia se reduce a una cuestión semántica

A través de un largo tiempo de estudios superiores en cuestiones criminales he podido observar que el sistema punitivo, con una frecuencia del todo lamentable, echa manos a recursos non sanctos para sostener una apariencia de justicia.

Es así que cuando ocurre algún crimen sangriento que impulsa a la protesta social, el sistema punitivo, ante los clamores de justicia, sale a buscar a un asesino. Y en este buscar a un asesino es donde subyace la cuestión semántica.

Lo que exigimos, como pueblo, a nuestros gobernantes es que se encuentre al asesino. Sin embargo, el sistema, presionado por los medios de comunicación, lo resuelve encontrando "a un asesino", y no "al asesino".

Es claro que ante una mirada superficial y genérica de la cuestión, este detalle aparece imperceptible. Pero si se profundiza, es sencillamente aterrador.

Así es que, en los últimos días, a causa del asesinato del ingeniero Barrenechea, y la consecuente presión popular y mediática, el Estado se hizo presente, allanó el barrio "Puerta de Hierro", y se llevó "a un asesino".

No puedo explicar mi consternación, y la de otros compañeros docentes, al enterarnos que "el asesino", como han dado en llamarlo los medios (ignorando la cuota semántica), es un alumno de nuestra escuela, y hermano de otros alumnos de nuestra escuela. Un alumno inteligente, capaz, eficiente, confiable, que no ha exteriorizado ni más ni menos problemas de conducta que las travesuras propias y generales de su edad. Un alumno que ha transcurrido su historia educativa en un establecimiento y del cual los docentes tenemos un excelente concepto.

No existen palabras para expresar nuestra indignación y tristeza, porque no desconocemos como funcionan los sistemas en nuestro país, y porque sabemos que Brian goza de los atributos necesarios para ser estigmatizado, porque vive en una villa, porque es pobre, porque su piel no es tan blanca. Y porque sabemos que nadie está supervisando las pericias que posiblemente sirvieran para incriminarlo porque la familia no dispone de los medios económicos necesarios.

Y más aún. Esta acusación absurda no podrá ser sostenida eternamente, pero si se la puede entretener durante los tres o cuatro años necesarios para llegar al juicio oral. Y entonces, del mismo modo que cuando dijeron que se llevaron al asesino, en realidad se llevaron a un niño al que etiquetaron como asesino, nos devolverán a la sociedad, un Brain que ya no será el Brian que se llevaron y que nunca jamás podrá volver a resolver los problemas y superar los obstáculos con su amplia sonrisa y su mirada franca.

Desde cualquier postura, sea garantista, abolicionista, o represiva, todos coincidimos en que debe detenerse al asesino y no inventar un asesino para calmar clamores. Porque si a Barrenechea lo mató la sensación de inseguridad, a Brian lo convirtió en asesino la justicia.

Es mi deseo que nuestro sistema punitivo se ilumine, disponga la inmediata libertad de Brian, y comience a trabajar con seriedad y responsabilidad de una vez por todas.


Dra. Nelly Edith Baldano
Docente EGB 162 La Matanza
Abogada CAM to VII fo 80- CPACF to 41 fo 738
Licenciada en Sociología
Posgr: Especialista en Investigación Científica del Delito
Drando en Derecho Penal y Criminología

martes, 28 de octubre de 2008

Tantos avisos parroquiales de terceros... y esta vez me toca a mí :s • Copio y pego tal cual me llegó • Si alguien desea un ejemplar del libro, que deje quién es, mail o contacto, y arreglamos • 15 pesito' un libro de poesía... es una bicoca! (y de paso, colaboran con un ignoto pseudo-poeta... eso de que recibir el primer premio no está condicionado por la edición cooperativa, debe de ser un lindo verso)




Ediciones Baobab Argentina


Estimado/a: Autor /a

Felicitaciones por haber sido seleccionado con MENCIÓN DE HONOR en el 14º Concurso NACIONAL DE POESIA Y CUENTO RIO DE LA PLATA 2008 que ha contado con una participación de 523 autores.

En primer lugar lo invitamos al acto de entrega de premios y menciones que se realizará el
Sábado 8 de Noviembre en el Teatro de la Mascara - Piedras 736 - Cap. Fed. a las 15 hs.
Le recordamos que los primeros premios se encuentran entre los mejores 50 autores que como usted, obtuvieron una mención. El jurado mantiene esta información en reserva y solo la difundirá en el acto publico luego de entregadas todas las Menciones.

Le solicitamos confirmar y responder este mail para enviarle las invitaciones respectivas, los títulos seleccionados y mayor información.

