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Actualizaciones en lo que va del tiempo:

• El diálogo • Viejas locas • "Presidenta" (O cómo intentar el ninguneo incluso desde el nombre) • Perdonar es divino • Carta abierta a Fito • Macri y su viento en la cola • Soy empleado estatal • Consideración de la luna en el poniente • Ya tengo mis bodas (y mis bolas) de porcelana • Eros • Sacalo Crudo • Avisos clasificados, rubro "Varios" •Piza, birra, faso (soneto estrafalario) • Varela Varelita • Indómito destino




domingo, 25 de mayo de 2008

Seguimos recorriendo las posibilidades (y limitaciones) del servicio Blogger • ¿A alguien le interesa esto? • ¿No hay ninguna duda o inquietud o elogio para comentar? • Vamos, che, que esto se está pareciendo a un monólogo...


Hasta acá, creamos un blog, y ajustamos y publicamos entradas. En esta ocasión veremos cómo configurar las características del blog, o sea, la segunda de las tres pestañas que nos aparecen en el Panel (CREACIÓN DE ENTRADAS - CONFIGURACIÓN - DISEÑO).

En esta sección se encuentran todas las posibilidades de ajuste del soporte de publicación, o sea, del blog en sí. Al cliquear en CONFIGURACIÓN, se despliega por debajo un sub-menú de nueve solapas que iremos recorriendo.

La primera corresponde a BÁSICO y, como su nombre lo indica, presenta caraceterísticas esenciales, mucas de las cuales han sido decididas cuando se abrió y registró el sitio, tales como el Título (en nuestro caso, el Un Blog de Variedades que aparece arriba), la Descripción (Un poco de todo..., etc.) y luego una serie de seteos que tendrá que elegir particularmente cada uno de los propietarios de un blog (yo tengo todo en , menos la opción Contenido para adultos y Habilitar transliteración: que me lean en castizo, ¡mierda carajo!)

El segundo sub-menú es PUBLICACIÓN, en el que no hay mucho por decidir: salvo que tengas un alojamiento (hosting) particular y propio (generalmente pago), tendrás que aceptar que se publique tal como aparece allí indicado.

En la sección FORMATO se eligen las características generales de visualización del blog (sin tomar en consideración las relacionadas con el diseño, que son objeto de la tercera pestaña). Aquí decidís cuántas entradas serán vistas en la página principal, cómo querés que aparezcan referidas la fecha de publicación y la hora (recordá que va "GMT-03.00 Buenos Aires"), el idioma, y una serie de opciones que tendrás que decidir (yo tengo todas en , menos Mostrar campo de vínculo, pero no sé bien por qué en su momento elegí tenerla en No)

En COMENTARIOS definís cómo querés que sean, aparezcan publicadas, etc., las respuestas que harán a tus publicaciones (sí, esas que acá hacen poco y nada ustedes) En esto, es importante que detalles en la última opción, el correo elecrónico en que se te notificará de un nuevo comentario, así resulta más sencillo saber cuándo te responden (cuando tenés muchas publicaciones, no podés revisar una por una para verificar esto)

En la parte de ARCHIVO decidís cómo se guardan tus publicaciones y, por lo tanto, como será mostrado el archivo en el blog. Yo lo tengo configurado diariamente y por eso en el menú de búsqueda por fecha del blog se ofrece cada post día por día. La otra opción permite hacer de cada publicación una página específica (o sea, cliquear el título y acceder sólo a esa entrada) o tratar todo como un único bloque indivisible.

FEED DEL SITIO todavía no entiendo bien qué es ...Aunque I try, and I try, and I try, I can't get not, I can't get not, I can't get not, not satisfaction con esto, así que lo salteo (a ver si alguien nos lo explica a todos/as, che) Lo único que hice fue poner completo, porque es lo que sugiere ahí. CORREO ELECTRÓNICO te permite relacionar tu blog con una cuenta desde donde publicar directamente (sin necesidad de entrar en el blog) y también favorece el armado de "listas de distribución" de hasta diez direcciones a las que les podés enviar tus publicaciones sin que tengan que navegar tu sitio. OPEN ID es otra cosa que no termino de comprender del todo, y la tengo deshabilitada.

Finalmente, los PERMISOS son para habilitar privilegios de autoría y administración del blog a otra/s cuenta/s de usuario/s, y para definir los permisos de lectura

Terminamos por ahora... Espero que vayas entendiendo, y puedas armar un lindo blog :)

Nuevo aporte de Daniela de Turdera • Implacable como siempre, arremete contra la Revista Hombre, de Editorial Perfil • Enteráte del "Test Tayson" y de cómo un Hombre se siente más feliz entre hombres...


Escalofriante. Esa sensación sentí mientras leía el test que publicó la Revista Hombre, de Editorial Perfil. Paso a detallar de qué se trataba.

Los responsables de la revista (redactores, editores, directivos y editorial) decidieron publicar un test, con el estilo desenfadado que prevalece en ese medio.

Un test suele ser un mero esparcimiento inservible. Son ridículos e inofensivos, a mí entender. Test insignificantes, de nulo valor empírico, pero que suelen ser leídos aunque más no sea por curiosidad. Pero éste no es el caso. El test publicado por la revista Hombre no era ni insignificante ni ridículo y menos aún inofensivo.

Se titula “¿Madura el K.O.?”, seguido de un copete que advierte “Si ves a una mina golpeada y pensás ‘algo habrá hecho’, esto es para vos”. Luego comienzan el listado de preguntas y opciones de respuestas que tratan acerca de los motivos, métodos, frecuencia, marcas e intensidad de la violencia física dirigida contra las mujeres.

Algunas de las preguntas para responder por el lector-revista-Hombre/supuesto-agresor eran de la siguiente índole: “¿Qué excusa usás para golpear a tu mujer?” Las alternativas eran “a) Los fideos estaban fríos; b) Te miró 'con esa cara'; c) Tuviste un mal día de trabajo o d) No hace falta una excusa”. Otra pregunta se abocaba a los métodos utilizados para la agresión física, y el lector-complice podía contestar por algunas de las opciones: “a) Un puño envuelto en un repasador no deja marcas; b) El famoso cachetazo de proxeneta: con la cara externa de la mano derecha yendo en sentido diagonal de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha; c) Tirás el plato (el de los fideos fríos, por ejemplo) al suelo y cuando se agacha a limpiar el enchastre la aleccionás con un puntapié en las costillas o d) Te gusta improvisar”. Habían otras, muy explícitas todas ellas. Siete en total.

El contenido sexista y discriminatorio hacia las mujeres es explícito; y como tal se constituye en apología de la violencia de género. Resulta espeluznante ir leyendo una pregunta tras otra, y peor las alternativas de respuesta. Los términos que se manejan resultan nefastos, incluso si los aislamos del sentido complejo que comporta el texto. Palabras como adoctrinamiento, lección, son muestra suficiente del concepto de mujer que se maneja. Analizados en su conjunto, no generan otra cosa que indignación y repulsión por quienes permitieron su publicación. Ni qué decir de quienes propusieron la idea y de quienes la redactaron.

La frase “algo habrán hecho”, no sólo justifica la acción de violentar a la mujer y avalar esa agresión; también evoca instintivamente el sentido común que preponderó en la última dictadura. En ambos casos las víctimas eran “culpables” y “merecedoras” de aquella violencia.

Una actitud misógina de la revista que naturaliza un comportamiento aberrante. Nada quedó librado al azar: “Test Tayson”, acompañaba el título. Sí, aquel boxeador que fue sentenciado por violar a una mujer.

El test no tuvo inocencia. Tampoco genera una sonrisa cómplice. No hay humor negro, ni blanco ni verde. No hay humor. No hay gracia. No hay chiste.

Por supuesto que respeto la libertad de expresión. Y por eso solicito ceder la palabra a las mujeres que son acalladas con esos “cachetazo de proxeneta”.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

N. del E.: El humor (o aquello que es leído como tal) tiene el efecto de cristalizar esterotipos, prejuicios, etc.: ideología, de un modo aparentemente "ingenuo", es decir, de un modo no racional pero altamente efectivo. No es ingenuo entonces, el que una publicación que desde su título-marca registrada se pregona como "el reducto del macho" utilice el procedimiento del "humor" para esto; y saben perfectamente que habrá quienes ("quienas", sobre todo) no leerán este test (?) como humorístico. Dicho de otro modo: saben, prevén este posteo, entre otros. No les interesa, ni les preocupa: es la retroalimentación que esperan, que desean, la que justifica su postura y cohesiona su colectivo de identificación: la insolente mujer que contesta debería de ser cagada a palos, para que aprenda. En realidad no es una mujer la que esperan como respuesta: es una mina, un término mucho más connotado y acorde con la ideología que sostiene la publicación. (Algún día tendríamos que publicar un artículo en que se deconstruya los sentidos de la palabra mina, ¿no?)

Años de esperarte...

Recién salida del horno


Años de esperarte

me han llevado a olvidar

para qué espero

y por qué, aún, lo intento:

corazón acorazado, ah,

sangre y fuego,

palabras y recuerdos,

y tu miedo,


infantil miedo del que ahora es hombre,


del que ahora es recuerdo,

del que está lejos,

y sin embargo –aún– espero.

sábado, 24 de mayo de 2008

Murió Raulito

María Esther Duffau (a) Raulito falleció hace unos días • Morir es algo usual, pero en este caso quiero escribir acerca de protorreflexiones que me provoca esta muerte • Otro post que estaba en borrador y ahora, que empiezo a tener mis pocos tiempos libres habituales, aparece por acá


Raulito es un chico pobre, fanático de Boca Juniors, en los sesenta. No es genéticamente un nene, pero social y culturalmente sabe e intuye que ser mujer es (o puede ser) algo terrible. O que no quiere ser mujer, sencillamente. Por eso se viste y actúa como hombrecito.

