Las lenguas,
las lenguas se enroscan y besan: develan.
Un hilo que queda
en tu cuello, tus dientes, tus labios,
te desnuda, como deshojándote;
caen de nuestros cuerpos las ropas,
mientras los dedos juegan
y hurgan, acarician, perdonan, alteran;
somos un vértigo de movimientos en los labios;
tu piel está brillante, entregada:
susurra al oído conjuros eléctricos; recorro
lentamente tus pechos: la noche es nuestro tiempo:
absorbo tus sabores en comunión con tu cuerpo
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