INVITACION para integrar el 14º Torrente Nacional Río de la Plata 2008
Todos los autores con Mención de honor están invitados a participar en forma cooperativa con las obras seleccionadas, en la decimocuarta edición (14º) Torrente Nacional de poesía y cuento 2008.
Se realizará una edición de 1500 libros.
El ingreso es opcional y cooperativo y conlleva el objetivo de difundir y brindar futuros servicios editoriales, apoyo institucional y créditos a los participantes que de esta manera invierten en la editorial.
Si Ud. está de acuerdo en incluir sus obras, elija su opción de pagos y cantidad de libros que requiere, enviando la solicitud de publicación firmada junto con el giro postal por correo o personalmente en la sede de la editorial. Si abona en un solo pago hasta el 6 de Noviembre obtiene un 15% de descuento. Después de esta fecha regirán los importes que figuran en la solicitud y tiene tiempo para incluirlas hasta el día 15 de Noviembre de 2008.

CRONOGRAMA DE ENTREGA DE LIBROS Y FORMAS DE PAGO: Las obras seleccionadas entrarán en imprenta, previa prueba de galera revisada por cada autor, los Libros estarán impresos y a disposición de los escritores desde el 22 de Diciembre de 2008.

CONSIDERACIONES SOBRE EL PRIMER PREMIO:
EDICIÓN gratuita de 500 LIBROS para cada género hasta 64 pág. y $250 en efectivo
Considerando que el 1º, 2º y 3º Premio surge de entre los mejores seleccionados, el jurado lo mantiene en reserva y solo lo dará a conocer el día 8 de Noviembre de 2008.

NOTA: La propuesta de integrar el Torrente Nacional ayuda a difundir a los escritores inéditos y nos permite gestionar el siguiente concurso, pero de ninguna manera condiciona para recibir los respectivos primeros premios del concurso.

jueves, 23 de octubre de 2008

A Silvia, alter ego

Y cuando el alma está sola, llena de plenitud,
cuando lo que falta no es lo que hubo sino
lo que nunca estuvo,
cuando los ojos estallan porque miran la vida y no pueden creer
que todo esto ocurriera aquí afuera,
luego de tantos años, tantas lágrimas,
cuando el cuerpo se estremece simplemente con una respiración,
un murmurar lejano antes ensordecido,
una ensoñación ficticia,
un disfrutar el momento, ah disfrutar el momento,
apenas eso (simplemente eso)
–diría un amigo: un estar bien cogido–
cuando la noche ritma cascabeles diurnos,
y cuando las mañanas,
las mañanas son una expectativa del día,
y no un esperar rutinariamente la noche,
transcurrir las horas todas idénticas,
cuando el alma está sola, sí, sola pero plena,
entonces la vida está llena de vida y
la felicidad ahí cerca,
más cerca que antes,
menos lejos que siempre,
más adentro de uno mismo,
propiamente nuestra, sin pedir permiso,
calor en el cuerpo que revive el pasado,
que lleva al futuro,
sangre de la sangre en las venas,
pues de eso se tratan los días:
revivir las mitologías en la dicha cotidiana,
trastocar el pecado,
concebir que el paraíso está en la otra esquina:
más acá de donde nos habíamos abandonado.

martes, 21 de octubre de 2008

Uniendo de aquí y allá, armé esto • Si hay interesados/as, que lo aprovechen • Y si hay preguntas, ¡que las escriban en los comentarios!


¿Por qué la semiótica?

Primer acto: una persona ve una escalera en la vereda, y la rodea para no pasar debajo de ella. Segundo acto: esa misma persona ve un "morochito", vestido así, onda "pibe chorro" (trae en el bolsillo interior de su campera un libro de Foucault, pero eso no se ve) y nuestra persona se cruza, porque supone será asaltado. Tercer acto: esa persona llega al edificio donde vive un amigo/a y en lugar de golpear las manos, llamar en el vidrio de la puerta, gritar el nombre de su amigo/a, toca un botoncito de metal, de la fila "9", columna "C". ¿Cómo se llama la obra?: LA MENTE SEMIÓSICA.

Complejicemos nuestro juego. Hemos titulado esto aprovechando el intertexto con el tango “Cambalache”, y es probable que todos/as reconozcan estos “ecos”, este involucrarse de los enunciados. ¿Puro azar de la memoria? ¿Cómo comprendemos, y por lo tanto, cómo actuamos?


