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domingo, 16 de marzo de 2008
Luis Palau en Argentina, lock out del campo y otras trampas del discurso
Publicado por Esteban Cid a las 14:52Piquetazo y festivalazo • Tractorazo y paro • Profesionalidad y servicios públicos • Adhesiones y rechazos • Cómo se informa, cómo concebimos
Hechos de esta semana: (1) un tal Luis Palau se reunió con su feligresía en una ceremonia religiosa sobre la Nueve de Julio; (2) el campo (una categoría por demás difícil, que se contrapone tramposamente a la ciudad y que remite en el análisis, como mínimo, al siglo XIX) se rebeló y está llevando adelante un lock out -con cortes de varias rutas incluidos- que era, en principio, por dos días (aunque ahora se extiende hasta el miércoles y así se engancha con los cuatro días en que los seguidores de Cristo vuelven a verlo morir y resucitar, cíclicamente); (3) el gerente general de Ciudad Autónoma de Buenos Aires S. A., Mauricio, pergeña cómo será la nueva fuerza de seguridad del holding que está fundando.
Hechos correlativos que vienen a la mente: (1) Un papamóvil que cortó toda, toda, toda la Avenida Rivadavia, en 1982 y 1987; Soda en recital gratuito, circa 1990 (el primer recital al que asistí en mi vida), en la misma 9 de Julio, en la misma zona; Julio Bocca hace poco; (2) cartoneros vapuleados, decomisados, cagados a palos, hace una semana, por "ocupar el espacio público" en territorio perteneciente a la nueva empresa porteña y por instrucción del mamarracho-doble-apellido que hace de gerente operativo; (3) represión brutal, en un contexto social que literalmente mató de hambre a miles de argentinos: Kosteki y Santillán, Margarita Belén, 19 y 20 de diciembre de 2001, por citar sólo tres de los cuantiosísimas manifestaciones de otro plan sistemático, ahora con visos de legalidad; (4) salarios estatales diezmados, escuelas (porteñas pero también bonaerenses, entrerrianas, salteñas: argentinas) que se caen con mirarlas con los ojos fijos y llorosos, hospitales ídem, universidades ídem.
Siempre el discurso: ningunear desde la palabra que nombra y rotula. Se lo llamó festival, algo lindante, digamos, a una kermés. Se pretendió buscar la locura, el porro y el escabio, los micros y el chori. TVR ironizó en este sentido, mostrando entre risas las hordas que cantaban canciones de raíz futbolera, pero dirigidas a su divinidad (como si no pudieran resultar igual de hilarantes, descomunales o extrañas, costumbres tales como usar kipá). Se lo llamó piquete celestial (Página/12), negocio de la fe, etc. Comparto bastante del análisis de Washington Uranga en Página/12 de la edición de hoy, aunque generalizo argumentos allí vertidos a todas y cada una de las religiones. Salvo que medie como razón última el hecho insondable de que Dios sea excluyentemente católico y, por lo tanto, un argumento fáctico, nada justificaría mi recuerdo de haber sido obligado por el colegio corazonista (al que asistí en mi niñez), y por mi familia, a ver pasar un señor viejito investido de los símbolos de poder, y lleno materialmente de él, y hacer flamear una banderita blanca y amarilla, al coro de "Graaaaaacias Juaaan Paaaaaablo, / bienvenidoooaa nuestro hogar. / Dios te bendiiiga / mensajero de la paaaaaz / Tooooooda la paaatria reeeenacerááááááááá / Argentiiina, Argentiiina junto a ti siempre estarááá" (me estoy asombrando ahora mismo de recordar todavía este cántico, en letra, modulación y música, que tiene 20 o 25 años: tan fuerte es la propaganda, y tan eficaz en las plásticas mentes infantiles; también me sorprende la implacabilidad de la Historia, que viene a demostrar que dos décadas después, Argentina no renació con la visita del prelado, y nos permite vislumbrar las falacias de las promesas acerca del otro renacimiento o resurrección); esa vez no hubo chori y vino, al menos en mi ser-niño, pero hubo control de asistencia por parte de la maestra, maternal imposición previa y feliz, fervorosa y satisfactoria sonrisa posterior, que son otras formas de pago, quizás más cooptativas que las del tetra + micro. No hubo quejas acerca del tránsito, claro está, en principio porque no existía el parque automotor de hoy en día y además, y fundamentalmente, porque siempre hubo por estas tierras ese despectivo desprecio que las mayorías sienten por las minorías, por la simple imposición del número, tal como explícitamente argumenta un encumbrado periodista de Clarín en un análisis que se publica hoy. Que la Santa Iglesia está y ha estado del lado de los poderosos es hecho harto sabido, y en esa carrera le lleva más de un milenio de ventaja a cualquiera de las ramas protestantes que