Una novela televisiva, primero, y una película muy exitosa en los '70, después, se basaron en la vida de Raulito (nacido como María Esther Duffau) para encarar, creo que por primera vez de modo central, la temática homosexual (y travesti) en nuestro país. Poco después, la dictadura prohibió este film, lesivo al ser nacional, occidental y cristiano, y persiguió a sus actores, que se exiliaron fundamentalmente en España, donde inclusive se rodó una segunda parte.

Como se sabe, la liberación sexual de los '60 no llegó a las minorías, es decir que debería hablarse de una liberación sexual heterosexual, ya que se siguió impugnando las prácticas aberrantes (homosexuales, bisexuales, etc.) aunque, con esa hipocresía que sienta tan bien, muchos de los partidarios de la pureza sexual fuesen, puertas adentro, unas locas o unas tortas de atar...

Raulito era, precisando los conceptos, lesbiana. Un hombre encerrado en el cuerpo de una mujer, podríamos parafrasear. La película presenta esta cuestión en tensión con otra, tranquilizadora: la patología. Raulito es un ser socialmente inquietante, anormal, a quien el Estado, vía fuerzas represivas, judiciales, médicas, intenta rescatar, recuperar: enderezar. Lautaro Murúa, el director, no parece tomar partido en esta tensión, aunque se esmera por mostrar el lado humano de todo esto: una mujer-hombre que sufre por su condición, a la que se suma otra: ser pobre. Excluido materialmente de la sociedad, doble huella de la exclusión, Raulito vive en la calle, en el margen de su sexualidad y de su sociedad. No hay vida feliz para Raulito en la película, que recorta y estetiza la adolescencia-juventud de María Esther: una especie de melodrama sin héroe, ni heroína, una especie de tragedia griega (en la tragedia, sabemos, el asunto siempre apunta a las acciones que lleva el héroe trágico para cambiar su destino, siempre sin éxito) en Argentina, en los '70 (donde, obviamente, Ni Zeus ni Afrodita ni ningún otro dios intervino).

La película no pudo salirse de su contexto, sus condiciones de posibilidad: ya desde el título se coloca ambiguamente respecto de su tema ("la" Raulito no es "la": su elección fue haber sido "Raulito", a secas: el "la" es el plus que connota el estigma social); queriendo mostrar el lado humano, no pudo sino presentarlo desde el melodrama, la apelación fácil, la tragedia permanente. Queriendo humanizar a la lesbiana, no pudo resolver la tensión entre orientación sexual y patología. Sin embargo, tuvo el mérito de animarse a presentar (de un modo menos ingenuo y menos esquemático que el bodrio Adiós, Roberto... la película con que, década y pico después, el cine retomaría la cuestión homosexual) una historia no-convencional, interpelar a su sociedad respecto de sus límites, sus márgenes, sus prejuicios, sus ocultaciones.

Es imperdible el magnífico trabajo de Marilina Ross, quien logró en esta cinta su mejor actuación, su más compenetrado papel, su más consustanciada composición. Y más elogioso es, todavía, el hecho de que una mítica lesbiana ("mítica" = supuesta: el runrún social se regodea con estas cosas, y de última qué carajo nos importa, supongo) se banque que el pacato público la homologue, de por vida, con un personaje de una ficción (una película lo es) pero con anclaje real (se sabía quién era María Esther). Algo que siempre los actores se encargan de recalcar: no soy puto, che, hice esa película pero soy bien machito (A buscar en archivo qué declararon Calvo y Laplace, acá, después de su película o Gyllenhaal y el fallecido Ledger, luego de Brockeback Mountain)

A quien corresponda: mi más sentido pésame.


Raulito con su inseparable amiga, "La Mami" (FUENTE)

Como las promesas se pagan en vida (con excepción del rigor mortis de las promesas testamentarias) acá va la continuación del post La escuela nivela para abajo • Lo útil, lo inútil y la educación • "Estudiar para..." y "¿Para qué estudiamos esto?" • Más apuntes de un no-especialista involucrado (¿quién no está involucrado en este tema?)


Es posible suponer que la generación del '80, cuando diseñó la educación pública en el siglo XIX (fundamentalmente, Sarmiento), tendría conciencia de que estaba sentando las bases de un proyecto en mayor o menor medida trascendental (o sea, que los trascendía como generación). Lo que es difícil inferir es que creyeran que el suyo sería el único proyecto relativamente sólido y coherente que se postularía en toda la historia de la Confederación Argentina.

En aquel entonces, ciertos lineamientos ideológicos de base dieron como resultado cierto sistema educativo: (1) que había que obturar las experiencias secesionistas previas a 1853; (2) que de algún modo debía ser acotado el poderío de Buenos Aires; (3) que el mal que aquejaba a la Argentina era la extensión, y por lo tanto se debía poblar la pampa (y, de paso cañazo, apropiarse de la renta de la agricultura); (4) que tanto gaucho e indio suelto eran obstáculos para esta apropiación; y (5) que por una puta mala suerte del destino, Argentina era un país europeo anclado en América. Más adelante, se sumó el problema de la inmigración y la contaminación del ser nacional que esa inmigración provocaba (y provoca actualmente: pensemos qué se piensa de bolivianos, chinos, etc.)

Ante este análisis, el sistema educativo de la Generación del '80 se propuso: (1) centralizar la administración de la educación (sobre todo, la educación media, que proveía al Estado de pequeños burócratas, intelectuales, científicos, etc. -tengamos en cuenta que con la primaria, en aquel entonces, estaba ya más que bien formada (alfabetizada) una persona) para evitar la intromisión de las provincias y sus bárbaros caudillos; (2) diseminar escuelas en todo el país, en relación con (1); (3) importar educadores con ideas modernas, que transplanten acá ideas europeas y erradiquen las culturas bárbaras (autóctonas); (4) ampliar la base de la población alfabetizada, como modo de ilustrar al ciudadano (obviamente, burgués: recordá que hasta 1916 no votó jamás un analfabeto, y sólo desde 1951 vota la mujer, alfabetizada o no); (5) considerar la educación como la materialidad de la identidad nacional, con su nosotros (la civilización) y su otros (el gaucho, el indio) y su simbología fundacional (los próceres padres de la patria, el himno, la bandera, etc.); (6) esmerilar el poder terrenal de la iglesia católica, muy presente en la política autóctona desde siempre, logrando una especie de dogma laico entrelazado con ese Estado fundacional (se recita la Oración a la Bandera hasta hoy, deificando colectivamente un símbolo tal como se le reza a una divinidad).

Así fue como se establecieron los lineamientos del sistema educativo secundario en Argentina, y fundamentalmente su currículum, es decir, los contenidos para enseñar efectivamente en las aulas, los programas de estudio, que implicaron el recorte por el cual se daba, lógicamente, el entronque de nuestra nación con la alta cultura occidental greco-romana (excluida la cultura española, porque era la Madre Patria, y encima venida a menos en el siglo XIX). Hay una pasmosa coherencia cuando uno revisa los planes de estudio de esa época, en los que se verifica una cuidadosa selección y operación de legitimación incluso hasta en las lecturas, y en los recortes de qué textos/autores se debía leer y estudiar, y qué textos/autores quedaban excluidos.

Todo esto funcionó, digamos, hasta entrada la década de 1940, cuando un retoque menor dentro de este vasto sistema supuso, a partir de una nueva concepción del país, más industrial, el establecimiento de la educación secundaria técnica, siempre dentro de la égida de la Nación, para un país compuesto por aproximadamente diez millones de habitantes, todavía bastante desparramados en todo el territorio y sus ciudades. En el plano curricular, la ampliación de la burguesía, de la clase media, supuso la reformulación de contenidos, ahora ligados ya no a un país en formación, sino un país en que se estableció su tradición y en que se disputaba ingresar en ese podio del canon (disputa social que, obviamente, se tradujo con sus contradicciones en los currículos de la educación secundaria) La incorporación de la educación técnica, polivalente, o como se la llamara, fue el último gran cambio en el sistema educativo argentino.


Desde entonces, la educación sufrió cambios más o menos superficiales, más o menos cosméticos, aun cuando desde la década del '60 se comenzó a escuchar que la educación estaba en crisis. La mayoría de los cambios que cristalizó, en ese período, tuvo que ver con modificaciones en los planes de estudios y en los programas (actualizaciones de contenidos) y en los sistemas de evaluación. Fue en la década del '90 cuando se propuso, así declamada, la mayor reforma desde 1880. Aunque denominada transformación educativa, esta reforma supuso una puesta a punto entre el nuevo (y fatal) proyecto de país que se comenzó a fortalecer desde 1976, y el nuevo (y fatal) proyecto educativo, es decir: (1) el regreso a la economía primarizada; (2) la centralidad en la producción de bienes y servicios, de renta rápida, poca mano de obra intensiva y poca infraestructura, o muy tecnologizada; (3) la desarticulación y atomización de los factores de poder y de los colectivos sociales; (4) el abandono de cualquier proyecto de integración político-económica con Latinoamérica, ahora con la excusa de los procesos de globalización; y (5) la necesidad de calificación hiperespecializada de la mano de obra, concordante con la precarización y inestabilidad de esos saberes, en conjunción con un mercado laboral precarizado, inestable y -todos lo sabemos- escaso.

La diferencia entre aquel proyecto educativo, el de los '80 del siglo XIX, y el siguiente, de los '90 del siglo pasado, estuvo dada -creo- en la explicitación de los supuestos. En el XIX, lo que se decía que se esperaba de la educación era, más o menos, lo que se hacía; en el siglo XX, lo que se decía que se esperaba de la educación fue lo inverso de lo que en realidad se hizo y propició.