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domingo, 19 de octubre de 2008

Un visionario y conspicuo ladrón afirmaba hace unos años que estábamos en el Primer Mundo y, créase o no, en la actual coyuntura podríamos decir que es cierto: tenemos más husos horarios que el imperio, donde sólo se cuenta la "hora del este" y la "hora del oeste"; aquí, además, tenemos nuestra hora del sur. Por esto, no es asombroso que el capital haya decidido protegernos: somos el norte, de repente.

También tenemos más lealtad, si ésta se parametrizara por manifestaciones y actos: todos leales, pero por su lado; leales a un gran meganegocio, que podría resumirse en "quiero forrarme, síganme forros". En esta parafernalia de misas laicas y arcaicas, el lobo disfrazado de cordero avisa que descubrió al lobo en el gallinero, mientras el neogoebbeliano órgano de difusión comenta cómo el mundo se divierte con nuestras penurias al contar las chirolas. La que no cuenta las chirolas, evidentemente, es cierta culpable sin condena, que acumula el arte que compró con treinta dinares de los de ahora. Y que hace unos años, también celebraba su lealtad. A sí misma, como todos ellos.

sábado, 18 de octubre de 2008

Los planteos de Roland Barthes respecto de la relación entre la imagen y el texto verbal, y en particular acerca del cine, implican siempre la preeminencia, tácita o expresa, de lo lingüístico • Analizado en términos de historia/discurso, el cine es un relato y, como tal, interesa cómo se narran sus acciones • De este modo se confirmaría su carácter preeminentemente verbal • Pero es posible considerar un nivel de articulación de la imagen con la palabra, no ya en función del relato en sí, sino de los sentidos que en ese relato se construyen




INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se abordará desde una perspectiva semiológica la película La Naranja Mecánica, de Stanley Kubrick (1971) . Esto implica un estudio de dicho material como unidad significativa, constituido por niveles de análisis integrados que revelen el funcionamiento de los elementos constituyentes de cada nivel.

Para realizar dicho análisis, se tomará en cuenta no sólo el aspecto verbal de la película, ya que, dada su naturaleza audiovisual, el mensaje verbal se interrelaciona (de modos diversos) con materiales pertenecientes a otros códigos no verbales, tales como la iluminación, la fotografía, el montaje, la ambientación y el decorado, entre otros, es decir, con códigos de naturaleza visual.

¿Te interesa? ¿Querés leerlo completo? Acá está

Una especie de supuesto apriorístico indicaría que, en su etapa "de juventud", un escritor que pugna por establecerse como tal y por lo tanto, disputa en el campo intelectual con sus precedesores, es mucho más "osado", "revolucionario", "experimental", que en su época "adulta", cuando en cierto sentido se "adecenta", abandona esa experimentación en pos de su propio "estilo" y se reubica en el "clasicismo". Cualquier crítico hará uso de las categorías "juventud"/"adultez" más o menos con estos sentidos, que incluso pueden intuirse en las formulaciones de, por ej. I. Tinianiov acerca de la evolución literaria. En nuestro país, numerosos escritores confirmarían tal preconcepto: Borges, Lugones, Bernárdez, etc.

Oliverio Girondo, sin embargo, traza un recorrido inverso o, mejor dicho, profundiza en su etapa "adulta" el programa estético a que adhirió en su "juventud". Si comparamos Calcomanías o Veinte poemas para ser leídos en el tranvía con En la masmédula, veremos que en aquellos, iniciáticos, la preocupación pasaba por la plasticidad de la lengua, por reformular su capacidad representativa, mientras que en éste (del cual extraje "Mi lumía"), Oliverio trabaja directamente sobre el material verbal mismo.

El formalismo ruso distinguió entre el lenguaje cotidiano y el lenguaje poético, los cuales -siendo el mismo código o sistema verbal- se reconocen por la capacidad de (des)automatización. El lenguaje automático, propio de la comunicación cotidiana, es espontáneo, inmeditato, y busca transmitir eficazmente un contenido específico. Desautomatizar el lenguaje implica poner en funcionamiento procedimientos de ruptura, usos nuevos, originales: provocar el extrañamiento (ostranenie) a partir del lenguaje.

En "Mi lumía" no hay "lenguaje", en el sentido de una lengua que vehiculice un contenido comunicativo. Hay, no obstante, sentidos, trazados aquí y allá con restos de ese lenguaje automático al que denominamos "idioma español", pero completamente descentrados, revertidos: recreados. No obstante, podemos reconocer en este poema una "gramática", es decir, una organización de los signos de ese nuevo "lenguaje" que la poesía crea en el mismo momento en que se enuncia, y muchas de las reglas de esta gramática se corresponden con los rasgos formales de la gramática del español, aunque aplicadas en otras direcciones.