surgieron a partir del siglo XV, doce siglos después de que el cristianismo católico fuera la voz oficial del Imperio Romano. Para la Iglesia (Católica Romana) hay verdades irrefutables, tales como la inmaculada concepción de María, la existencia de Dios que es Uno y Trino a la vez, o que el sol gira alrededor de la tierra. Si algo de esto no fuera así, se toma, digamos, quinientos años en repensarlo y admitirlo. Sin embargo, la misma Iglesia dogmática ofrece como materia para el debate, para la discusión ("eso no es así", "eso es materia de interpretación", etc.) el incontrastable hecho de que avaló, participó, bendijo, sostuvo, regímenes tanto o más atroces que el de Bush, desde los comienzos de su historia. Pero claro, la paja en el ojo ajeno es una prescripción evangélica...
No encuentro otro argumento que el de la intolerancia para injustificar la realización del encuentro de fe en la avenida Nueve de Julio, eso que los mismos que lo defenestraron, han llamado festival. Lo homologaron a la apropiación del espacio público para la lucha y la protesta, cuando es evidente que el primero anestesia lo que el otro subleva. Palabras que naturalizan y materializan ideología. En la misma semana trajo consigo el tractorazo del campo.
Los sufijos a veces son nocionales, y entonces por ejemplo pueden marcar aumento de tamaño pleno (silla/sillón), aunque la mayoría de las veces son apreciativos, subjetivos, y entonces cuelan entre supuestas nociones objetivas, cargas valorativas (ideológicas) diversas. El sufijo -azo, que nocionalmente indicaría golpe (como en martillazo), se puede trastocar a shock y, de allí puede llegar al signo ideológico conmoción social (Cordobazo, cacerolazo, etc.) Un tractorazo no es un masivo golpe con tractores pero tampoco, obviamente, es un simple corte de rutas, una simple apropiación del espacio público para la lucha y la protesta. La gente como uno no hace esas cosas; los negros, en cambio, sí. Los mismos negros que no trabajan porque no quieren no son lo mismo que los ganaderos que cortan las rutas porque el gobierno aumentó las retenciones a la exportación de la soja (aclaración obvia: un ganadero cría vacas, animalitos, y un sojero cultiva soja, semillitas) Voces probas editorializaron en el día de la fecha que esto es entendible y justificable, porque los ganaderos salen en defensa de sus vecinos del campo, por aquello del hoy vienen por él, mañana por mí. Intachable argumento de solidaridad social que olvidan cuando la cuestión es que una agrupación de trabajadores desocupados corta una calle porque los trabajadores ocupados de una fábrica tienen tal o cual disputa.
Hagamos un pequeño rodeo, pequeñito. Supongamos que yo hago, fabrico, manufacturo pochoclos, y los vendo en Recoleta. A buen precio, claro está, porque los recoletos habitantes de esa zona no malgastan su tiempo en aprender a hacer, ni en hacer, la golosina. Están para otra cosa, y su tiempo se cuenta en miles de pesos. No saben, no pueden o no quieren hacer pochoclo, y para eso me tienen a mí, y me pagan para eso. Yo, entonces, elaboro pochoclo, el que a su vez a mis cinco hijos les encanta. Con lo que les cobro a los de Recoleta, me alcanzaría, me podría alcanzar para regalarles a mis hijos la cantidad necesaria, para ofrecer a los hijos de mis vecinos el pochoclo a un precio social determinado, y el excedente, vendido a valores que mis vecinos ricos de Recoleta pueden tranquilamente pagar, lo comercio allá. Cambiemos el ejemplo. Yo fabrico vacas. Mis vecinos ricos, por ejemplo, europeos, pagan bien por mis vacas. No saben, no quieren, no pueden fabricarlas ellos, al menos, no con la misma calidad. Con lo que pagan me alcanzaría, me debería de alcanzar para regalar vacas entre los míos, venderles a mis vecinos próximos y tan pobres como yo a precios subsidiados y el excedente, comerciarlo en el norte. ¿Reforma agraria? No, no, no es para tanto: la reforma agraria es un concepto que implica más cosas, más de raíz. Lo mío es una modesta picardía de comerciante. El mundo no funciona de ese modo, podrían decirme un convicto en libertad como Martínez de Hoz, un Cavallo, un Lousteau. Seguro, les digo. Ese mundo no funciona de ese modo, porque funciona según las reglas de sus dueños, mis vecinos del norte. En mi mundo las reglas son así como lo digo. Vamos a ver quién tiene las vacas, quién tiene la guita y quién tiene el hambre. Las retenciones tienen algo que ver con todo esto, pero algo muy tangencial y desvirtuado. Pero son mejor que la nada, son mejor que vender todo el pochoclo a precios exorbitantes y hacer la gran diferencia, mientras mis hijos y mis vecinos se cagan de angustia.
