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jueves, 4 de febrero de 2010
Acerca de las 'sociedades representadas' en las redes sociales
Publicado por Esteban Cid a las 15:09Las agrupaciones en Internet: comunidades y redes sociales • El mundo del Fotolog y de Facebook: sus posibilidades y riesgos • ¿Qué hace y puede un cibermiembro social?
La idea de aldea global, de cibermundo, fue una atractiva parafernalia con la que, a partir de la década del '80 del siglo pasado, la postmodernidad plasmó su idea de ampliación de las fronteras, y de ciudadanía del mundo: el capitalismo global encontró en el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación el anzuelo por el cual esa entelequia denominada el hombre común se sintió compelido a participar, sin saber bien en qué (y a no participar en otras cuestiones, claro está).
Las primeras agrupaciones de usuarios de internet fueron comunidades. Este término, más antropológico que sociológico, remite etimológicamente a otras palabras, emparentadas con ella: comunicación y comunión (en el sentido de consustanciación, no en su acepción religiosa). Esas comunidades eran claramente definidas a partir de objetivos, intereses y necesidades comunes: científicas y de seguridad, primero (allí nació la "protointernet"); diversas, luego (usuarios de tal o cual programa o juego, fanáticos de tal o cual grupo musical, grupos GGLTB, skin heads, hackers, o lo que fuera) Aunque no se conocieran personalmente, cara a cara, ni tuvieran contacto directo (el concepto mismo de 'comunidad' no requiere de esto, pues entonces no podríamos hablar de los artesanos europeos del siglo XV, por ejemplo), la decimonónica idea de intercambio epistolar, de contacto, se trasladó rápidamente al correo electrónico, a los foros de opinión, a los primeros chats: bastaría con sentirse parte de un determinado colectivo de identificación (eventualmente, suscribirse a él, ratificándose) para formar parte. Tarde o temprano, un congreso, una mesa redonda, un simposio, una salida nocturna, una reunión o una jornada leather terminaría permitiendo identificar nick con rostro.
A estas comunidades de usuarios siguieron, ya en el siglo XXI, las redes sociales, en el marco de lo que se conoce como Internet 2.0, vale decir, básicamente, protocolos de acceso y códigos de programación más flexibles, abiertos. El antiguo concepto de comunidad, más cerrado, más imaginario (y paradójicamente, también, más palpable) cedió paso a una red social. Y el cambio de nombre, por supuesto, no habrá de ser inocente.
¿Qué es una red social? Fundamentalmente, una plataforma programada para que se suscriban e interactúen usuarios de todo el mundo. Si la 'comunidad' suponía intereses, objetivos y necesidades comunes, un vínculo de comunicación determinado por ciertos propósitos, la 'red social' exaspera esto al punto de disolverlo: quien se suscribe, por ejemplo, a Fotolog lo hace, sencillamente, para interactuar con gente de la que desconoce absolutamente todo. El éxito de esta plataforma, por caso, se basó en la posibilidad de colocar en una amplia vidriera, global, fotos diversas de cada uno de los usuarios/as, a la espera de comentarios, también variopintos y eclécticos. Cada foto es subida con un epígrafe, que suele ser del tipo "Nah, me sak esta foto después de bañarm Firmen lindo ¬¬" Los comentarios orillan el mismo tenor. Además, los usuarios pueden intercambiar sus direcciones de correo electrónico para agregarse a algún programa de mensajería instantánea (básicamente, el MSN de Hotmail), y pueden declararse "favoritos" entre sí (el conocido "efeame y te efeo", es decir, el hecho de agregarse a "F"avoritos -de ahí lo de la "efe", y lo de la "efe reversa"-) Y no hay nada más por hacer en esa "red social". A Fotolog le siguió Facebook que, si bien implica una plataforma con mayor cantidad de herramientas, se basa fundamentalmente en los mismos mecanismos.