¿De qué habla esta poesía? ¿Cuál es su "tema" y por lo tanto, su "contenido"? Sea cual fuere, está relacionado con LU, signo al que podríamos considerar "pronominal", en tanto (según nos enseñó la preclara Ana Barrenechea) es un útil lingüístico sin contenido denotativo, que se irá llenando de significado a partir de los enunciados y/o la enunciación. Sabemos, desde el título, que LU (así, con mayúsculas en el primer verso: realce a partir de lo gráfico) rige el femenino, marca que aparece en el posesivo "mía". El título espeja lo que el poema desarrollará: Mi + LU + mía es la síntesis del comienzo y el final del poema («Mi LU»/«lumía») En el medio, en el poema en sí, se ha provocado la fusión de las dos palabras ("mi" y "lu"), la consustanciación de esa posesión y de ese pronombre de significación ocasional marcado en femenino.

¿A qué sentidos va asociándose este signo LU? A lo largo de la poesía, se utilizan dos procedimientos:
• la analogía y los paralelismos: al designar a aquello que se construye como "mi lu", toda vez que aparece el posesivo, el "sintagma nominal" a que ese posesivo acompaña queda ligado a LU (así, por ejemplo, LU es o se puede definir como «lubidulia»)
• la inserción: la partícula "pronominal" LU se integra a otras piezas léxicas, conformando una nueva palabra (por ejemplo, «enLUcielabisma»)

Asimismo, el lector está obligado a fragmentar, disociar y reconstruir, como en un rompecabezas, las integraciones y asociaciones que el yo lírico ha realizado. Esto implica:
• aplicar reglas morfológicas que reconozcan temas, afijos, etc., y los recombine en función de los nuevos sentidos ( por ejemplo, «enlucielabisma» podría ser descompuesto: en-, prefijo que se utiliza para indicar algo así como 'repliegue sobre sí mismo'; LU, la inserción pronominal; ciela podría ser considerada la base léxica; abisma podría ser o bien otra base léxica en composición, o bien un sufijo verbal que indica tercera persona, en cuyo caso interpretaríamos la palabra total como parasintética; en cualquiera de los dos casos, el lector debió deconstruir, a partir de los fragmentos léxicos, un sentido parecido a 'LU repliega en el cielo abismado' al yo lírico)
• reconocer nuevos sentidos léxicos en el lexicon de esta poesía, a partir de lo anterior o de las piezas léxicas que se determinan mutuamente (como en el caso de «golocidalove», en donde sería posible establecer, por un lado, una especie de apócope de golosina, unido a un particular tipo de aféresis de homicida (o quizás golo + sufijo -cida) y la evidente love inglesa: dulzura muerte y amor)
• interpretar los eventos, es decir, los estados, acciones y procesos (verbales) que determinan la estructura temático-argumentativas de las oraciones (los verbos, formados por los procedimientos anteriores y cuyo
agente es LU, afectan al yo lírico, sea como beneficiario o como paciente) En este caso, queda sin poder ser reconstruido qué es lo que «nirvana», en tanto «el suyo» es el agente de este evento, cuya referencia masculina no puede ser repuesta anafóricamente, aunque puede ser interpretado como "un algo de ella". No obstante, y dado que el suyo me nirvana con, es decir, la enumeración indica los instrumentos, entre los cuales se cuenta sus decúbitos, y dado que "decúbito" es una posición corporal, bien podría interpretarse que el suyo es su cuerpo, o quizás cierta parte de él.

Amén de lo anterior, toda la poesía articula erotismo y amor, en un juego en el cual la combinación de versos largos y cortos, y las connotaciones erótico-sexuales (venusafrodea, semen, etc.) van provocando una especie de vaivén, de espasmos que, desde esta perspectiva, asumen en la forma de la poesía, los contenidos erótico-amatorios que ella misma construye.


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Mi Lumía
Oliverio Girondo


Mi LU
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía.

(De: En la masmédula, 1954)

viernes, 17 de octubre de 2008

Va de regalo, y al mismo precio



El placer travestido

En nuestros tiempos, todo apunta al placer, a la industrialización del disfrute, al Eros capitalista, travestido, deformado. Su contrapartida, el dolor, es lo genuinamente humano, el Thanatos inexpugnable: no hay mercancías dolorosas y, en cuanto existen, producen placer. En un mundo que vende gato por liebre, consumo como anestesia, ¿qué es consumir? Hipócritamente, vendemos y cobramos por CAJA 1 y nos asombramos de que se venda tanto, en la CAJA 2 del mismo megabazar. Somos un cúmulo esencial de dolores individuales, que busca disfrazarse en sonrisas impostadas.