El campo tiene derecho a un lock out (que es algo muy distinto del paro) y a la solidaridad basada en el bolsillo (propio), vehiculizados en un tractorazo (que es muy distinto de un piquete o incluso un piquetazo) Tiene derecho, sencillamente, por el uso de la fuerza y por la circulación elaborada de signos ideológicos que legitiman o deslegitiman, según quién tenga la sartén por el mango, o los huevos fritos y re podridos...
Hechos correlativos que vienen a la mente: (1) Un papamóvil que cortó toda, toda, toda la Avenida Rivadavia, en 1982 y 1987; Soda en recital gratuito, circa 1990 (el primer recital al que asistí en mi vida), en la misma 9 de Julio, en la misma zona; Julio Bocca hace poco; (2) cartoneros vapuleados, decomisados, cagados a palos, hace una semana, por "ocupar el espacio público" en territorio perteneciente a la nueva empresa porteña y por instrucción del mamarracho-doble-apellido que hace de gerente operativo; (3) represión brutal, en un contexto social que literalmente mató de hambre a miles de argentinos: Kosteki y Santillán, Margarita Belén, 19 y 20 de diciembre de 2001, por citar sólo tres de los cuantiosísimas manifestaciones de otro plan sistemático, ahora con visos de legalidad; (4) salarios estatales diezmados, escuelas (porteñas pero también bonaerenses, entrerrianas, salteñas: argentinas) que se caen con mirarlas con los ojos fijos y llorosos, hospitales ídem, universidades ídem.
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Un tal Brigitte Bardot
Esta semana, un corrillo de opiniones, de a pie y de las institucionales, defenestró, abjuró y/o alabó la presencia de Luis Palau, un líder religioso dentro del Evangelismo, cuya categoría y jerarquía desconozco supinamente. La cuestión de la polémica se centró, fundamentalmente, en que se le autorizara la realización de una ceremonia -que supongo ritual en su fe-, en medio de la avenida Nueve de Julio, a la vera del Obelisco, que como un falo bendito habrá alabado también, quizás, a Dios su Señor. Fue curioso escuchar o leer estas opiniones, y las actitudes de los comunicadores, por caso, de Eduardito "el Goebbels argento" Feinmann, en C5N, a quien lo enganché pisando las imágenes en vivo de este acto, en entrevista a no sé qué pastor evangélico: las preguntas eran desde una estudidada "ignorancia tolerante", una especie de curiosidad de niño ante un androide bueno, siempre dejando en claro su profesión de fe y, de paso, preguntando cosas que lavaran la imagen de la religión que estaba pagando el larguísimo spot informativo-publicitario (spot que, acabo de escuchar hace un ratito en la radio, no se garpó el sábado, porque los asistentes fueron muchos menos de los que se esperaban y porque, dado que no daba mostrar que no convocaban, lo mejor era ahorrarse esos productos del medieval diezmo). La parafernalia bienpensante y progresista destacó, en contraposición, los vínculos de Palau con lo más rancio del averno capitalista en la Tierra (por ejemplo el alcohólico -¿en recuperación?- Bush y su no menos sulfúrico papi), aprovechó para pegarle al bosterito capo dil tutti li capi y remarcar que éste tejió alianzas evangélicas en épocas de campañas y necesidad de fondos (recordemos que desde siempre la Bombonera ha sido el espacio de muchas de estas ceremonias), las que, ahora, estaría retribuyendo. Cuestiones como la contradicción entre la custodia férrea del espacio público y la celeridad en la autorización de este acto, que implicó la apropiación de ese mismo espacio en días de semana y en horas pico, fueron las delicias y las comidillas de estos opinadores.Siempre el discurso: ningunear desde la palabra que nombra y rotula. Se lo llamó festival, algo lindante, digamos, a una kermés. Se