¿Por qué esta larga perorata histórica? Porque, a mi modo de ver, acá están los verdaderos "para qué" de la educación, los que todos, en tanto ciudadanos, tenemos que pensar y repensar. Cuando un alumno/a te pregunta, en clase, para qué aprendo esto, o para qué serviría en mi carrera, está -o debería estar- interpelando el proyecto educativo, que es lo mismo que decir el proyecto político.

La situación actual es que las acciones políticas de los '80 y los '90 llevaron a que la educación fuera percibida como el espacio simbólico en que la sociedad simplemente cumple con un requisito de acreditación, antes que cristalizar un proyecto (político) colectivo. Nadie se preguntaba por qué se estudiaba tal o cual contenido en -digamos- 1950, porque era obvio (estaba naturalizado) que eso que se estudiaba era el medio para. El vaciamiento del país, en toda dimensión posible en que pueda considerarse un saqueo, operado en la última década del siglo pasado implicó, en términos educativos, el borramiento de esa ilusión homogeneizadora, reparadora, igualizadora, de ascenso y movilidad social que tenía la educación: algo así como un no hay camino, macho, ahora mando yo y el juego es este: no sos nadie, ni valés nada; por lo tanto, no aprendés nada.

Pero, ¿es tan cierto esto? ¿Llegó a solidificarse ese proyecto de país en ese proyecto educativo? Las escuelas son como elefantes en un bazar, corriendo una carrera montado en una tortuga: los cambios son lentos, las macropolíticas se disuelven en la dinámica de lo cotidiano, y una sola década no llegó a garantizar que ese nuevo proyecto político-educativo se enraizara en lo concreto, en cada aula. A pesar de todo -y por suerte, a veces- las escuelas son espacios plagados de contradicciones donde las transformaciones diseñadas por los niveles centrales se cocinan a fuego muy lento, por lo que el proyecto neo-liberal no cuajó totalmente. A pesar de todo -y por suerte, a veces- las escuelas son resistentes a los cambios espasmódicos que en nuestro país pendulean cada diez o veinte años (la famosa falta de "políticas de estado") y son espacios muy poco porosos a estos cambios, aunque -paradójicamente- sí son permeables a las demandas sociales directas, sin las mediaciones de la burocracia educativa. A pesar de todo -y por suerte, a veces- las escuelas siguen siendo un espacio de contención en medio de una sociedad que fue compulsivamente rediseñada para el individualismo, para la no-contención, para la libre competencia (o sea, para el sálvese quien pueda y mátense entre todos,en definitiva). A pesar de todo -y por suerte, a veces- las escuelas quedan como el único refugio de la modernidad, en medio de una impronta postmoderna hipercomunicada, el espacio posible para los grandes relatos unificadores que -todavía- dan cuenta del mundo de la vida. A pesar de todo -y por suerte, a veces- los alumnos aprenden y los docentes enseñan, en un contexto de vaciamiento de sentido de la educación, que se intentó imponer y que casi entró (por suerte, nada más que la puntita, y como dolió nos resistimos). A pesar de todo -y por suerte, a veces- las escuelas sirven para algo, que no es algo menor: infiltrar proyectos macabros, contrarrestar sus efectos, seguir enseñando y aprendiendo.

¿No sirve para nada? Pensálo mejor: sirvió para mucho, aunque por fuera de esa lógica que a lo mejor compraste, lógica naturalizada que te dice que algo (la educación, por ejemplo) tiene que servirte a vos, solito/a (cagáte en el resto) y ya mismo (sabías que vas a vivir muchos, muchísimos años, ¿no?). La educación no es solamente que vos hayas (o no hayas) aprendido algo: es eso, pero fundamentalmente intervenir hoy, tomar decisiones hoy, acerca de futuros que involucran a tus hijos/as y tus nietos/as inclusive: es algo bien, pero bien, bien político. ¿Viste que de política entendés mucho? ¿Viste que decís boludeces cuando decís que la política no te interesa?

Alguna vez haremos la tercera parte...

Noticias insólitas • Abramos el juego: ¿vos la hubieras comprado? • En caso afirmativo, ¿qué hubieras hecho con el muerto? • Escribamos entre todos un cuento, esto está buenísimo

FLORIDA herm. casa amueb. amp. amb. coc. com. fdo. 2 bños. 3 dorm. p. alta 1 c/ det. insign. VDO. URG. X VIAJE AL + ALLÁ. Escrit. x sist. "copa (juego de la)" - Tel: xxxxx
Supongo que te enteraste, ¿no? Un tipo quería vender una casa vecina, con el dueño (muerto) adentro. Vamos, loco, que no decaiga... ¡esto da para responder, responder y responder!

Leé la noticia completa en Clarín

lunes, 19 de mayo de 2008

Juego on line


Personificá a Luisito y despejá la plaza de manifestantes! Tené cuidado de que no se llene de burgueses y atrapá los choripanes de Néstor para más poder.

sábado, 17 de mayo de 2008

Y para no ser menos, el aniversario poético


Mi propósito es incluir cada tanto por acá, material que no figure en otros lados (léase en los "libros" digitales esos que están por ahí, proyectos de libros de verdad que -creo- jamás verán la luz, porque soy muy vago, y necesito urgentemente un agente literario, un representante, que trabaje ad honorem y sea el que se encarga de visitar editoriales y recibir los inevitalbes coscorrones. Tan vago soy, que ni siquiera me quiero fijar si esta poesía está o no está incluida en Reclusión de mí mismo, así que les pido que lo controlen uds, y me lo digan...

Es también una poesía "escolar" y, como ya conté alguna vez, allí gustaban más mis cuentos que mis poesías, culpa de Graciela Raffo, la gran Graciela Raffo, quien ya dije que me tenía más fe como cuentista que como poeta. Sin embargo, este textito cargada de clasicismo, de meloso palabrerío, de lugares comunes, le gustaba alguito. Ustedes dirán.


Agradezco al sol
cada rayo que escapa de su vientre;
cada luz que reparte por tu cara;
todos los veranos.

Agradezco al cielo
cada tono que empieza con tu nombre;
cada sueño que vuela a su dominio;
las mañanas puras.

Agradezco al suelo
sujetarte plenamente en su espalda;
mantenerte en nuestro mundo a mi lado;
las rosas más púrpuras.

Agradezco al tiempo
que me deja despertarte a cada instante;
que te trae con coronas de jazmines;
las clepsidras viejas.

Agradezco a Dios
cada verso que me da todas las noches;
cada hora que nos pone frente a frente.
Y el silencio de los años posteriores.

13/5/88

Otro aniversario


El cuento que sigue tiene (días más, días menos) veinte años. También es de la "época escolar", como El vuelo efímero y Pájaro, y fue esta época también cuando se dio a conocer: en esos concursos literarios que la Escuela Nacional Normal Superior "José M. Estrada" de Cañuelas hacía, y en el que, dado que salió en no me acuerdo en qué pole position, por ese magno motivo fue editado en la revista "Leéme que te cuento".

Notarán, avezados/as lectores, que es muy, muy, muy cortazariano, puesto que en esa época ya me había divorciado de Borges y flirteaba con el gran Julio...



Qué susto. Yo no sabía que el cartón pintado se prendiera fuego. Por suerte no fueron todos y aquí estoy, casi diciendo vivito y coleando. Cuando sepan quién fue el gracioso, procederán ejemplarmente, esperamos. Pero paso a relatar el hecho, que fue sumamente simple.

Una tarde (a la hora de regreso a casa) tomé el colectivo a las siete y veinticinco. Iba cansado y dispuesto a dormir. Antes de eso observé las caras de los pasajeros que me acompañaban. Las había alegres, cansadas, también enamoradas, pensativas, indiferentes y repulsivas. Un señor gordo roncaba y los pocos pelos de la frente se le corrían y dejaban un evidente claro allí donde debían ocultar la calvicie. Un chico -pelo largo y arito- llevaba auriculares adosados a los oídos, y estudiaba con una carpeta de apuntes ligeros. Una señora muy elegante -pollera negra, blusa blanca, cartera y zapatos blancos con vivas y finas líneas negras, collar de perlas y aros blancos- se pintaba las uñas, todas de negro con un piquito en blanco. En los últimos asientos, una pareja -abrazos y besos- en la que no se sabía cuál era el hombre y cuál la mujer. En el medio yo, con mi manía de asfixia y la ventanilla abierta y el viento arremolinado alrededor de mí. Finalmente dormí, pero fue entonces cuando debía bajar.

Volví a tomar el 88, a las siete y veinticinco., el martes. Había caras conocidas y otras ausentes: la señora tablero de ajedrez en el segundo y los novios en los últimos. Faltaba el chico con arito. Pobre -pensé- seguro que lo perdió y quién sabe cuándo viene el otro y a qué horas llegará a su casa, y continué elaborando una disertación sobre el mal servicio de los colectivos, que terminé cuando me senté, en el mismo lugar (cuarta fila de los asientos dobles, lado de la ventanilla). Precisamente, lo primero que hice fue abrirla para respirar de la corriente de aire arremolinada. Cuando pude dormirme, tenía que bajar.