Una persona que vivió el dolor, la tragedia, necesita lucrar con él, y sabe que miles de compradores compulsivos están dispuestos a despojar de materialidad su recuerdo, para convertirla en artículo de consumo, marca de sufrimiento ajeno: signos de lo otro. Discriminar alivia: da placer: mercancías fáciles de comprar y vender manufacturadas al por mayor en la industria de la palabra. Jodida especie humana que tuvo la puta buena suerte de contar con el lenguaje para colonizar el globo, el mismo lenguaje que usa para el vasallaje de sí misma y para autodestruirse en cinco minutos. O en cuatro Vélez, uno de estos días.

Hey! Said my name is called disturbance
I'll shout and scream, I'll kill the king...
M. Jagger / K. Richards

A Lucas, no sé por qué



Somos la generación “deme y me voy”,
somos el apenas molesto,
mi timidez y buen gusto, ay,
alcanzan para el momento.
Entro a las cinco a eme
al boliche, y entro puesto:
no busco contacto,
qué es eso,
busco un motivo para estar vivo,
cuando apenas me sostengo.
Quien me convide las drogas será amigo,
y quien no se cope será: eso,
yo y mi cara de estatua griega valen
lo que valga el momento,
sorteos que no tienen en cuenta
mi vida y el sufrimiento,
mis ojos llenos de ojos
fríos en el pavimento.

Mis abuelos mataron a un rey:
apenas si busco matar mi cerebro.

jueves, 16 de octubre de 2008

Jere y sus figuritas:





















Jere y sus ojos:



















Jere y sus amores:

jueves, 9 de octubre de 2008

El derrotero estético (otra cosa es el político) de Lugones marca, en buena medida, las posibilidades e imposibilidades del canon poético argentino a principios del siglo XX: siendo "lo nuevo" el modernismo rubendariano, el joven Lugones adscribió a él con Las montañas del oro (1897) para coronar esta etapa con Los crepúsculos del jardín (1905), libro que abrevó en la versión decadentista de este movimiento literario. Para esta época, Lugones ya era reconocido y saludado por la generación de escritores anterior, y es aquí donde decide redoblar la apuesta: Lunario sentimental (1909) es el siguiente libro que, visto desde nuestra perspectiva, abrió las puertas a la literatura que luego vendría y, en particular, a Borges (como éste mismo le reconociera a Lugones, en el prólogo a El hacedor): un libro que no se deja clasificar (incluye poesías, relatos, teatro); que incorpora lo chabacano, el feísmo como material; que neologiza y barbariza; para estupor de los académicos; y que experimenta salirse del corsé de la métrica, y extrema la rima como recurso. Ni el mismo Rubén Darío se animó a tanto, ni antes ni después, y sólo la generación literaria siguiente (el grupo Martín Fierro, básicamente) podría avanzar desde donde Lugones dejó la experimentación. Los libros que siguen encauzan, desde el canon, los límites del modernismo, ya reciclado en sencillismo, hasta terminar en el clasicismo de los Romances del Río Seco (1938), en una especie de contraprograma conservador frente a las afrentas ultraístas porteñas (de las que el "parnaso satírico" de Martín Fierro son solo una pequeña muestra).

La poesía que sigue pertenece a El libro de los paisajes (1917), obra que actúa como intercesión entre la etapa modernista-costumbrista y la clásica-conservadora del final de Lugones. En "Salmo pluvial" está presente el vigor poético lugoniano, que conjuga la maestría léxica con la precisión del detalle y el virtuosismo técnico-retórico.

"Salmo pluvial" es la descripción dinámica de una tormenta en la pampa. Ese es el asunto, que aparece tanto en la "anécdota", en el contenido del poema, como en su forma. La profusión de sinestesias y aliteraciones van construyendo, desde los sentidos, los diferentes estados de la tormenta, así como la distribución de los aspectos verbales van marcando la definición/indefinición del proceso, hasta llegar a la "plenitud", cuando las oraciones unimembres presentan un puro transcurrir, un éxtasis sin evento verbal. Para ello, en la "calma" las cosas han estado reacomodándose, los estados se subyugan mutuamente, y esto queda reflejado en la métrica de los alejandrinos compuestos, en los cuales cada hemistiquio esdrújulo se complementa con el agudo siguiente (produciendo, en el ritmo, un vaivén en el que lo que "empuja" o "sobresale" aquí es "empujado" o "falta" allí)

Si todo esto te resultó maravillosamente difícil de entender, podríamos armar un día algún canal IRC y chateamos sobre métrica ;)



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Leopoldo Lugones
Salmo Pluvial



Tormenta

Érase una caverna de agua sombría el cielo;
el trueno, a la distancia, radaba su peñón;
y una remota brisa de conturbado vuelo,
se acidulaba en tenue frescura de limón.