pretendió buscar la locura, el porro y el escabio, los micros y el chori. TVR ironizó en este sentido, mostrando entre risas las hordas que cantaban canciones de raíz futbolera, pero dirigidas a su divinidad (como si no pudieran resultar igual de hilarantes, descomunales o extrañas, costumbres tales como usar kipá). Se lo llamó piquete celestial (Página/12), negocio de la fe, etc. Comparto bastante del análisis de Washington Uranga en Página/12 de la edición de hoy, aunque generalizo argumentos allí vertidos a todas y cada una de las religiones. Salvo que medie como razón última el hecho insondable de que Dios sea excluyentemente católico y, por lo tanto, un argumento fáctico, nada justificaría mi recuerdo de haber sido obligado por el colegio corazonista (al que asistí en mi niñez), y por mi familia, a ver pasar un señor viejito investido de los símbolos de poder, y lleno materialmente de él, y hacer flamear una banderita blanca y amarilla, al coro de "Graaaaaacias Juaaan Paaaaaablo, / bienvenidoooaa nuestro hogar. / Dios te bendiiiga / mensajero de la paaaaaz / Tooooooda la paaatria reeeenacerááááááááá / Argentiiina, Argentiiina junto a ti siempre estarááá" (me estoy asombrando ahora mismo de recordar todavía este cántico, en letra, modulación y música, que tiene 20 o 25 años: tan fuerte es la propaganda, y tan eficaz en las plásticas mentes infantiles; también me sorprende la implacabilidad de la Historia, que viene a demostrar que dos décadas después, Argentina no renació con la visita del prelado, y nos permite vislumbrar las falacias de las promesas acerca del otro renacimiento o resurrección); esa vez no hubo chori y vino, al menos en mi ser-niño, pero hubo control de asistencia por parte de la maestra, maternal imposición previa y feliz, fervorosa y satisfactoria sonrisa posterior, que son otras formas de pago, quizás más cooptativas que las del tetra + micro. No hubo quejas acerca del tránsito, claro está, en principio porque no existía el parque automotor de hoy en día y además, y fundamentalmente, porque siempre hubo por estas tierras ese despectivo desprecio que las mayorías sienten por las minorías, por la simple imposición del número, tal como explícitamente argumenta un encumbrado periodista de Clarín en un análisis que se publica hoy. Que la Santa Iglesia está y ha estado del lado de los poderosos es hecho harto sabido, y en esa carrera le lleva más de un milenio de ventaja a cualquiera de las ramas protestantes que surgieron a partir del siglo XV, doce siglos después de que el cristianismo católico fuera la voz oficial del Imperio Romano. Para la Iglesia (Católica Romana) hay verdades irrefutables, tales como la inmaculada concepción de María, la existencia de Dios que es Uno y Trino a la vez, o que el sol gira alrededor de la tierra. Si algo de esto no fuera así, se toma, digamos, quinientos años en repensarlo y admitirlo. Sin embargo, la misma Iglesia dogmática ofrece como materia para el debate, para la discusión ("eso no es así", "eso es materia de interpretación", etc.) el incontrastable hecho de que avaló, participó, bendijo, sostuvo, regímenes tanto o más atroces que el de Bush, desde los comienzos de su historia. Pero claro, la paja en el ojo ajeno es una prescripción evangélica...
No encuentro otro argumento que el de la intolerancia para injustificar la realización del encuentro de fe en la avenida Nueve de Julio, eso que los mismos que lo defenestraron, han llamado festival. Lo homologaron a la apropiación del espacio público para la lucha y la protesta, cuando es evidente que el primero anestesia lo que el otro subleva. Palabras que naturalizan y materializan ideología. En la misma semana trajo consigo el tractorazo del campo.