En Rivadavia y Boyacá subí, como todos los últimos días. Para ese entonces (era miércoles y ya habían pasado diez días desde la primera vez) tenía perfectamente bien identificados a los pasajeros: la señora, siempre igual; el gordo, un poco más peladito y la pareja, más enamorada. El del arito no subió por algunos días y, por lo que vi, estuvo resfriado. Por supuesto, me ubiqué en mi lugar y abrí la ventanilla, no fuera cosa que me asfixiara. Ya tenía también en mi memoria al conductor: bajito, de pelo oscuro y movimientos toscos, nariz grande y ojos chicos, camisa celeste. Olvidé decir que el gordo vistió siempre traje gris, el chico siempre remera verde y vaqueros azules y la pareja, pantalones y remeras blancas. Pasó por mi cabeza pensar que éramos cartón pintado, que estábamos y no estábamos allí. Luego me dormí, pero me desperté antes de bajar, porque el humo me estaba asfixiando. Algún gracioso había arrojado un fosforito y el gordo y la señora tablero de ajedrez ya eran un poco llamas, un poco cartón y el resto cenizas.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Seguimos con el tema • Hoy: gestión y edición de las entradas


En el artículo anterior, habíamos recorrido la primera pestaña de la primera pestaña, o sea, menú ENTRADAS, solapa CREAR (entradas). Ahora avanzaremos con la que sigue: EDICIÓN DE ENTRADAS.

En esta sección aparece, básicamente, toda la lista de entradas que hemos publicado, y las que tenemos en "fase borrador". A la izquierda de la página figura (o figurará, a medida que las vayamos creando) la lista de etiquetas (o "tags") con que hemos ido rotulando nuestras entradas. Sobre esta lista aparece el botón NUEVA ENTRADA -de lo que ya hemos tratado- para que creemos una nueva, sin editar las que tenemos. Por encima de la lista de entradas, aparece un menú desplegable que dice acción de las etiquetas, del que hablaremos enseguida, y luesto la nómina en sí, cada una con un casillero de verificación (esos que se usan para marcar/desmarcar) Cada entrada puede ser editada o visualizada; en el primer caso nos abre la publicación para modificarla, y en el segundo, lógicamente, nos permite verla. A la derecha de cada renglón está el comando para suprimir o borrar cada una de las entradas. Por arriba, a la derecha, tenemos las opciones para ver sólo las entradas publicadas, las programadas, o los borradores.

Si tildamos la casilla de verificación, podemos aplicar la acción de las etiquetas, es decir, podemos borrar, agregar, suprimir, las que tenemos (o las que queremos crear) a las entradas en cuestión. Ahora Blogger permite programar la publicación, de modo automatizado, de una entrada ya redactada, que figurará como borrador en este listado hasta que se cumpla el día y hora que le pusimos al post en cuestión; en ese entonces, Blogger incluirá ese borrador entre las publicaciones "visibles" de nuestro blog. Hasta que un borrador no se publica, permanece oculto para los visitantes del blog, pero no para el sistema en sí. Esta es una "trampita" que se le puede hacer a Blogger, y que permite usarlo como alojamiento (hosting) de, por ejemplo, imágenes. ¿Cómo es esto?

De modo predefinido, Blogger hospeda publicaciones, imágenes, etc., que son publicadas en el blog, pero no es un sistema de alojamiento para tráfico, descarga, etc. No está pensado para eso (como, por ejemplo, sí lo están los lugares donde voy colgando archivos, que, a la inversa, no están diseñados para la publicación e interacción con los lectores (1)) Entonces, por caso, ¿vale la pena pagar por alojar la foto de tu perfil de Blogger? ¿Vale la pena usar un alojamiento gratuito para algo que no será descargado? En esos casos, se puede subir una determinada imagen (la del perfil, por ejemplo) en una entrada-borrador, para tener un hipervínculo a esa imagen, y luego, donde se necesite, poner ese hipervínculo. Así, logré poner los botones de acceso al foro y al libro de visitas, o el "logotipo" (pedazo de logotipo me mandé el año pasado, digan si no está precioso, ¿eh?) del Blog, etc.

Ya que estamos, la pestaña siguiente: MODERAR COMENTARIOS. La verdad, no me parece nada productivo armar un blog para filtrar previamente los comentarios que se publiquen, aunque bueno, cada uno hace de su culo una flor... Motivos a favor y/o en contra siempre habrá; conozco gente intelectualmente respetable que ha necesitado tener que controlar previamente los comentarios. Si vas a ponerle a tu blog esa opción, fijáte cómo se maneja porque, como te habrás dado cuenta, yo no la uso. Acá, pibito/a, rebuscátelas vos solito/a...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
(1) Falto de didáctica como soy, me di cuenta ahora de que no empecé en su momento por el comienzo: caracterizar/definir qué es un blog. Error frecuente cuando uno intenta empezar a recorrer esto de la docencia: dar por sentados, por obvios, los conceptos iniciales. Acá va:
Un blog ("web" + "blog", o sea, periódico) es una página web "preformateada", para que sea fácil de usar y actualizar, con publicaciones periódicas ordenadas coronológicamente, según determine el autor (o los autores) Como todo "dueño" o "responsable" de las publicaciones vertidas en su medio, el autor asume legalmente los derechos y responsabilidades de los contenidos que allí se expresen, cuando no puedan imputáreseles a terceros (en Argentina todavía esto está verde, pero en otros países ha habido jucios y jurisprudencia al respecto). Por este motivo, el "dueño" (administrador) posee los privilegios de edición, supresión, etc., de los contenidos de su blog. En español, se ha pretendido traducir el acrónimo anglosajón "blog" por "bitácora", pero, strictu sensu, una bitácora (o diario de viajes) es algo más personal, más parecido al diario íntimo que a un "periódico web".

Cualquier servicio de hospedaje de blogs (Blogger, Wordpress, etc.) permiten:
-publicaciones
-comentarios/respuestas de las publicaciones
-herramientas sencillas de creación y edición de contenidos y publicaciones, a partir de plantillas predeterminadas
-clasificar las publicaciones en secciones (etiquetas o "tags")
-suscribirse a buscadores de noticias y contenidos (sindicación), en servicios de canales como RSS, o Atom, etc.
-ofrecer vínculos ("links") a otros blogs, sitios webs, etc.
-incorporar (dentro o fuera del cuerpo de la publicación en sí) otro tipo de elementos web, tales como encuestas, textos de bienvenida, imágenes, videos, etc.

Blogeer, además de lo anterior, permite, en particular:
-alojar las publicaciones sin necesidad de incluir publicidad externa ni spam
-aprovechar/integrar a la gestión del blog las cuentas de correo Gmail
-integrar los contenidos al buscador Google, traducir on line esos contenidos, y toda otra herramienta que ofrece Google.
-gestionar más de un blog con la misma cuenta/usuario
-añadir publicidad al blog, y "ganar dinero" (
?)

Llegó el final


XXXVII



XXXVIII

Un viaje a ningún lado
A mis tres Sofías

Buscabas escapar de tu pasado,
Un futuro capaz de perdonarte,
y no estaban en vos las decisiones,
las piezas, los tableros, ni la mano.

Y uno marcha senderos sin atajos,
un viaje a ningún lado por las noches,
por simple separarse de uno mismo
creyendo abandonarse.

Sin embargo,
todos somos la historia en el presente,
y renacimos donde vimos muerte.
Todos un día fuimos redimidos,
decisión que quizás nunca supimos,
ni sabremos jamás.
O quizás siempre.


XXXIX


–El día de mi muerte pediría más vida, dijo.
–El día de mi muerte quizás me encuentre vivo, podría haber respondido.


-- F I N --


TÍTULO:
Un viaje a ningún lado

Disponible en:
http://ia360904.us.archive.org/3/items/UnViajeANingnLadonovela/UnViajeAningunLado.pdf


¡¡¡GRACIAS A TODOS/AS POR INCENTIVAR QUE SURGIERA!!!

Fotografía y arte • Post con doble intención: compartir con el honorable público y aliviar a ciertos seres que tienen próximo su parcial ;) • Nada de lo que figura acá tiene que ver con los exámenes, pero ayuda a contextualizar (obviamente, no pongo hoy las imágenes que aparecerán mañana :P)


El año pasado, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) presentó la muestra itinerante Heaven to Hell. Bellezas y desastres, del artísta fotográfico David LaChapelle. Así lo presentaba en su sitio web el Museo:
David LaChapelle (Fairfield, Connecticut, US, 1969) es uno de los artistas visuales más reconocidos. La estética surrealista con que trabaja las imágenes y el humor que pone en sus composiciones fotográficas lo han llevado a lo más alto de la escena fotográfica. También se ha destacado como director de comerciales y videoclips.

Aficionado al mundo de la fotografía desde que era un niño, su madre se ocupaba de las fotos familiares, y fue ella su primera modelo. "Estaba en un balcón de un hotel de Puerto Rico. Llevaba puesto un bikini blanco y dorado, al estilo de Hollywood. Me indicó el punto exacto desde donde tenía que hacerle la foto mientras posaba como una modelo. Yo tenía seis o siete años...", declaró alguna vez el artista. Desde entonces, las fotos a su madre se sucedieron sin parar, incluidas en álbumes supervisados por ella.

LaChapelle estudió Bellas Artes en la Escuela de Artes de Carolina del Norte antes de mudarse a Nueva York. Tras su llegada, ingresó a la Liga de Estudiantes de Arte y a la Escuela de Artes Visuales.

Andy Warhol le ofreció su primer trabajo, como fotógrafo de la revista Interview. Polifacético artista, se lo considera “discípulo de Warhol”, de quien conoció una forma de expresar a través de la fotografía, con un tono sarcástico, una crítica mordaz de los caracteres más satíricos de la cultura popular.

En la actualidad, las revistas más importantes tienen la huella de LaChapelle: Italian Vogue, Rolling Stone, i-D, Vibe, Interview, The Face, British GQ y Vanity Fair. Además, es conocido por el creativo uso de los colores en sus imágenes y por retratar personajes famosos: Madonna, Elton John, Angelina Jolie, Tom Jones, Whitney Houston, Elizabeth Hurley, Milla Jovovich, Alicia Keys, Heidi Klum, Daniel Day Lewis, Jennifer Lopez, Courtney Love, Tobey Maguire y Marilyn Manson, entre otros.

