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domingo, 25 de mayo de 2008
Nuevo aporte de Daniela de Turdera • Implacable como siempre, arremete contra la Revista Hombre, de Editorial Perfil • Enteráte del "Test Tayson" y de cómo un Hombre se siente más feliz entre hombres...
Escalofriante. Esa sensación sentí mientras leía el test que publicó la Revista Hombre, de Editorial Perfil. Paso a detallar de qué se trataba.
Los responsables de la revista (redactores, editores, directivos y editorial) decidieron publicar un test, con el estilo desenfadado que prevalece en ese medio.
Un test suele ser un mero esparcimiento inservible. Son ridículos e inofensivos, a mí entender. Test insignificantes, de nulo valor empírico, pero que suelen ser leídos aunque más no sea por curiosidad. Pero éste no es el caso. El test publicado por la revista Hombre no era ni insignificante ni ridículo y menos aún inofensivo.
Se titula “¿Madura el K.O.?”, seguido de un copete que advierte “Si ves a una mina golpeada y pensás ‘algo habrá hecho’, esto es para vos”. Luego comienzan el listado de preguntas y opciones de respuestas que tratan acerca de los motivos, métodos, frecuencia, marcas e intensidad de la violencia física dirigida contra las mujeres.
Algunas de las preguntas para responder por el lector-revista-Hombre/supuesto-agresor eran de la siguiente índole: “¿Qué excusa usás para golpear a tu mujer?” Las alternativas eran “a) Los fideos estaban fríos; b) Te miró 'con esa cara'; c) Tuviste un mal día de trabajo o d) No hace falta una excusa”. Otra pregunta se abocaba a los métodos utilizados para la agresión física, y el lector-complice podía contestar por algunas de las opciones: “a) Un puño envuelto en un repasador no deja marcas; b) El famoso cachetazo de proxeneta: con la cara externa de la mano derecha yendo en sentido diagonal de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha; c) Tirás el plato (el de los fideos fríos, por ejemplo) al suelo y cuando se agacha a limpiar el enchastre la aleccionás con un puntapié en las costillas o d) Te gusta improvisar”. Habían otras, muy explícitas todas ellas. Siete en total.
El contenido sexista y discriminatorio hacia las mujeres es explícito; y como tal se constituye en apología de la violencia de género. Resulta espeluznante ir leyendo una pregunta tras otra, y peor las alternativas de respuesta. Los términos que se manejan resultan nefastos, incluso si los aislamos del sentido complejo que comporta el texto. Palabras como adoctrinamiento, lección, son muestra suficiente del concepto de mujer que se maneja. Analizados en su conjunto, no generan otra cosa que indignación y repulsión por quienes permitieron su publicación. Ni qué decir de quienes propusieron la idea y de quienes la redactaron.
La frase “algo habrán hecho”, no sólo justifica la acción de violentar a la mujer y avalar esa agresión; también evoca instintivamente el sentido común que preponderó en la última dictadura. En ambos casos las víctimas eran “culpables” y “merecedoras” de aquella violencia.
Una actitud misógina de la revista que naturaliza un comportamiento aberrante. Nada quedó librado al azar: “Test Tayson”, acompañaba el título. Sí, aquel boxeador que fue sentenciado por violar a una mujer.
El test no tuvo inocencia. Tampoco genera una sonrisa cómplice. No hay humor negro, ni blanco ni verde. No hay humor. No hay gracia. No hay chiste.
Por supuesto que respeto la libertad de expresión. Y por eso solicito ceder la palabra a las mujeres que son acalladas con esos “cachetazo de proxeneta”.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
N. del E.: El humor (o aquello que es leído como tal) tiene el efecto de cristalizar esterotipos, prejuicios, etc.: ideología, de un modo aparentemente "ingenuo", es decir, de un modo no racional pero altamente efectivo. No es ingenuo entonces, el que una publicación que desde su título-marca registrada se pregona como "el reducto del macho" utilice el procedimiento del "humor" para esto; y saben perfectamente que habrá quienes ("quienas", sobre todo) no leerán este test (?) como humorístico. Dicho de otro modo: saben, prevén este posteo, entre otros. No les interesa, ni les preocupa: es la retroalimentación que esperan, que desean, la que justifica su postura y cohesiona su colectivo de identificación: la insolente mujer que contesta debería de ser cagada a palos, para que aprenda. En realidad no es una mujer la que esperan como respuesta: es una mina, un término mucho más connotado y acorde con la ideología que sostiene la publicación. (Algún día tendríamos que publicar un artículo en que se deconstruya los sentidos de la palabra mina, ¿no?)
Los responsables de la revista (redactores, editores, directivos y editorial) decidieron publicar un test, con el estilo desenfadado que prevalece en ese medio.