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El granero para el mundo
El campo es un conglomerado de fuerzas productivas, acumulación de riqueza, prebendas y oprobios. Nada homogenéo, como bien se comprenderá. Sin embargo, la palabreja iguala y oculta: el campo. Un colectivo (social, y lingüístico) que remite a la utópica Argentina igual y homogénea, agricultora y ganadera: la oda a los ganados y las mieses, de Lugones. Las fuerzas sediciosas siempre están mencionadas en plural (los subversivos, los piqueteros), porque si son muchos meten más miedo (¿A quién temés más, a una Sociedad Rural o a un piquetero?) El campo, por supuesto, es pro, está al servicio de este país que se hace grande a fuerza de soja y vacas; por eso no hacen paros, ni hacen piquetes: los suyos son lock out y tractorazos.Los sufijos a veces son nocionales, y entonces por ejemplo pueden marcar aumento de tamaño pleno (silla/sillón), aunque la mayoría de las veces son apreciativos, subjetivos, y entonces cuelan entre supuestas nociones objetivas, cargas valorativas (ideológicas) diversas. El sufijo -azo, que nocionalmente indicaría golpe (como en martillazo), se puede trastocar a shock y, de allí puede llegar al signo ideológico conmoción social (Cordobazo, cacerolazo, etc.) Un tractorazo no es un masivo golpe con tractores pero tampoco, obviamente, es un simple corte de rutas, una simple apropiación del espacio público para la lucha y la protesta. La gente como uno no hace esas cosas; los negros, en cambio, sí. Los mismos negros que no trabajan porque no quieren no son lo mismo que los ganaderos que cortan las rutas porque el gobierno aumentó las retenciones a la exportación de la soja (aclaración obvia: un ganadero cría vacas, animalitos, y un sojero cultiva soja, semillitas) Voces probas editorializaron en el día de la fecha que esto es entendible y justificable, porque los ganaderos salen en defensa de sus vecinos del campo, por aquello del hoy vienen por él, mañana por mí. Intachable argumento de solidaridad social que olvidan cuando la cuestión es que una agrupación de trabajadores desocupados corta una calle porque los trabajadores ocupados de una fábrica tienen tal o cual disputa.
Hagamos un pequeño rodeo, pequeñito. Supongamos que yo hago, fabrico, manufacturo pochoclos, y los vendo en Recoleta. A buen precio, claro está, porque los recoletos habitantes de esa zona no malgastan su tiempo en aprender a hacer, ni en hacer, la golosina. Están para otra cosa, y su tiempo se cuenta en miles de pesos. No saben, no pueden o no quieren hacer pochoclo, y para eso me tienen a mí, y me pagan para eso. Yo, entonces, elaboro pochoclo, el que a su vez a mis cinco hijos les encanta. Con lo que les cobro a los de Recoleta, me alcanzaría, me podría alcanzar para regalarles a mis hijos la cantidad necesaria, para ofrecer a los hijos de mis vecinos el pochoclo a un precio social determinado, y el excedente, vendido a valores que mis vecinos ricos de Recoleta pueden tranquilamente pagar, lo comercio allá. Cambiemos el ejemplo. Yo fabrico vacas. Mis vecinos ricos, por ejemplo, europeos, pagan bien por mis vacas. No saben, no quieren, no pueden fabricarlas ellos, al menos, no con la misma calidad. Con lo que pagan me alcanzaría, me debería de alcanzar para regalar vacas entre los míos, venderles a mis vecinos próximos y tan pobres como yo a precios subsidiados y el excedente, comerciarlo en el norte. ¿Reforma agraria? No, no, no es para tanto: la reforma agraria es un concepto que implica más cosas, más de raíz. Lo mío es una modesta picardía de comerciante. El mundo no funciona de ese modo, podrían decirme un convicto en libertad como Martínez de Hoz, un Cavallo, un Lousteau. Seguro, les digo. Ese mundo no funciona de ese modo, porque funciona según las reglas de sus dueños, mis vecinos del norte. En mi mundo las reglas son así como lo digo. Vamos a ver quién tiene las vacas, quién tiene la guita y quién tiene el hambre. Las retenciones tienen algo que ver con todo esto, pero algo muy tangencial y desvirtuado. Pero son mejor que la nada, son mejor que vender todo el pochoclo a precios exorbitantes y hacer la gran diferencia, mientras mis hijos y mis vecinos se cagan de angustia.