Como caliente polen exhaló el campo seco
un relente de trébol lo que empezó a llover.
Bajo la lenta sombra, colgada en denso fleco,
se vio el caudal con vívidos azules florecer.

Una fulmínea verga rompió el aire al soslayo;
sobre la tierra atónita cruzó un pavor mortal;
y el firmamento entero se derrumbó en un rayo,
como un inmenso techo de hierro y de cristal.


Lluvia

Y un mimbreral vibrante fue el chubasco resuelto
que plantaba sus líquidas varillas al trasluz,
o en pajonales de agua se espesaba revuelto,
descerrajando al paso su pródigo arcabuz.

Saltó la alegre lluvia por taludes y cauces,
descolgó del tejado sonoro caracol;
y luego, allá a lo lejos, se desnudó en los sauces,
transparente y dorada bajo un rayo de sol.


Calma

Delicia de los árboles que abrevó el aguacero.
Delicia de los gárrulos raudales en desliz.
Cristalina delicia del trino del jilguero.
Delicia serenísima de la tarde feliz.


Plenitud

El cerro azul estaba fragante de romero,
y en los profundos campos silbaba la perdiz.

Copio y pego • Por si alguien no lo recuerda, Marina Cortés es Jefa de Trabajos Prácticos de los Talleres de Lectura y Escritura de la materia Semiología en el CBC de la UBA (Sede Avellaneda) • Y una persona entrañable a la que me gusta decir que la cuento como amiga



PRESENTACIÓN DEL LIBRO:

Ensayo y Error
El ensayo en el taller de escritura


Autores: Fernanda Cano. Marina Cortés. Carla Ornani. Pablo Katchadjian. Beatriz Masine. José L. Petris. Jacobo Setton
Editorial Eudeba


Viernes 17 de Octubre a las 20hs.
Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales
Sede Parque Centenario. Ramos Mejía 841. Capital

lunes, 6 de octubre de 2008

Hilos de agua en la vereda de tus ojos celestes
y una media luna grandota bien blanca y enfrente
que cubre todo el camino, al oeste.

Una despedida, un beso, una noche de eterno “hasta luego”,
un no querer dejarte, antiquísimos miedos,
y regresar feliz: un nacimiento.

Noches repetidas y únicas de palabras y hechizos,
escarceos impávidos y cortejos furtivos:
esta vez seremos tres, contando al otro conmigo.

Y seré nuevo en el agua nueva; un pasado en el futuro,
recorridos que terminan más allá de tus brazos, tus suburbios,
mi yo en mis cabales, e inéditos errores para intrépidos mundos:
una media luna en la noche y al oeste, marcándome el rumbo.

Balada para un loco

Seguimos tangueros • Revisando cosas viejas, me reencontré con la letra de "Balada para un loco" • Como me gusta, la copio y pego


Balada para un loco
Letra: Horacio Ferrer
Música: Astor Piazzolla
Año: 1968

(Recitado)
Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese "qué sé yo", ¿viste?
Salís de tu casa, por Arenales; lo de siempre, en la calle y en vos...
Cuando de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo...
Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizón en el viaje a Venus:
medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel
y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.
¡Te reís...! Pero sólo vos me ves, porque los maniquíes me guiñan,
los semáforos me dan tres luces celestes
y las naranjas del frutero de esquina me tiran azahares...
¡Vení...!
Que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte,
te regalo una banderita y te digo:

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao…
¿No ves que va la luna rodando por Callao,
que un coro de astronautas y niños, con un vals,
me bailan alrededor? ¡Bailá, vení! ¡Volá!
Yo sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión,
y a vos te vi tan triste... ¡Vení, volá! ¡Sentí!
¡Loco, loco, loco...!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco, loco, loco..!
Como un acróbata demente saltaré
sobre el abismo de tu escote, hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad.
¡Ya vas a ver!

