Sé que es cursi, que está quemada por tanta declamación, que no deben rimarse verboides, que hoy por hoy no es esto una poesía, que ahora se apunta al microrrelato, a las pequeñas pasiones detrás de la cotidianeidad concreta, y todas esas peroratas... • ¡A dar por culo! • Esta es, fue y será una poesía vital.
Ponete esto para escuchar mientras leés:
Dolor
Alfonsina Storni
Quisiera esta tarde divina de octubre
Pasear por la orilla lejana del mar;
Que la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordarCon las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;
Ver cómo se rompen las olas azules
Contra los granitos y no parpadear;
Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;
Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;
Ver que se adelanta, la garganta al aire,
El hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
Perderla y que nunca la vuelva a encontrar;
Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar.
De: Ocre, 1925
(Tomada de: Poesías completas; Buenos Aires: Galerna. 1994)
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