El campo tiene derecho a un lock out (que es algo muy distinto del paro) y a la solidaridad basada en el bolsillo (propio), vehiculizados en un tractorazo (que es muy distinto de un piquete o incluso un piquetazo) Tiene derecho, sencillamente, por el uso de la fuerza y por la circulación elaborada de signos ideológicos que legitiman o deslegitiman, según quién tenga la sartén por el mango, o los huevos fritos y re podridos...
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Capitalismo seguro
La (in)seguridad. Así no se puede vivir, doña. Hay que meterlos presos a todos. No se puede salir a la calle sin que un pibe te esté pidiendo una moneda, seguro que explotado por el padre, un negro vago que no quiere trabajar. Hace falta más policía, doña. Y su intendente se la va a dar. Va a invertir mucha platita de sus impuestos para meter bala a los delincuentes. Va a hacer una policía propia, a la que le va a pagar los salarios dignos de su investidura, según se informa hoy. Va a haber un federal en la misma cuadra que cuide un policía estadual o local. Va a haber, por lo tanto, el doble de cuidados de las zonas liberadas, de las coimas y del gatillo fácil. Diversificación del negocio. El negocio de la seguridad, claro está. Ahí donde entra la connivencia policial con el tráfico ilegal (de drogas, de personas, etc.), con el afano, con el secuestro, etc. Van a pagarles bien, para que no delincan. Como si dijéramos que van a poner un pote con buena miel cerca de los otros potes de inferior calidad (pero miel al fin) para que las moscas vayan solo al primero y mágicamente no se tienten con el todo, que es más que la simple suma de las partes, como nos enseñó el gran maestro. Los controles los van a establecer un par de fulanos que tienen algún tipo de experiencia en la CIA y el FBI, pero que viven acá (filial bananera de andá a saber qué negocios) y un tipo que fue raleado de la Federal, por tener vínculos con menganos relacionados con el secuestro y muerte del hijo del ing...enioso Blumberg, el afano de automóviles y su posterior corte, faena y comercialización. Palabras tales como seguridad/inseguridad, inversión, quedan expuestas en sus contradicciones discursivas y en la praxis social de un modo paradigmático: tres lucas de sueldo inicial, casa, capacitación, prestigio social. Médicos y docentes, hospitales y escuelas, ¡a verla por tevé!Etiquetas de esta entrada: Noticias de ayer
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1° TEMA
ResponderEliminarEn una rueda de prensa, Palau habló acerca de la cantidad de gente que esperaba en la 9 de Julio y dijo: “si viene un millón, que me lleven nomás al cielo". DE HABERLO SABIDO ANTES!!!
2° y 3° TEMA
Estamos hablando de gente de campo, gordo!!!! Qué vas a comparar??
Por un lado, tenemos los tractores marca John Deere, Massey Ferguson, Challeger, New Holland; conocidos por su doble tracción, de transmisión Power Reverser TM (con reversor) accionada de manera electrohidráulica, toma de potencia económica, rodados con neumáticos radiales y duales de grandes dimensiones… (Fuente: Expoagro 2008)
Por el otro, a un costadito, están los carros de los “recicladores urbanos”, que se vienen abajo de tanta chatarra que llevan, con ruedas pinchadas, cuando las tienen, o con un pobre animalito de arrastre... Realmente triste!!!! Deben pasarla mal!!! Caminando todo el día, bajo el sol, la lluvia, el viento y el frío; con sed, hambre y cansancio… Nada los detiene… Pobrecitos, deben sufrir tanto…
Y después están esas bestias, adultos, jóvenes y niños, buscando entre la basura, desparramándola por toda la calle… Mugre es lo único que dejan… Y encima tienen el ímpetu de reclamar por el tren blanco!!!!
El reclamo de uno es justo. Y bien digo, de UNO, el que beneficia el propio bolsillo. El resto, el otro, lo diferente que se pudra. O que los maten… Más policía, más mano dura, mas Blumberg.
A menos de una semana del Día de la Memoria, no olvidemos lo que fue aquel PRO-ceso Infame.
Daniela