Algún día voy a dejar atada a la vera del camino mi compulsión: el permanente autodestruirme buscando las repeticiones imposibles que conducen siempre al mismo otro lado; el callar, cuando debiera soltar las palabras para que de una buena vez construyan mariposas en el cuerpo; y el proteger de mí mismo a los demás, en contra de mí mismo. Algún día aprenderé a elegir; a mentir; a gritar; a no llorar anticipadamente las despedidas (ni tampoco después); a no esperar en vano y a no santificar las fiestas. Algún día llegaré a olvidarte –también.
Hoy no.
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