También ha fotografiado numerosas portadas de discos para artistas como Macy Gray, Moby, No Doubt o Cristina Aguilera, y realizó videoclips de Avril Lavigne, Joss Stone, Norah Jones y Robbie Williams. Además, participó en campañas publicitarias para una variedad de clientes que incluye a L’Oreal, Iceberg, MTV, Ecko, Diesel Jeans, Sirius, Ford, Sky Vodka y la campaña Got Milk?

Su exitoso primer libro, LaChapelle Land, fue publicado en 1996 por la editorial Collaway, incluyendo una colección de retratos de celebridades: Leonardo DiCaprio, Pamela Anderson, Uma Thurman, Mark Wahlberg y Drew Barrymore. El sucesor de éste debut fue el libro Hotel LaChapelle, editado en 1999.

Sus fotografías han sido exhibidas en las galerías Staley-Wise and Toni Shafrazi Galleries, Nueva York; Fahey-Klein, Los Ángeles; Art Trend, Austria; Camerawork, Alemania; Sozzani and Palazzo delle Esposizioni, Italia y, más recientemente, en el Barbican Museum de Londres.

Recientemente nombrado por la revista American Photo como uno de los diez fotógrafos más importantes del mundo, LaChapelle ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera, entre los cuales se destacan "Mejor Fotógrafo Nuevo" (revista American Photo, en sus ediciones americana y francesa, 1995); "Premio Fotógrafo del Año" (VH1 Fashion Awards, 1996) y "Premio Fotografía Aplicada del Año" (The International Center of Photography, 1996), y "Mejor Documental” (Aspen Film Festival, 2004).
¿Qué es lo relevante en la obra de este artista? O, al menos, ¿qué es lo que a mí, público neófito en temas de fotografía, me llamó la atención? En primer término, esa capacidad de descentrar, deconstruir los códigos de la fotografía de moda, de farándula, de jet set, o sea, dar vueltas las típicas fotos de fulano en la isla de Caras, y de ese modo poner en emergencia, y en crisis, sus propios procedimientos, su montaje, es decir, mostrar todo lo que de artificial tienen aquellas fotos naturales, plagadas de Photoshop, de composición, etc., ocultos tras una supuesta instantánea. El juego de la foto de moda consiste en mostrarse a sí misma como calco, como mímesis de una vida glamorosa que realmente es así, juego que es leído tal cual, y construyendo de ese modo un pacto de lectura que obtura la pose, el marco, el entramado fotográfico, el relato allí presente.

Lachapelle lleva al centro aquello que estaba en los márgenes en varias direcciones: por un lado, exacerba la artificialidad de la fotografía, y para ello produce paisajes, ambientaciones, decorados que, en su exuberancia, no pueden sino ser leídos como artificiales, barrocos, recargados (o, como diría Susan Sontag, por más y mejores cosas que las que acá anoto, como pertenecientes a la estética camp) Si no es por el marco de la fotografía, la artificialidad viene de la mano de la profusión de los colores, brillantes, saturados. Las dos fotos que siguen dan cuenta de ello (a la derecha, foto sin título ni fecha; abajo, izquierda, Crustacean invasion, 2001)

Otro de los procedimientos que entroncan con la artificialidad fotográfica llevada al extremo, tiene que ver con la descontextualización, con la institución del objeto fotografiado como arte en sí mismo, por fuera de su legalidad, diríamos, en términos peirceanos. Esto es particularmente trabajado cuando retrata personalidades de la farándula, pero recontextualizándolas, de modo de parodiar lo que esos mismos personajes simbolizan o iconizan socialmente. Una vez más, la puesta en escena de esas fotografías extraen una exacerbación de las cualidades del retratado/a que se constituyen en una versión paródica, casi ridícula, (casi kitsch, lindantes con lo vulgar, con el mal gusto) de sí mismos/as, como en esta fotografía en que es retratado el cantante Marilyn Manson (abajo, derecha, no tengo datos).

Por otra parte, hay en muchas fotografías una innegable marca de época, que tiene que ver con la sexualidad, también exacerbada, también presentada en sus dislocaciones, descentrada y, por qué no, superficial o artificial, es decir, un llevar al extremo aquello que nuestra cultura valora, en dosis menos extravagantes o exageradas, y que la fotografía de moda construye. Algo similiar a lo que realiza cuando aborda el consumismo como impronta de época (y por lo tanto, paradigma fotográfico), consumismo que no sólo apunta a los objetos tradicionales de consumo sino a las mismas personas de la farándula, de la moda, celebridades, tratadas como lo que son: objeto de consumo. Las dos fotos que siguen y la de aquí a la derecha muestran esta cuestión (la primera la segunda es Inflatables Wonderbread, de 2003; de la segunda no tengo referencias; la tercera recupera varios aspectos aquí mencionados: Pamela Anderson: Have it your way, sin fecha )




De cualquier modo, los proyectos que encarna LaChapelle no tienen nada de inocente y, en buena medida, son políticamente incorrectos, lo cual sería una diferencia sustancial con el pop-art o con ciertas versiones de lo camp. En muchos casos, la misma fotografía se constituye en un signo-argumento peirceano, es decir, provee en sí misma la legalidad de su interpretante, como en el caso de la foto que sigue (This is my house, 2001), en la cual podría concluirse algo así como que aun cuando los negros (sabemos lo que esta cuestión en Estados Unidos significa) adopten hábitos, modas, estereotipos, culturas, etc., "blancas" (el barrio, la ropa de la foto, son "blancas": en EEUU, se leen de ese modo), eso no lograría invisibilizarlos, sino que siempre cabría el estigma, con lo que se ponen en cuestión conceptos como tolerancia, respeto por la diferencia, etc., tan en voga en el discurso políticamente correcto de hoy (y tómese en consideración que está retratada la niña, es decir, las generaciones futuras). En definitiva, pareciera estar diciendo a las minorías (étnicas, raciales, sexuales): el camino no es la mezcla, la fusión, la asimilación, sino la lucha por los propios derechos, el propio-ser, reconocido. Zarpado y genial.

domingo, 4 de mayo de 2008

Balance 6

Comentario global • Encuestas • Vos y tu lengua


Nueve meses de vida del blog: qué lo parió. O dicho de otro modo: qué lo parimos. Entre todos/as: los/las que regularmente entran y leen (y hasta a veces -excepcionalidad de la vida- comentan o responden o plantean discrepancias, o lo que sea), hasta los/las que entran, chusmean y se van.

Lo que resulta increíble es la cantidad de gente que está cayendo de afuera, gente que nada que ver con "nosotros", los "cara a cara", personas que entran porque buscan algo y ¡zas! llegan hasta acá. Resultados diversos cuyo ranking encabezan los pobres desesperados del mundo que intentan entender a Peirce, pero también otros/as cuestiones, más intimistas, como por ejemplo, las palabras que dije el día que mi vieja se jubiló (qué guacha, cada día envidio más su condición de jubilada) Lamentablemente, estos ocasionales surfistas de la web tampoco dejan comentarios, ni siquiera un "gracias, encontré lo que buscaba, te lo estoy copaindo-y-pegando arteramente", pero bueh, es lo que hay... Ni hablar de los nuevos/as extorsionados de Comisión: esos/as están entrando, lo sé, porque el último clic que hacen es en las "Fichas" que este cuatrimestre estoy colgando, pero tampoco dejan nada, ni siquiera una puteadita motivadora...

En términos personales, he logrado casi, casi, acercar el blog a lo que quería que fuera, nueve meses atrás: logré ponerle un foro, que veremos si resulta vital, o no, pero ya está; encontré la vuelta para linquear al foro y al libro de visitas con algo más que textos insípidos (ay, Blogger, Blogger, cuándo ofrecerás mejores herramientas, para evitar que tengamos que rompernos la cabeza para trampear lo que queremos, a partir de los pocos útiles de que disponemos: la clave es el manejo de HTML, pero... ¿y el que no sabe?). Hoy por hoy me están hartando la plantilla y los colores, la distribución de los elementos y el reproductor de música, así que en cualquier momento que tenga un poquito de tiempo ataco por ahí. Hasta pensé en pasarme a Wordpress, cuyos diseños me gustan más... Veremos.

Nuevamente, gracias a los incondicionales: los/las que se animan a darse a conocer en respuestas y los/las que no: Víctor, Daniela, Matías & Danila, Silvia, Dani con barba (que anda medio desaparecido). Muchas veces el minichat suele recoger el "pulso" del blog, por las colectoras, tangencialmente, los "rebotes" (caso "Desafío Actimel") y las ampliaciones. Para cuando cumplamos el año quiero hacer la recopilación-agradecimiento de todos/as los que alguna vez participaron respondiendo, y dejaron aunque sea su mail.

Otro cuestión que quiero remarcar es que lo que no sabía para qué carajo lo quería (muchas veces me pasa eso, maldito caprichoso) y que por eso se llamó "blog de variedades", terminó siendo algo más o menos definido. Sabía que quería, necesitaba, un espacio de comunicación no convencional con los grupos del CBC, un objetivo difuso que podía ser una especie de lista de distribución de correo hasta hospedaje de archivos o textos, y que se fue recortando a medida que calibré esta herramienta de comunicación y que el ciberpúblico definió temas de interés, concordantes con los míos: los artículos más comentados, los post más respondidos fueron los que abordaron cuestiones sociopolíticas, y hasta se me reclamó alguna que otra vez, precisamente, no escribir más sobre estos tópicos. Yo pensaba, al principio, algo ligado con lo académico, con lo pedagógico, con lo literario, con mi verdadero y único amor que es la lingüística... Pero acomodando el otro día las etiquetas me di cuenta de que de eso, poco y nada hablé. Reconocí en mí un aspecto que no tenía tan claro: el gusto por el comentario-análisis político-social. Periodismo, entonces, otra de las "carreras frustradas", otra de las que pasan al cajón de "las cosas que quiero estudiar cuando tenga tiempo/cuando sea grande", donde ya hay almacenadas no menos de media docena de carreras, profesiones, hobbies, etc.