¿Qué permite Facebook? Por un lado, integra los contactos de correo electrónico y permite agregarlos al perfil del usuario; por otro, facilita búsquedas de usuarios por nombre y apellido u otro tipo de rangos, tales como dónde cursó estudios. A esta tecnología de conformación de la red, le siguen: la posiblidad de subir fotos y videos; insertarlos desde otros perfiles o sitios, tales como Youtube; escribir notas; comentar todo esto tanto en el propio perfil como en el de otros/as; y anotar qué estás pensando, vale decir, una suerte de mensaje breve, que no tiene posibilidades de edición del texto (negritas, cursivas, etc.) en las que cada uno/a puede poner cosas del estilo "Hoy me duele un juanete" y que todos/as compartan (comenten) tal dolor.
La red social que plantea, entonces, una plataforma como Facebook estaría claramente delimitada y configurada por la ausencia de intereses, gustos, etc. explícitos (es frecuente que alguien agregue a alguien porque sí, para ver qué onda, lo cual depara sorpresas de todo tipo) entre los usuarios interconectados, que son denominados amigos por el programa: la utopía de Roberto Carlos. Por otra parte, en esta utopía del todos/as-amigos/as-de-todos/as, las posibilidades materiales de cada usuario son relativamente escasas: fisgonear a los demás, eventualmente comentar lo que los otros hacen, y nombrarse o comentarse a sí mismo/as. La instantaneidad con que esto se produce hace imposible, por ejemplo, que una persona pueda leer todos los estados ("qué estás pensando") diarios de sus, por caso, 300 "amigos", o que pueda comentar todas las fotos, videos, enlaces, etc., que han subido, o atender siquiera a las demás acciones en su "red social".
La sociedad configurada por estas plataformas, así, carece de todos los atributos de cualquier sociedad: en Facebook no está reflejados ni el conflicto, ni la lucha de intereses y clases; tampoco hay posibilidad de cambio (no tiene código abierto como sí por ejemplo, la plataforma Blogger, que permite a cada usuario entrometerse en el código de programación de su blog y modificarlo a su antojo; ni siquiera tiene opciones predeterminadas para la configuración del diseño de su perfil): Facebook es una "comunidad de iguales" dirigida, administrada y construida por administradores que tienen todo el poder, y son invisibles a los usuarios quienes, como toda alternativa de mando, sólo tienen la posiblidad de "desconectar" a los usuarios/as que los han "ciberdefraudado", vale decir, eliminarte (simbólica y materialmente) de mi red social, de mi cibermundo. Por otra parte, salvo por el hecho del parloteo, no ofrece verdaderas herramientas de interacción social (tiene un protocolo rudimentario de chat uno-a-uno, y juegos -un ámbito de socialización por excelencia- que en realidad son un cúmulo de individualidades interactuando con el juego en sí, y no entre ellas)
Estos atributos y acciones que propician "socialmente" plataformas como Facebook, (y otras que, si bien similares, implican una laxitud en requisitos y prohibiciones) se correlacionan, así, con las acciones posibles que cada "miembro social" de una red tiene: como ya se dijo, puede pavonearse de poseer miles de amigos y comentarios pero, por ejemplo, no puede construir, reconstruir, confrontar o destruir las normas establecidas (puede rotular con un "Me gusta" o "No me gusta" determinada actividad de otro usuario/a, pero no puede cambiar ese mensaje a "Me parece detestable" o a "Te amo con toda mi alma") Esto, obviamente, naturaliza cierto tipo de relaciones sociales y, en tanto tal, contribuye fuertemente a una lógica del statu quo dentro del dolce far niente. Suponer una causalidad mecanicista y postular que esto hará (de aquí a diez o veinte años) una especie de sociedad (real) de autómatas es falaz; tanto como sostener que estos nuevos modos de vinculación (ciber)social son ingenuos e inocuos. El acercamiento y el uso críticos de estas plataformas y tecnologías son imprescindibles pero, claro está, habrá que desarrollarlos fuera de estas "redes sociales" que, casualmente, tampoco ofrecen herramientas al respecto.