Un test suele ser un mero esparcimiento inservible. Son ridículos e inofensivos, a mí entender. Test insignificantes, de nulo valor empírico, pero que suelen ser leídos aunque más no sea por curiosidad. Pero éste no es el caso. El test publicado por la revista Hombre no era ni insignificante ni ridículo y menos aún inofensivo.
Se titula “¿Madura el K.O.?”, seguido de un copete que advierte “Si ves a una mina golpeada y pensás ‘algo habrá hecho’, esto es para vos”. Luego comienzan el listado de preguntas y opciones de respuestas que tratan acerca de los motivos, métodos, frecuencia, marcas e intensidad de la violencia física dirigida contra las mujeres.
Algunas de las preguntas para responder por el lector-revista-Hombre/supuesto-agresor eran de la siguiente índole: “¿Qué excusa usás para golpear a tu mujer?” Las alternativas eran “a) Los fideos estaban fríos; b) Te miró 'con esa cara'; c) Tuviste un mal día de trabajo o d) No hace falta una excusa”. Otra pregunta se abocaba a los métodos utilizados para la agresión física, y el lector-complice podía contestar por algunas de las opciones: “a) Un puño envuelto en un repasador no deja marcas; b) El famoso cachetazo de proxeneta: con la cara externa de la mano derecha yendo en sentido diagonal de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha; c) Tirás el plato (el de los fideos fríos, por ejemplo) al suelo y cuando se agacha a limpiar el enchastre la aleccionás con un puntapié en las costillas o d) Te gusta improvisar”. Habían otras, muy explícitas todas ellas. Siete en total.
El contenido sexista y discriminatorio hacia las mujeres es explícito; y como tal se constituye en apología de la violencia de género. Resulta espeluznante ir leyendo una pregunta tras otra, y peor las alternativas de respuesta. Los términos que se manejan resultan nefastos, incluso si los aislamos del sentido complejo que comporta el texto. Palabras como adoctrinamiento, lección, son muestra suficiente del concepto de mujer que se maneja. Analizados en su conjunto, no generan otra cosa que indignación y repulsión por quienes permitieron su publicación. Ni qué decir de quienes propusieron la idea y de quienes la redactaron.
La frase “algo habrán hecho”, no sólo justifica la acción de violentar a la mujer y avalar esa agresión; también evoca instintivamente el sentido común que preponderó en la última dictadura. En ambos casos las víctimas eran “culpables” y “merecedoras” de aquella violencia.
Una actitud misógina de la revista que naturaliza un comportamiento aberrante. Nada quedó librado al azar: “Test Tayson”, acompañaba el título. Sí, aquel boxeador que fue sentenciado por violar a una mujer.
El test no tuvo inocencia. Tampoco genera una sonrisa cómplice. No hay humor negro, ni blanco ni verde. No hay humor. No hay gracia. No hay chiste.
Por supuesto que respeto la libertad de expresión. Y por eso solicito ceder la palabra a las mujeres que son acalladas con esos “cachetazo de proxeneta”.
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N. del E.: El humor (o aquello que es leído como tal) tiene el efecto de cristalizar esterotipos, prejuicios, etc.: ideología, de un modo aparentemente "ingenuo", es decir, de un modo no racional pero altamente efectivo. No es ingenuo entonces, el que una publicación que desde su título-marca registrada se pregona como "el reducto del macho" utilice el procedimiento del "humor" para esto; y saben perfectamente que habrá quienes ("quienas", sobre todo) no leerán este test (?) como humorístico. Dicho de otro modo: saben, prevén este posteo, entre otros. No les interesa, ni les preocupa: es la retroalimentación que esperan, que desean, la que justifica su postura y cohesiona su colectivo de identificación: la insolente mujer que contesta debería de ser cagada a palos, para que aprenda. En realidad no es una mujer la que esperan como respuesta: es una mina, un término mucho más connotado y acorde con la ideología que sostiene la publicación. (Algún día tendríamos que publicar un artículo en que se deconstruya los sentidos de la palabra mina, ¿no?)
Etiquetas de esta entrada: Mass-media
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Coincido con vos, Daniela, pero debo preguntar: ¿que hacías leyendo esa revista?
ResponderEliminarLa facultad no me da respiro Esteban, así que te dejo un saludo y ya mismo me voy a dormir. En algún momento me pondré al día con tu blog, espero.