Finalmente, algo que sólo logró la módica presión del pueblo (?): terminar lo que hasta entonces había sido por más de un lustro un simple proyecto de novela. Mal o bien, he decubierto que podía terminarla, a la par de que reconocí, además, que me gusta un género que nunca había tentado: el ensayo, y la comunicación masiva (?), algo que por otra parte terminó en cierto modo definiendo el proyecto final de la novela. Nacho, ese gran futuro intelectual que tendrá este país (cuyos links, no obstante, borré porque después de un año él seguía sin retribuir la generosidad de mi parte :P), hace mucho me dijo algo así como "entré en tu blog, vi que escribiste un nuevo ensayo" Para mí, hasta entonces, eran "post", divertimentos de alguien para quien la palabra escrita es un refugio orgásmico, pero jamás un "ensayo", aunque siempre traté de imponerme el opinar argumentadamente. Vistos con menos prejuicios, alguno de esos textos que escribí quizás sean algo más que un ejercicio, algo más que un borrador, y quizás Nacho tenga razón. Por lo pronto, he notado que no todos los blogs se actualizan seguido (hablando de blogs caseros, medio pelo, como este) y si lo hacen suele ser con boludeces de relleno. Cierta verborrea caracteriza este espacio, lo admito, cierta compulsión a publicar. No sé si bueno, pero al menos es prolífico. Algo que pareciera que Google nota, porque se tomó la molestia de describir el blog y todo. Si ponen "un blog de variedades" en el buscador, lo describe como «Publicación y crítica de diversas manifestaciones artísticas y literarias», una sinopsis (renga, a mi modo de ver) que inventaron ellos, pero que no es frecuente cuando uno busca allí un sitio web (suele aparecer el vínculo y una transcripción aleatoria de lo que allí figura). Mi agradecimiento, entonces a Juan Google.


Las encuestas

No pretendo ser en Indec, che. Es más, ni sé cómo se arma una encuesta para que sea algo representativo, un útil sociológico (ni me interesa) Pregunto lo que se me canta, generalmente con trampa, mañosamente, y con sesgos irónicos. Y sale con fritas: sale como sale. Veamos.

La primera era Cuál es tu prioridad para 2008. Pensada a principios de año, y del año lectivo, apuntando también a los nuevos ingresantes obligados, ofrecía muchas opciones, pero ganaron dos que, en sí mismas, son los dos polos de una tensión hermosa: "Sostener/afianzar el concepto de "living la vida loca" empató con Mantener/profundizar los estudios (ambas con el 26%) Siguió con aquellos/as que priorizan el laburo, los/las que quieren conseguir/mantener/mejorar el empleo (17%). En cierto sentido, conectado con quienes quieren vivir la vida loca, están quienes desean sostener/afianzar sus relaciones de amistad (13%), quizás porque empiezan a descubrir que ese maravilloso mundo de la adolescencia, cuando todos/as estamos siempre ahí, en los grupos de pertenencia, comienza a resquebrajarse en la vida adulta y la falta de tiempos para todo. Atrás apareció el deseo prioritario de sostener/afianzar las relaciones de familia (con un módico 8%; al final es cierto: la tradicional concepción de familia occidental y cristiana está en crisis (¿por suerte?). Por más que se proclamaran mayoritariamente por vivir la vida loca, lo cierto es que el turismo no entra en esta categoría, o que no da el cuero para hacerlo, ya que un magro 4% respondió que su prioridad era viajar, hacer turismo y "conocer el mundo", la misma cantidad de personas que desea sostener/afianzar su militancia (política, barrial, parroquial, etc.). Una de dos: o no se entendió la consigna o la desmovilización no sólo sigue sino que es aún mayor. En contradicción con las encuestas anteriores, ahora resulta que nadie, pero nadie nadie quiere conseguir / sostener / profundizar su relación de pareja, así que, o cambió completamente el público, o el mismo público de siempre se dedicó al metaiponga formal con pareja estable en las vacaciones y ahora está en el piraterío...

La segunda encuesta era ¿Cuál de estos sería el MÁS TRISTE hecho del que podrías enterarte en este 2008?. Ganó, por suerte, y casi por afano, el Ninguno de los anteriores (41%), puesto que nada de lo expuesto ameritaba tristeza extrema. En partes iguales (4% y 4%), dos chicos, dos chicas, un chico y una chica, o lo que sea que dé la propiedad distributiva, consideraron que lo más triste de 2008 sería perderse de ver
algún tipo de videíto casero, de esos hot, protagonizados por Wanda Nara (ya hizo uno) o Mariano Martínez (o algún carilindo similar). Parece que a nadie le entristecería saber que Ricky Martin confirmara lo que se sospecha respecto de sus preferencias sexuales, pero no sabemos si es una respuesta políticamente correcta, respetuosa de las diferencias, etc. o si es que, por caída de madura, esa pera no hace ni compota... Un 16% vería mellada su alegría si se levantara el canal Encuentro, un buen canal, che, hay que decirlo, aunque muchos más (33%) se alarmarían si Chiche Gelblung abriera una escuela de periodismo. Nadie, tampoco, se lamentaría de que Mirtha Legrand dejara de emitir sus almuerzos (y este año, sí, es definitivo (?)) o de que levantaran el canal Utilísima, tan oportuno que es para lograr que una lata vacía de arvejas se transforme en una decorada lata vacía de arvejas que molesta en algún lado de la casa.

Tercera encuesta: autopercepciones, o sea, ¿Cómo te imaginás dentro de 20 años? Lameculos siempre hubo, hay y habrá, pero acá son los primeros: 28% dicen que en 20 años todavía seguirán siendo fieles lectores de este blog. Lamento comunicarles que de acá a 20 años voy a estar, cáncer de pulmón mediante, seguramente bajo tierra, así que vayan pensando en reemplazarme para entonces, o antes incluso. En partes iguales (19%), están los/las que piensan solo en eso, y se imaginan Bien conservado/a, todavía apetecible, comible, tiroteable, encamable, junto con los/las que se vislumbran Recibidos/as y siendo grandes intelectuales de este país (aclaramos: grande no es lo mismo que importante). Cabeza a cabeza estuvieron, con el 14%, quienes se ven Felizmente casados/as, Recibido/a, y siendo un burócrata/pequeño funcionario más de este país (docente, por ejemplo), y Recibido y todo lo anterior, pero con la frente bien alta queriendo cambiarlo. Con 9% se ubicaron quienes dicen que serán Re fashion, preciosos/as (incluso más que ahora), Calvo, panzón, vaqueteado, y/u operada, arrugada, vaqueteada (ay, los excesos de la juventud, qué mal te dejan... mírenme a mí, que todavía no entro en las tres décadas...), Felizmente soltero/a, y Recibido/a en otra carrera (distinta de la actual). Solitos/as su alma, con exiguos 4%, quienes se vieron Con pocos hijos (uno/ dos), o directamente Sin hijos: ¡muchachos/as, pónganse las pilas que las escuelas y universidades necesitan mátricula en el futuro! ¡No lo hagan por amor, háganlo por la Patria!. Nadie se vio Con muchos hijos (más de dos), ni Con nietos y hasta bisnietos, ni Felizmente divorciado/a, ni Felizmente viudo/a, ni mucho menos Felizmente muerto/a; tampoco tuvo votos Recibido/a pero laburando en cualquier cosa que nada que ver (por ej., un taxi), ni No recibido/a, con lo cual uno puede pensar que todos los lectores/as de este blog se ven a sí mismos como gente responsable en su carrera, es decir, en su futuro, y que estudiar sirve para algo, al menos, para no ser lo que no se quiere ser (y que podría ser, obviamente)

La más linda: la lengua. He notado que a mayor longitud del enunciado y mayor cantidad de problemas, menos respuestas, así que empezaré a poner más cortas y con menos opciones. En esta ocasión era Ante la inminencia de una guerra entre dos estados, un afamado canciller quiere afirmar el mensaje de paz de su país. ¿Cuál de los siguientes enunciados posibles es el único correctamente formado?. La respuesta que correspondía era Como sostuvo el analista internacional Rómulo Ortofeo, en un editorial del prestigioso periódico «Fiorito Post», hace una semana [o una semana atrás], debe primar la cordura entre los pueblos y abandonar estos desafíos bélicos realizados ex profeso. Esto incluia:
• Un editorial / * una editorial (el símbolo *, en lingüística, significa agramaticalidad, incorrección, mala formación, etc.). En masculino es el artículo editorial, un tipo de texto periodístico; en femenino es la casa editorial, la empresa. En nuestro caso correspondía la primera opción.
• * Hace una semana atrás / Hace una semana / Una semana atrás. Es reduntante, aunque muy común, indicar el lapso de tiempo con la construcción impersonal con hacer, y luego el adverbio que remite a la misma dirección temporal. Dicho de otro modo, no podría jamás ser hace una semana adelante.
• Primar / privar. Primar es, según el D. R. A. E., «Conceder primacía a algo», o sea «Prevalecer, predominar, sobresalir», ser el primus, el primero. Privar, en cambio, es «Despojar a alguien de algo que poseía», «Prohibir o vedar», «Tener privanza» o «Dejar voluntariamente algo de gusto, interés o conveniencia», entre otras acepciones que no vienen al caso. Suelen confundirse las dos palabras, sea por su similitud fonética, sea por cierta analogía de significados (lo que prima o sobresale, en buena medida priva de surgir otras opciones) Pero queda claro que en el ejemplo debía primar la razonabilidad, y no privarse de ésta.
• * De ex profeso / Ex profeso. Las locuciones latinas tienen el problema de que el que las usa cree quedar "bien", ser "culto", pero... si no sabés qué era en latín quedás como un nabo. Ex, en el idioma del Imperio, significa, entre otras cosas, nuestra de, por lo que hacer algo de ex profeso es hacerlo de de profeso. Hay muchos sitios donde buscar el significado o traducción de las locuciones latinas, e incluso en buenos diccionarios/enciclopedias, figuran esos latinajos que algunos/as tanto gustan... Pero, como todo en la vida, si vas a usarla, usála bien, pues de nada sirve fanfarronear, alardear y después... ser el hazmerreír del barrio.