Las primeras agrupaciones de usuarios de internet fueron comunidades. Este término, más antropológico que sociológico, remite etimológicamente a otras palabras, emparentadas con ella: comunicación y comunión (en el sentido de consustanciación, no en su acepción religiosa). Esas comunidades eran claramente definidas a partir de objetivos, intereses y necesidades comunes: científicas y de seguridad, primero (allí nació la "protointernet"); diversas, luego (usuarios de tal o cual programa o juego, fanáticos de tal o cual grupo musical, grupos GGLTB, skin heads, hackers, o lo que fuera) Aunque no se conocieran personalmente, cara a cara, ni tuvieran contacto directo (el concepto mismo de 'comunidad' no requiere de esto, pues entonces no podríamos hablar de los artesanos europeos del siglo XV, por ejemplo), la decimonónica idea de intercambio epistolar, de contacto, se trasladó rápidamente al correo electrónico, a los foros de opinión, a los primeros chats: bastaría con sentirse parte de un determinado colectivo de identificación (eventualmente, suscribirse a él, ratificándose) para formar parte. Tarde o temprano, un congreso, una mesa redonda, un simposio, una salida nocturna, una reunión o una jornada leather terminaría permitiendo identificar nick con rostro.
A estas comunidades de usuarios siguieron, ya en el siglo XXI, las redes sociales, en el marco de lo que se conoce como Internet 2.0, vale decir, básicamente, protocolos de acceso y códigos de programación más flexibles, abiertos. El antiguo concepto de comunidad, más cerrado, más imaginario (y paradójicamente, también, más palpable) cedió paso a una red social. Y el cambio de nombre, por supuesto, no habrá de ser inocente.
¿Qué es una red social? Fundamentalmente, una plataforma programada para que se suscriban e interactúen usuarios de todo el mundo. Si la 'comunidad' suponía intereses, objetivos y necesidades comunes, un vínculo de comunicación determinado por ciertos propósitos, la 'red social' exaspera esto al punto de disolverlo: quien se suscribe, por ejemplo, a Fotolog lo hace, sencillamente, para interactuar con gente de la que desconoce absolutamente todo. El éxito de esta plataforma, por caso, se basó en la posibilidad de colocar en una amplia vidriera, global, fotos diversas de cada uno de los usuarios/as, a la espera de comentarios, también variopintos y eclécticos. Cada foto es subida con un epígrafe, que suele ser del tipo "Nah, me sak esta foto después de bañarm Firmen lindo ¬¬" Los comentarios orillan el mismo tenor. Además, los usuarios pueden intercambiar sus direcciones de correo electrónico para agregarse a algún programa de mensajería instantánea (básicamente, el MSN de Hotmail), y pueden declararse "favoritos" entre sí (el conocido "efeame y te efeo", es decir, el hecho de agregarse a "F"avoritos -de ahí lo de la "efe", y lo de la "efe reversa"-) Y no hay nada más por hacer en esa "red social". A Fotolog le siguió Facebook que, si bien implica una plataforma con mayor cantidad de herramientas, se basa fundamentalmente en los mismos mecanismos.
¿Qué permite Facebook? Por un lado, integra los contactos de correo electrónico y permite agregarlos al perfil del usuario; por otro, facilita búsquedas de usuarios por nombre y apellido u otro tipo de rangos, tales como dónde cursó estudios. A esta tecnología de conformación de la red, le siguen: la posiblidad de subir fotos y videos; insertarlos desde otros perfiles o sitios, tales como Youtube; escribir notas; comentar todo esto tanto en el propio perfil como en el de otros/as; y anotar qué estás pensando, vale decir, una suerte de mensaje breve, que no tiene posibilidades de edición del texto (negritas, cursivas, etc.) en las que cada uno/a puede poner cosas del estilo "Hoy me duele un juanete" y que todos/as compartan (comenten) tal dolor.