(Recitado)
Salgamos a volar, querida mía;
subíte a mi ilusión supersport
y vamos a correr por las cornisas
con una golondrina en el motor,
De Vieytes nos aplauden: ¡viva, viva!
los locos que inventaron el amor,
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador...
Nos sale a saludar la gente linda;
y un loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!,
provoco campanarios con la risa
y al fin te miro y canto a media voz:

Queréme así piantao, piantao, piantao...
Abríte los amores, que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá! ¡Vení! ¡Tralalalarará....!
¡Viva, viva, viva...!
¡Loca ella y loco yo..!
¡Locos, locos, locos...!
¡Loca ella y loco yo...!

Hace unos años, preparé estos papelitos para los alumnos/as de ese entonces • Quizás a alguien le sirva, y por eso lo regalo acá • Es un análisis de la letra del tango “Nostalgias”, de Enrique Cadícamo (1936) en el marco de la lingüística de la enunciación, que es muy pero muy interesante como metodología



El siguiente trabajo es una guía que intenta al mismo tiempo presentar un modelo de análisis que aborde un discurso concreto, en este caso la letra del tango “Nostalgias”, de Enrique Cadícamo (1936) en el marco de la lingüística de la enunciación, y al mismo tiempo, oriente a los alumnos de la cátedra respecto de las habilidades y operaciones que deben ser realizadas en la tarea de análisis. Para ello, como en todo trabajo monográfico, se hará primero una breve introducción que explicite el marco teórico, los conceptos implicados, etc., para posteriormente presentar el análisis en sí junto con las pautas y sugerencias para su elaboración.


1. Introducción

El objetivo central de la perspectiva teórica de la lingüística de la enunciación es el de construir, a partir los rasgos formales de la lengua, una hipótesis acerca del marco enunciativo del discurso, tomando en consi-deración, para ello, que dichos rasgos formales consti-tuyen huellas mediante las cuales un sujeto empírico se construye a sí mismo, a su alocutario y a ciertos terce-ros en el discurso.

¿Te interesa? ¿Querés leerlo completo y/o afanarlo? Clic acá

sábado, 4 de octubre de 2008

Me los mandó hace mucho Carolina Madoery




Divina TV führer

Clarín informa que es transparente y justo, pero no dice que Castelnuovo ha tenido que ceder a perpetuidad los derechos de su cuento, para ser publicado en cualquier medio y/o formato existente o por existir, a cambio de un par de botellitas de vino y un viaje a Mendoza. Lo importante es la fotito del momento. Mientras el premiado se clava los tintachos, una ignota señorita dice que se va a fumar a Kurt Cobain, algo que luego del aspirado que se mandó el gran Keef suena a fantochada.

¿Todo esto es parte del "arte"? La "cultura" está tinellizada, postmodernizada. Hasta las culturas de las minorías, antes combativas y militantes, están fatalmente atravesadas por la tele. De otro modo no se comprenderían tantas huevadas presentadas como "intervenciones". Bastardeo de las palabras mediante, la revolución está maquillándose para no parecer cadáver, entre tanto muerto que se está pasando de vivo.

Otra vez "el campo" • A río revuelto, ganancia de pescadores... perdón, agricultores • El cierre de un ciclo del capitalismo global y el asalto campestre


Ya sé que hablamos muchísimas veces sobre esto. Pero es inagotable, parece. Resulta que ahora, cuando en la Bolsa de Chicago la cotización de las materias primas está cayendo, nuestros abnegados y patriotas agricultores, pobres en la indigencia absoluta, deciden hacer paro y desabastecimiento aquí, a miles de kilómetros de distancia, porque el negocio no es rentable. Con la misma reciprocidad, podrían haber realizado hace mucho tiempo un soberano paro, porque no es "rentable" vivir en África, ni es "rentable" comer allí; o, a la inversa, podría haberse establecido un desabastecimiento de alimentos en Chicago, cuando aquí, en los '90, o 2002, o ahora incluso, tantos miles de ciudadanos no accedían ni acceden a la renta que los productores intentan retener y engordar, como a sus vacas.

La pregunta de fondo sería: ¿cuándo, a partir de qué criterios se decide la legitimidad de un paro? Docentes, médicos, etc., no pueden parar sin que se considere que están perjudicando un "servicio esencial". ¿Qué más esencial que la alimentación? ¿Qué instancia puede declarar "ilegal" este paro de los dueños de la tierra y convocar a las partes a dialogar? ¿Qué partes dialogarían: quién es "patrón" y quién "empleado" acá? Sin ir más lejos, la Provincia de Buenos Aires y Buenos Aires S. A., han decidido que, debido a los paros docentes de los últimos tiempos, se extienda el ciclo lectivo una o dos semanas, partiendo del pueril supuesto de que la simple presencia de un docente y treinta o cuarenta alumnos garantiza los aprendizajes, y que los paros lesionan irremediblemente la supuesta "continuidad" necesaria para ello. En cambio, la "discontinuidad" de comer, comer salteado, comer cuando se pueda, (comer aliementos que nutran), parece no responder a la misma lógica y, por lo tanto, a las mismas consecuencias para aquellos que paran.