Nos vemos en el séptimo

sábado, 3 de mayo de 2008

Increíble, pero real

PONE EL MOUSE EN LA S Y ARRASTRALO HASTA LA O..TE VAS A SORPRENDER, ES INCREÍBLE!!!!!!!!!!!!!!

SE NOTA QUE ESTÁS AL RE PEDO

jueves, 1 de mayo de 2008

Otro que copio y pego, bah capturo y pongo • A este sí que podríamos ir, ¿no? • Vamo' lo' pibe', vamo' lo' de Letra'!!!!!


Teatro y salud 2

Vuelvo a copiar y pegar • ¿Vamos?

Estimados coordinadores, directivos y docentes:


Tenemos el agrado de invitarlos a una función abierta de "Ahumados", destinada a educadores, que realizaremos en el Centro Cultural Latinoamericana el día viernes 9 de mayo a las 20 y 30 hs. en Av. Congreso 2361, esq. Cabildo.

"Ahumados" es un espectáculo teatral y audiovisual para adolescentes que aborda la temática del tabaquismo. Ya ha sido estrenado a principios de abril para la Comisión Antitabaco del Ministerio de Salud de la Nación. Esperamos que puedan conocer la propuesta para acercarla a sus aulas.

Solicitamos que nos confirmen su asistencia y reenvíen la infomación a docentes o instituciones que puedan sentirse interesados.

Atte.

Dionisio Luna Producciones

(011) 4911-9633 (011) 155509-9954 (011) 155712-8337

dionisolunaproducciones@gmail.com

http://dionisolunaproducciones.blogspot.com (Página web en construcción).

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(El jueves que viene, la última entrega)


XXXV

–¿Don, tiene fuego?
–Si el cigarrillo matara más rápido, habría seguido fumando…
–¿Tiene o no?
–Esperá que me fijo… ¿Querés sentarte?. Sentáte, va a ser todo un acontecimiento acá, que me vean sentado con alguien.
–¿Por?

–Desde que llegué que no sé para qué vine…
–¿No es de acá?

–No. Vos tampoco, ¿no? Nunca te vi…

–Llegué ayer a la mañana
–¿De dónde sos? –¿Eso importa?
–Supongo que no… ¿Y venís a quedarte acá?

–No.

–Bueno, eso tampoco importa, supongo…

–¿Y usted de dónde es?

–De Buenos Aires
–¿Se va a quedar?
–La verdad no sé… Empiezo a acostumbrarme al pueblo, a su gente… Hasta ya les conozco a algunos el nombre, y me conocen a mí… No era esa mi idea, pero la costumbre de vivir puede más…

–Ojalá yo algún día encuentre un lugar así…
–¿Querés tomar algo?

–No, ya me voy…
–¿Y por qué no te vas a quedar acá, si andás buscando un lugar donde renacer?

–¿Y a usted quién le dijo que yo estoy muerto?
–Tenés los mismos ojos apagados que tenía yo hace un año…
–…

–¿Cómo te llamás?

–Gonzalo, ¿y usted?

–Leonardo
–¿Viene todos los días a este bar?

–Todos los días, sí.
–¿No se aburre?

–No vine buscando diversión, vine buscando morirme.
–¿Por?

–Todos nos escapamos de algo, ¿o no?

–Usted… ¿usted se está escapando?
–Puede decirse que sí, aunque ya no me acuerdo bien de qué. A veces pienso que vine para escaparme de mi futuro, y no de mi pasado, como creía entonces…

–Escaparse… del futuro… Qué… zarpado eso… escaparse del futuro…

–Tu pasado está y es tuyo… No te va a dejar nunca. Viniste hasta acá para ser otro, y vas a ser toda tu vida vos, siempre vos. Tu futuro es lo peligroso; tu pasado fue terrible pero, por suerte, ya pasó.

–Bueh… Usted habla como si me conociera… ¿De qué se las da?
–Ja, no me las doy de nada… Te hablo como si fueras yo mismo, como si te conociera de toda la vida: yo también vine escapándome…
–Usted ni me conoce…
–Te veo ahora, a lo mejor por única y última vez, en tu vida, o en la mía… Para mí no tenés historia, ni futuro… Para mí es fácil hablarte; lo difícil es decirme estas cosas a mí mismo… ¿No querés tomar nada en serio?

–¿Tienen fernet acá?

–¡Patrón, un fernet para el amigo!

–¿Amigo? Se le está yendo la mano… Ni me conoce, no sabe de dónde vengo, ni a dónde voy, no sabe nada de mí, ni qué hice, ni qué estoy haciendo, ni qué voy a hacer… Y me dice “amigo”…
–Lo que vayas a hacer, todo lo que uno hace, es el futuro de uno. Yo te estoy pidiendo un fernet acá y andá a saber, me estoy salvando o me estoy muriendo en un rato…
–Bueno entonces tendría que pagarlo rápido, a ver si me toca garpar yo…

–Ja ja ja, no te preocupes por eso… Acá la gente es distinta
–¿Por?

–Todavía creen en el otro, todavía piensan que es posible conocerse, y confiarse
–Je, boludos…

–Puede ser… pero ahí es cuando uno elige si eso ayuda o termina de hundir
–¿Y a usted lo ayudó?

–Estoy en eso, creo…

–¡¡Don Leonardo!! ¡¡Don Leonardo!!
–¿Qué le pasa, Gumersindo?

–Disculpe don Leonardo… Hola, pibe. Don Leonardo, es la María, mi vecina…

–¿Qué pasa?

–¡Que está por parir, don Leonardo, y el doctor Galván no está, se fue a Posadas y no viene hasta tres días!

–Gumersindo, ya sabe que yo…

–Don Leonardo, se muere la piba… La atacó un puma y está muy mala… Sangra mucho y… ¡Por lo menos la criatura, don Leonardo!

–¿Usted… es doctor?

–Es parte del pasado, Gonzalo… Uno es lo que es, y elige el futuro, ¿ves? Vamos, Gumersindo, ¿usted anda en auto?
–Sí, venga don Leonardo… Disculpá pibe, en un rato vuelve el doctor..

Estuve hablando con un doctor, qué lo parió… Si me hubiera visto el Tito… Y encima, era piola… Andá a saber de cuál se escapó. Y se pagó un fernet, el loco… Este lugar parece tranquilo… Pero nunca voy a estar tranquilo yo, la yuta siempre va a mirarme con cara de nada, pero me va a estar fichando… Yo estoy quemado acá, me tengo que ir a la mierda… Capaz que me encuentro con el loco este en Paraguay, y lo tengo que venir a buscar corriendo para que ayude a parir a mi mina… Un bebé… Un hijo… Lo voy a criar piola, no le va a faltar de nada… Voy a laburar bien y va a tener todo, va a tener la vida que yo no pude, no voy a necesitar un bebé para reencarnarme, porque mi hijo va a ser lo que yo no pude ser. No se va a mandar ninguna, ¡porque si lo pesco en alguna…! No. No lo voy a fajar, porque va a ser igual que yo, un resentido conmigo, con su viejo… ¿Cómo se hace para educar a un pendejo si no lo fajás? Chamuyando, haciendo la psicológica… Pero ni da. Se me va a cagar de risa el guacho. Que se encargue la madre… Pero no hay minitas que se rescaten así… Son todas una manga de trolas… Siempre lo decía el Tito, y tenía razón. Si estuviera acá… Seguro que me diría que aprovechemos que no quedó nadie y chetiemos al logi ese que atiende. Está re fácil hacerla… No hay nadie y el viejo lee el diario. Lo apuro con la mirada, lo apuro… Gente confiada… No saben nada. Y bueh, yo me la mando… Total, ya estoy quemado: una más y me rajo y la empiezo en Paraguay, con guita allá los paraguas me van a respetar y voy a poder hacer alguna que me dé buena guita y voy a poder encontrar alguna mina que me eduque bien a los guachos mientras yo llego de trabajar cansado y todos me esperan con una sonrisa… Y sí, yo me la mando… Ahora que el viejo se dio vuelta…

–¡Quedáte quietito, viejo, y dame rápido toda la guita, que no estoy jodiendo y si no me ayudás y me ponés nervioso te bajo acá nomás! ¡¿Me oís?!