La red social que plantea, entonces, una plataforma como Facebook estaría claramente delimitada y configurada por la ausencia de intereses, gustos, etc. explícitos (es frecuente que alguien agregue a alguien porque sí, para ver qué onda, lo cual depara sorpresas de todo tipo) entre los usuarios interconectados, que son denominados amigos por el programa: la utopía de Roberto Carlos. Por otra parte, en esta utopía del todos/as-amigos/as-de-todos/as, las posibilidades materiales de cada usuario son relativamente escasas: fisgonear a los demás, eventualmente comentar lo que los otros hacen, y nombrarse o comentarse a sí mismo/as. La instantaneidad con que esto se produce hace imposible, por ejemplo, que una persona pueda leer todos los estados ("qué estás pensando") diarios de sus, por caso, 300 "amigos", o que pueda comentar todas las fotos, videos, enlaces, etc., que han subido, o atender siquiera a las demás acciones en su "red social".
La sociedad configurada por estas plataformas, así, carece de todos los atributos de cualquier sociedad: en Facebook no está reflejados ni el conflicto, ni la lucha de intereses y clases; tampoco hay posibilidad de cambio (no tiene código abierto como sí por ejemplo, la plataforma Blogger, que permite a cada usuario entrometerse en el código de programación de su blog y modificarlo a su antojo; ni siquiera tiene opciones predeterminadas para la configuración del diseño de su perfil): Facebook es una "comunidad de iguales" dirigida, administrada y construida por administradores que tienen todo el poder, y son invisibles a los usuarios quienes, como toda alternativa de mando, sólo tienen la posiblidad de "desconectar" a los usuarios/as que los han "ciberdefraudado", vale decir, eliminarte (simbólica y materialmente) de mi red social, de mi cibermundo. Por otra parte, salvo por el hecho del parloteo, no ofrece verdaderas herramientas de interacción social (tiene un protocolo rudimentario de chat uno-a-uno, y juegos -un ámbito de socialización por excelencia- que en realidad son un cúmulo de individualidades interactuando con el juego en sí, y no entre ellas)
Estos atributos y acciones que propician "socialmente" plataformas como Facebook, (y otras que, si bien similares, implican una laxitud en requisitos y prohibiciones) se correlacionan, así, con las acciones posibles que cada "miembro social" de una red tiene: como ya se dijo, puede pavonearse de poseer miles de amigos y comentarios pero, por ejemplo, no puede construir, reconstruir, confrontar o destruir las normas establecidas (puede rotular con un "Me gusta" o "No me gusta" determinada actividad de otro usuario/a, pero no puede cambiar ese mensaje a "Me parece detestable" o a "Te amo con toda mi alma") Esto, obviamente, naturaliza cierto tipo de relaciones sociales y, en tanto tal, contribuye fuertemente a una lógica del statu quo dentro del dolce far niente. Suponer una causalidad mecanicista y postular que esto hará (de aquí a diez o veinte años) una especie de sociedad (real) de autómatas es falaz; tanto como sostener que estos nuevos modos de vinculación (ciber)social son ingenuos e inocuos. El acercamiento y el uso críticos de estas plataformas y tecnologías son imprescindibles pero, claro está, habrá que desarrollarlos fuera de estas "redes sociales" que, casualmente, tampoco ofrecen herramientas al respecto.
Etiquetas de esta entrada: Sociedad
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Coincido con tu postura acerca del facebook y quería agregar algo sobre los llamados grupos a los que uno puede unirse o "hacerse fan" (a los cuales ignoro constantemente al recibir invitaciones). Éstos: algunos con tintes ideológico- políticos, culturales, sociales, al estilo "yo también odio a Hitler", "Yo también odio a Ricardo Fort", "TODAS LAS FIRMAS DEL MUNDO PARA QUE SE ANULE LA DEUDA DE HAITI", "a mi también se me pegó la canción de sancor bebe 3", etc. mezcla de boludes con ignorancia (ya que muchos de esos grupos que cualquiera puede crear mintiendo o diciendo la verdad y hacerse fan sin verificar si los datos son verídicos o no, si los inventa un nazi un asesino o loco (que al unirse tienen acceso a nuestros datos personales), o causas desconocidas a las que apoyamos de igual forma que a hechos coincidentes de la vida cotidiana, torpezas, etc. Todo es igual, todo da lo mismo, todo por el mismo precio, basta con un click.