Matías
No quiero responder por Daniela, o sea que respondo como si la pregunta y la situación me involucrasen a mí: siempre es bueno leer y escuchar al enemigo, saber en qué andan, etc. Media horita de C5N... el editorial de Grondona... en dosis prudentes, permiten afilar el cuchillo ;)
ResponderEliminarClaro. Yo los fines de semana siempre leo Página 12, Perfíl (imperdibles los artículos de Eliaschev en El Observador y los de Nelson Castro, que siempre me hacen reflexionar(?)), Clarín y La Nación. El suplemente económico de este último es impresionante, tanto como el bigote de Gonzalez Oro. Incluso a veces mi viejo me trae la revista Cabildo y me deleito con la prosa de Caponetto, !a ver quien llega más lejos!
ResponderEliminarIgual mi pregunta era más bien en chiste.
Saludos.
Entonces me evito la respuesta… ;)
ResponderEliminarCoincido con Esteban en lo estratégico que resulta “escuchar al enemigo (…) en dosis prudentes”. Pero lo tuyo, Matías es un abuso!!!
Una vez me dijeron que los diarios sólo sirven para hacer el asado y envolver los huevos. ;)
Y planteo la siguiente duda. Es cierto lo que dice la Nota del Editor acerca de las características y la operacionalidad del humor. Es correcto (o al menos así lo creo yo) que no existe ingenuidad en una publicación de este tipo. Ninguna duda hasta acá.
Pero esos comentarios discriminatorios y violentos no quiero que sean naturalizados. Si la revista prevee este tipo de posteo, y notas, y debates; primero: lamento informarle a los responsables de marketing que no tuvo una gran repercusión y que existen otros métodos más leales (si estos no funcionan el replanteo tendrá que ser sobre el contenido de la revista). Y segundo: intento de alguna manera denunciar semejante barbaridad, por más que cumpla con sus objetivos. Más grave me resulta ser indiferente a una cosa así. Me preocupa que no les interese a ellos sobre las consecuencias que tienen sus palabras. Es decir, que tengan la posibilidad de publicar un test como el de Tayson, conscientes de que nada les sucederá como medio gráfico, e incluso con el beneficio de aumentar sus ventas.
Saludos
Daniela
y no te olvides de los vidrios rotos!
ResponderEliminarEs cierto: lo de Matías es casi cumpulsión, masoquismo y etcéteras.
ResponderEliminarDani: está claro que denunciarlo, incluso en un medio insignificante como este, donde opinamos tres o cuatro y leen otro tanto. Yo estaba queriendo expresar, creo (ahora quizás lo veo así) aquello que Verón afirma con respecto al discurso político (y quizás esto sea una forma de discurso político: y quizás sea aplicable a todo discurso, porque todo discurso es político) de estar dirigido a un paradestinatario, porque el prodestinatario siempre está a favor y el contradestinatario siempre está, obviamente, en contra...
Y bue la verdad a mi ese tipo de revistas nunca me llaman la atención pero suelo leer cualquier tipo de cosa tanto buena como mala, Todo es suceptible de critica a la hora de la elecciones.
ResponderEliminarEn cuanto al posteo de dani, impecable como siempre, en cuanto sobre lo que posteo, no sè me ocurre mucho que decir mas que sus lectores son los que construyen su escritura, no lo digo agresivamente es solo que me resultan muy eduardo Feiman. Y eso es lo que mas preocupa, del test Tayson a la vikingada hay un pasito muy pequeño aisito nomas dirían en Jujuy, donde contrariamente a lo que escriben estos satrapas hay un respeto por la mujer muy grande. Tanto que no se considera que hay que tenerle un respeto especial (nombro Jujuy como lugar estereotipado de machismo en nuestro pais).
Por otro lado está la cuota de humor. A mi personalmente no me hace mucha gracia por no decir ninguna, pero convengamos en que cuando lees revistas de corte femenino también se pinta a los hombres como una banda de brutos. SIN ir mas lejos seguramente vieron la última publicidad del Alto Palermo (sin palabras) y sin embargo es posible admitir que es gracioso. Son cosas distintas lo sé, la inutilidad de los hombres y la violencia no son lo mismo pero hay relación entre una cosa y la otra, el chiste sobre la descalificación.
Entonces si a una "mina" le tiran los fideos y la cagan a piña y eso supuestamente es gracioso también debe parecer gracioso que un boludo se quede bajo el agua llamando a la mujer por un paraguas para seguir leyendo el ole.
En cuanto a la nota de Esteban, yo personalmente tengo una opinión sobre la palabra "mina" hay modos y modos de usarlo, yo personalmente creo que puede tener buenas connotaciones por ejemplo es una mina de fierro, que pedazo de mina, que buena mina, que mina copada o el ya clasico de Cacho de BS AS "EN VES DE una mujer vienen dops minas" en referencia a Adriana Varela. o sea no un mujer dos minas, mucho mas que una simple mujer o un simple hombre, dos minas o sea una mujer con los ovarios bien puestos, valiente linda, agradable una reverenda perra que esta barbara. Me explico?