Qué pibe extraño… ¿Qué dolor terrible lo habrá traído hasta acá, al culo del mundo, a la frontera con la nada? Un pibito que todavía no vivió… que no tuvo oportunidad de vivir y ser feliz y ya está huyendo de sí mismo… ¿Qué le queda para cuando tenga mi edad? ¿Qué le queda para cuando se le mueran las personas al lado, impotente, y esté yendo, vacío, a auxiliar en un parto, justo en un parto, a una desconocida? Qué irónica la vida… Es la persona con la que más entusiasmo al hablar tuve en todo este tiempo, y quedó ahí, tomándose un fernet en el patíbulo de un viaje que no lo lleva a ningún lado, porque nunca se va a ningún lado cuando uno se escapa de uno mismo… Y si no, acá estoy yo… Me vine a la selva a verme morir, ver morir el hombre que fui, el médico que fui… y voy como médico a asistir el parto de una piba sin hombre atacada por un puma. ¿Qué nos lleva a tomar estas repentinas decisiones? ¿Qué nos obliga a hacer algo que tendrá importancia fundamental en la cadena de hechos que sobrevendrán irreversiblemente? ¿Qué nos impide darnos cuenta de la importancia de esos hechos insignificantes, esos platos sucios después de una cena que atraen a las cucarachas que vas a ver en la madrugada, cuando te levantes para tomar un poco de agua y del susto, te desmayes? ¿Qué buscaba cuando vine acá? ¿Qué dios manejó los hilos de este títere que ahora soy, yendo a hacer algo que no quiero, que me trae a los ojos todo el pasado que me obstiné en tapar con mis propias manos? Pobre pibe… Si todo termina rápido capaz lo veo, o alguien sepa decirme dónde está parando… Está tan solo… Se le nota el dolor… Como se me olería a mí cuando llegué a Montecarlo… Y ahora, soy el médico del pueblo, al menos por un rato… Entrando en un rancho a auxiliar a una piba que va a ser madre…

–¡Rápido, don Gumersindo, ponga a calentar agua y vuelva a buscar al pibe que estaba conmigo así me ayuda! Tranquila… ¿Cómo te sentís?




XXXVI

–La novela comienza y termina con un breve diálogo en estilo directo. ¿Por qué eligió este procedimiento?
–No podría decirlo con certeza. Supongo que en definitiva anticipa un poco lo que viene: voces que en apariencia no tienen relación, pero que forman una trama que el lector va develando.

–Sin embargo, ya desde el comienzo, precisamente, hay un nivel diegético que organiza esas voces, en el estilo directo…
–Bueno, es que narrador siempre hay, de uno u otro modo. El autor ha muerto es una afirmación que tiene más de consigna que de realidad; al menos, si se considera que una novela es, a diferencia de la vida, un relato organizado.

–¿La vida es puro caos?
–No estoy diciendo necesariamente eso, aunque podría suscribirlo. Uno lleva su propia vida sin saber a dónde marcha. En la novela se escribe sabiendo, generalmente, a dónde se llega. Es cierto que uno también encamina su destino, pero creo que en la novela hay ciertas ventajas; por lo pronto, uno puede tachar, borrar y reescribir. Por otra parte, la novela se lee, uno se objetiva y desobjetiva con facilidad; en la vida uno no puede verse desde otro lugar, como si estuviera leyendo el libro de otro, el que te lee a vos no se comprende a sí mismo, pero cree entenderte (o se siente con derecho a hacerlo)

–¿De ahí entonces ese carácter fragmentario que tiene todo el relato?
–No creo. Los fragmentos son, por un lado, un recurso cómodo para alguien que no está habituado a la escritura larga. Pero creo que fundamentalmente tienen que ver con esa dosis de participación del lector, con ese “hacer el relato” que me parece imprescindible. En cierto modo, está todo ahí, escrito, pero también se puede decir que está todo ahí, en la lectura.

–Dentro de ese artificio que propicia la construcción de los recorridos de lectura, ¿el silencio, el implícito, se superpone con lo dicho, con lo explícito?
–Los personajes hablan, también habla el narrador. Y también aparecen otras voces, como la noticia del diario o las voces anónimas del chat. Somos seres que hablan en un mundo que habla, pero ciertas palabras, ciertas enunciaciones cobran relevancia, en desmedro de otras. La novela del narrador único, omnisciente, es tramposa, en tanto construye la ilusión de la homogeneidad del discurso: un relato, una voz. Pero, como dije antes, creo que la idea de la narración sin narrador es imposible; en todo caso, se traslada al lector. Desde el punto de vista tradicional, hay lagunas, hay vacios, hay elipsis; desde el punto de vista de la lectura hay una linealidad que se basa en blancos y negros, en rellenados que quedan a cargo del lector.

–Sin embargo, no queda en claro, en la lectura, cómo continuar la historia, cómo predecir o explicar algunos hechos…
–¿Cuáles, por ejemplo?

–Los motivos que llevaron a Gonzalo a asesinar a sus padres, por caso.
–¿Realmente importan? Eso queda tematizado cuando se trabaja con la voz de los mass media. Generalmente no interesan mucho los motivos, porque intranquilizan, muestran cuánto de humano puede tener un acto inhumano. Gonzalo es, desde la óptica de esas voces, culpable.

–¿No es algo maniquea la forma como aparecen reflejados los medios de comunicación en la novela?
Tal vez hay cierta recurrencia de ciertas formaciones ideológicas, es cierto, pero no creo que sea algo maniqueo, si por esto entendemos algo así como poses, como planteamientos estáticos. Pero me interesaba trabajar con esas ideologías, que están presentes, en mayor o menor medida, en la sociedad, y por ende en los medios, que las reflejan y las refractan, podríamos decir. Igualmente creo que hay un arco, una variedad de posicionamientos desde alguno más irracional, más "show bussines", hasta otro, que intenta ser más racional, más argumentativo. Pero, repito, no era mi intención "reflejar", porque no creo que la literatura esté en este mundo para eso, sino poner en emergencia ciertas cuestiones. Si se quiere, sí hay cierto maniqueísmo pero en otro nivel, en el de la lengua de los medios, en ciertos estereotipos de la prensa, o usos que no se consideran académicamente correctos... Para decirlo de un modo tradicional, hay un planteo, un trabajo desde lo ético, y otro trabajo, otro planteo, desde lo estético.

Volviendo a la cuestión de Gonzalo Coronel, ésta es más compleja, porque se desencadena a partir de una mentira, con lo cual volvemos al problema de las voces, la enunciación y a quién y cómo la enuncia.
–Bueno, de hecho nunca salimos de allí. Justamente, si el lector privilegia ciertas voces, y no otras, asume una “postura política”; si desnaturaliza el lenguaje y sus prácticas, entonces obtiene otra versión de los hechos.


–Desde la perspectiva que usted está planteando, entonces, la figura central en la novela es la de Facundo?
–Sin lugar a dudas. En esta segunda lectura posible que estoy proponiendo, es necesario deconstruir la novela a partir de Facundo.

–¿Por qué?

–Porque Facundo es un desquiciado, en cierto sentido. Es una especie de Quijote actual, salvando todas las cuestiones del caso. Es un producto alocado de la literatura, distorsión de los medios masivos de comunicación, un falsificador, que potencia esta cuestión del poder de la palabra y de la opacidad de la enunciación. Hace suyas las voces de otros, las ficcionaliza en nuevos contextos, y con ello crea nuevas realidades, básicamente, crea las condiciones para que Gonzalo sea lo que los demás dicen que es. Entrega a Gonzalo, una especie de Silvio Astier, concientemente y sin saber bien por qué, atribuyéndole en una carta ficticia que intenta que se tome como real, ese carácter pederasta que luego su madre, enfurecida, recrimina a la madre de Gonzalo.


–Y esa carta, a su vez, es la contraparte del anónimo que aparece en La traición de Rita Hayworth
–Opera en el fragmento las modificaciones discursivas que lo identifican a él con Toto, pero a su vez desde el lugar de Cobito, el delator en La traición… Por otra parte, Gonzalo relata un sueño, una aspiración, un horizonte de expectativas que también es reformulado por Facundo, en una composición escolar en la que se adueña de ese relato y lo hace propio.


–Pero aquí ya no sería un “desquicio literario”, como usted indicó antes, sino una escritura de circulación restringida y genéricamente pautada, como la de la composición escolar.
–No lo veo tan así. La literatura está fatalmente destinada a circular por las aulas, y ser plagiada allí, de uno u otro modo. El modelo de escritura en la escuela, a pesar de todo, el válido, sigue siendo el de los escritores. Hoy por hoy quizás con menos fuerza, pero, digamos: cuando se propone a un alumno escribir un relato, se espera un cuento, un destello de genialidad, de originalidad, de tecnicismo, y no una anécdota sabrosa, de esas que se escuchan a escondidas en un colectivo.


–El otro personaje que está relacionado con la literatura es Leonardo, que escribe las dos poesías y hace, digamos, un recorrido quiroguiano.

–Sí, aunque menos finisecular. Leonardo es, como todo aquí, creo, la posibilidad de leer al menos dos historias. Desde cierto punto, es sombrío, lo atraviesa un dolor inconmensurable que ese narrador que lo acompaña acrecienta más y más. Por otro lado, es la contraparte de Gonzalo, obviamente. Es su “lado bueno” por otros medios, vale decir, es la contraparte de Facundo en realidad, es el que genera las condiciones de posibilidad de la redención de Gonzalo, si hemos de tomar por cierta la cuestión de la reencarnación que su sueño (el que Facundo hace propio) viene a plantear.

–¿Leonardo es, entonces, un tipo feliz?

–No lo creo, si hemos de hacerle caso a la voz que lo narra y la voz desde donde se narra a sí mismo. No obstante, podríamos decir que finalmente se reconoce y se reencuentra, lo cual, seguramente, es un acto de infinita felicidad. Esto tiene mucho que ver, también, con el guion cinematográfico del final, escrito con Sofía, y que en cierto modo prefiguraba, mucho tiempo antes, la idea de que ciertos personajes son la contracara de otros, y ciertas vidas tienen sentido en función de otras.


–Retomando este aspecto, y para terminar: usted afirmaba al comienzo que todas las voces y todos los fragmentos, finalmente, se entrecruzan. Sin embargo, esto no es explícito, no hay un punto de inflexión a partir del cual se pueda pensar en una novela coral ¿Cómo se lee entonces ese entretejido?

–Quizás porque hay refracciones antes que cruces. Lo que aquí aparece es lo que allí se menciona, y viceversa. Hay una trama que se superpone con otras tramas, y el lector puede leer la que quiera. Lo mismo que ocurre en la vida.