ResponderEliminarfacebook: Agos Tina (jajaj)
ago.1989@hotmail.com
No quiero caer en lo evidente, y seguramente no voy a lograr la profundidad ni la exactitud de este articulo, pero tampoco quiero perder de vista la ambivalencia, en la que paradójicamente convive estas redes sociales.
ResponderEliminarNos abren las puertas de un mundo, al cual de otra forma, no podríamos tener acceso. Llegamos a conocer lugares, personas y culturas, que sin estos medios no sabríamos que existen, pero a su vez nos cierra las puertas del mundo que tenemos a nuestro alrededor. Ya no se ven chicos jugando al futbol en la plaza (perdón, la pelota siempre tiene que estar presente) y vemos mas chicos hablar sobre lugares que nunca presenciaron o pasar horas jugando con otro chico del otro lado del mundo.
Como vivimos en un mundo de constante movimiento e intercambio, para obtener algunas cosas a veces tenemos que ceder otras… no estoy seguro que valga la pena… por lo menos, no en sus extremos, que día a día son mas comunes.
No quiero robarles mas tiempo, una simple opinión de un alumno que supo aprobar su materia, aunque sea en final…
Ezequiel (rama)
Para Agos Tina y Ezequiel: ¡gracias por comentar! Los dos plantean interesantes aspectos.
ResponderEliminarAgostina: lo que decís es cierto, y ahí es donde se nota la "herencia" de las viejas cibecomunidades. No obstante que en esos grupos se pueden armar foros y demás, sus creadores-administradores siguen sin tener el control total (o sea, el que tiene "Juan Facebook")
Eze: no por evidente lo que agregás carece de importancia, y de hecho ese fue el "gancho" con que Facebook empezó y le robó el podio a Fotolog: la posibilidad de "reencontrar" gente que estudió con vos. Sin embargo, esa es una capacidad de toda la Internet, aunque es cierto que la marca comercial Facebook termina siendo identificada con esa capacidad, tal como sucede con ciertos productos a los que terminamos llamando por un nombre comercial ("Magiclick", en lugar de "encendedor para cocinas", "chispero", o lo que fuera) Ah, che, ya aprobaste hace bastante, así que no sos "alumno": sos un "amigo", según el Face ;)
Gracias de nuevo!
Esteban
Ahh, era un blog de esos de leer?
ResponderEliminarYo entre porque creí que había minas en bolas
El negro abdo
Me parece muy interesante la publicacion...justo para I.P.C el año pasado tuvimos que preparar un trabajo sobre como a partir del desarrollo tecnologico fue "aumentando" paradojicamente, el individualismo. Uno de los textos hablaba de como se fueron trasladando los espacios publicos de encuentro o bien de comunicacion q antes eran clubes de barrio, bares, plazas, etc. por estos nuevos espacios de encuentros virtuales. Otro Dice que la logica del mercado lo abarca TODO, incluso las relaciones personales. No sera mucho?
ResponderEliminarSoledad.
Esteban, celebro que vuelvas a abrir el blog, en breve lo voy a leer con atención. Ya no curso el CBC, pero sigo enganchado con tus publicaciones.
ResponderEliminarGITANO
Bueno,, bueno... aquí me encuentro...
ResponderEliminarLlueve.. Llueve es la tercera vez en bs as,clima tropical..Me voy a comprar un bananero para negocios futuros.
Espero que esto no sea una contradicción como imprimir un libro de ecología sobre un papel que le costo la vida a un árbol.