"Estar con el campo" o "no estar con el campo" son posturas huecas, acríticas, si no se considera qué se disputa, si sólo se piensa en "no quiero que el Estado se meta en el bolsillo de los trabajadores". El Estado es la red estructural que de uno u otro modo nos regula, mal o bien. Si no estamos de acuerdo con esto, pues disolvamos el Estado pero, como se ve, no hay relación causal entre la medida del "campo" y la justificación. Por otra parte, jamás este Estado se propuso firmemente "meter la mano en el bolsillo", sino apenas un tímido dedito, y no en el de trabajadores, puesto que estamos hablando de la renta del que posee la tierra, no del peón que trabaja, realmente explotado, en condiciones infrahumanas, en esas hectáreas. Finalmente, no es cierto que esas mismas personas que creen que el Estado debe ser prescindente lo afirmen en todas las situaciones: sos los/las mismos/as que reclaman más seguridad, por ejemplo. ¿Y con qué se financiaría esa seguridad, si no es con ingresos que provienen de impuestos? Paradójicamente,
ahora resulta que es loable el hecho de que el Estado intervenga en el mercado, es beneficioso el keynesianismo, como forma de sostener el capitalismo y de "socializar" las pérdidas, luego de que muchos/as vivos/as privatizaron cuantiosísimas ganancias.

"Que dejen de robar y que hagan" (contraparte del "roban pero hacen"), implica, como enunciación, la urgente y necesaria intervención de todos/as nosotros/as para, por ejemplo, dejar de votar a los mismos/as, siempre. O para promover asambleas ciudadanas, o para constituir juicios populares, o lo que fuera. Pero no invalida el rol del Estado tal como lo bosquejamos arriba. Afirmaciones como las anteriores sólo marcan la necesidad de cambiar, de meter nuestras manitas impolutas en medio de la mierda, bien hasta el fondo, hasta tapar con un buen corcho el agujero que nos viene cagando desde hace muchísimo tiempo. Mirando las cosas por la tele, o peor, mirando por TV a Tinelli porque "no miro el noticiero, es un bajón", no lograremos absolutamente nada. O lograremos más de lo mismo. Es decir, conseguiremos que desabastecer de alimentos, provocar la suba de precios, etc., en un contexto en que todo indica que habrá recesión, (o que se va a ir la supuesta "bonanza económica" al carajo), pase ante los ojos ingenuos como una medida de estricta justicia. Si me hacen cómplice de sus (supuestas) pérdidas, pues entonces quiero participar de sus ganancias. Y para eso, justamente, el "paro" lo tendríamos que hacer nosotros, los que no participamos de ellas. No los vivos de siempre.

jueves, 2 de octubre de 2008

Muchas veces, se considera que en el pasaje de un texto literario a un filme sólo operan modificaciones de forma, que tienen que ver con las especificidades discursivas de uno u otro lenguaje • En este trabajo analizaremos las transformaciones operadas en el cuento “El perjurio de la nieve”, de Adolfo Bioy Casares, en el cual se basó la película “El crimen de Oribe”, dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, e intentaremos demostrar que estas transformaciones se relacionan no tanto con las restricciones del lenguaje cinematográfico en sí, sino en las condiciones de recepción de uno y otro discurso, en particular restricciones genéricas.


Ubiquémonos en los ’40, por un instante, y participemos de ese público de clase media incipiente que accedía al, sin lugar a dudas, masivo y espectacular cinematógrafo, a ver una nueva cinta. Supongamos, además, que seríamos parte –dentro de ese público– de un segmento interno: aquél que lee, y lee autores argentinos “jóvenes”. Supongámonos además asiduos de Sur, y conocedores privilegiados de géneros nuevos para otros: el policial, el fantástico; nuevos en la medida que están cobrando impulso de la mano de noveles escritores: Borges, Bioy. Este último nos concedió cierta emoción de literatura propia, con La invención de Morel, y eso nos llevó a seguir sus libros, y por esta razón nos hemos deleitado con la lectura de El perjurio de la nieve . Estamos en 1950 y vamos al cine: Torre Nilsson y El crimen de Oribe . Entramos esperando dilucidar cómo hace este director para filmar semejante cuento. Salimos desilusionados y volvemos a nuestro actual presente.

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