Nuevos códigos: Cuantas veces se rompió el marote Bécquer para representar su tristeza con palabras, hoy simplemente mezclamos un par de signitos :,-( y listo el pollo.. inmediatamente se disparan recuerdos que despiertan tristeza en el lector y brotan su solidaridad. Quizás le este dando mucha importancia a los “emoticones” pero es algo que no se debe dejar pasar por alto, creo. La Real Academia Española lo va ha determinar en el 2025
Comunicación: hoy escuche a Atahualpa diciendo que “en la modernidad nos enteramos en el instante lo que pasa en el mundo, en Japón o en cualquier otro lugar... todo al minuto. Pero nadie nos dice cuando una persona escribe un poema que merece ser escuchado...o si el miércoles lo acompaño otro poeta con los mismos sentimientos a kilómetros de distancia”.
Solo se informa lo que es funcional...No por mala fe (quiero creer)... sino por ignorancia. Lo que involucra este modelo virtual son a miles de conciencias nacidas y criadas en una sociedad de consumo, solo hacen lo que conocen: repetir es natural…las redes sociales no son el reflejo de la sociedad...son lo que la sociedad quiere ser. Son “la monita vestida de seda” de la actualidad.
Son “redes sociales” por su manera de proceder en el momento de establecer relaciones que es muy similar a la del individuo socialmente activo, no porque sean una reflexión de la realidad. Aquí se halla el problema: la identidad virtual creada por el usuario ha sido debidamente filtrada por su intelecto...es decir solo deja ver la parte que se quiere mostrar o con la que se asegura el agrado de mas semejantes.
El resultado es una conciencia tratando de aparentar, enmarcada en un sistema aparentemente inocente, relacionándose con personas que aparentan (fruto de su inseguridad) ser mejores de lo que actualmente son. Puede que suene resentido, pero no quiero señalar lo que este bien o mal simplemente quiero remarcar este sentido de aparentar.
La identidad virtual es la promesa de la persona a ser mejor, pero el problema reside en que se desarrolla en un medio artificial limitado o sea las funciones (psíquicas, del temperamento, de la idiosincrasia, etc.) no se pueden desplegar como lo harían en el mundo real.
El moderador en este lugar no está de manera evidente, anda por ahí acechando mezclado en la multitud. Estamos ante el medio de control ideal, y no digo que exista, solo quiero señalar que, si es así, seria parte del sueño de Foucault......
.........El asunto es que estas redes sociales es lo que la sociedad precisa y quiere, por eso lo consume, y si es gratis mejor. Es la endorfina que le da matiz a la existencia rancia y monótona que nos dejo el progreso, ese “ideal” que puso al hombre al servicio de la economía y no a la economía al servicio del hombre. Se están cercenando los ideales dejando un individualismo que se conforma con lo que le da placer.
ResponderEliminarDebemos aprender a controlarnos en este nuevo medio y la única forma que tenemos los humanos es a través del exceso o sea para aprender a comer nos tendremos que agarrar un gran atracón. Siento que estamos manejando un auto a 200km/h sin saber lo que es una bujía.
Ojala que esto sea un esbozo de lo que espera la sociedad ser en un futuro y todo sea para mejor, pero para ello es imperioso que se desconecten y comiencen a relacionarse en la realidad, que es donde se aprende mas, al chocar con las diferencias ajenas.
Que no todo se quede en promesas. Que no solo me importe el bienestar de los 300 amigos que tengo en el facebook que tienden a estar a un nivel mayor o similar al mío. Que empecemos a igualar para arriba ,siempre y cuando sea cargando en los brazos a los de abajo. Que no todo quede en una promesa utópica.
Para que todo sea mejor y dejemos de escondernos en una computadora es necesario que, como dice Billy Bond: “Salgan al sol/ Salgan al sol, paquetes /Salgan al sol, idiotas...”
Me voy al sol porque paro de llover! Saludos
Esencia de trementina