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miércoles, 27 de febrero de 2008

Luego de un mes, Speedy se dignó a reparar el servicio en casa • Hay tanto (?) para publicar, que de a poco incluiré todo • Por ahora, algo que leí hace unos días • Vos, ¿qué opinás?


Buenos Aires, 20 de febrero (Télam).- Un adolescente de 15 años que arrojaba piedras contra los autos que pasaban por una ruta provincial en el partido de Florencio Varela fue herido de tres balazos por un conductor que se enojó por la rotura de su parabrisas.

Fuentes policiales informaron que el episodio ocurrió esta madrugada en la ruta provincial 53 entre las calles 1314 y 1316 de ese partido del sur del conurbano, donde quedó herido de tres tiros el chico, mientras otros dos amigos del muchacho herido resultaron ilesos.

El episodio se originó cerca de las dos de esta madrugada cuando el adolescente y dos amigos comenzaron a arrojar piedras contra los autos que pasaban por la ruta, en la entrada al barrio Paraná, de la localidad de La Capilla.

Según las fuentes, los vehículos son habitualmente atacados a piedrazos en esa zona por chicos que aprovechan para robar a los automovilistas que se detienen y, luego, se refugian en las casas del asentamiento.

Los investigadores determinaron que esta madrugada, los chicos atacaron a al menos cinco automóviles, uno de ellos un auto rojo al cual le rompieron el parabrisas.

Ante esa situación, el conductor de ese vehículo retomó la ruta en sentido contrario hasta donde se hallaban los adolescentes y comenzó a disparar con un arma de fuego.

Fuentes policiales confirmaron que el chico de 15 años recibió un balazo en la cadera, otro en la pierna izquierda y otro en el brazo derecho.

El adolescente fue trasladado de inmediato a un centro asistencial de la zona, donde permanece internado aunque aparentemente fuera de peligro, dijeron las fuentes consultadas.

Al momento de ser interrogado por los médicos del centro asistencial, el chico dijo que había sido baleado al quedar en medio de un tiroteo entre policías y ladrones, pero luego los pesquisas determinaron que los balazos los recibió tras atacar a piedrazos al conductor.

En tanto, el conductor del auto huyó del lugar tras el ataque a balazos, por lo que está siendo buscado intensamente por la policía.

Los investigadores buscaban hoy testigos del hecho que pudieran aportar datos sobre el automóvil.

El caso es investigado por personal de la comisaría 5 de Florencio Varela y por un fiscal de turno del Departamento Judicial de Quilmes.

3 comentarios :

  1. Qué tema ,ese tema. Es lamentable pero podría comenzarse por deterner al adulto responsable del menor.Sí está comprobado que jugaba con otros adolescente "a ver que pasa si tiro una piedra".Sería bueno ver que pasa sí,alguna vez se aplica reeducar a los progenitores o quien cumpla esa función. En cuanto al conductor del auto, quizas aplico la ley ojo por ojo.
    Lastima que son pocos los que ven y accionan antes,después pasa esto.
    Sostengo que deberíamos iniciar una campaña masiva de reeducación en todo sentido.
    No sé,sera que los días de lluvia son especiales para muchas cosas, me delire un poco y eso que mo fume nada(todavia).Sabiendo que la meta ya está fijada y es la misma para todos.
    Antes de nacer se sabe el resultado,entonces... por qué buscar atajos.
    Yo,...(

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  2. El comentario realizado por “yo” me hizo reflexionar bastante. Estoy en desacuerdo con varios puntos y en uno coincido.
    No concuerdo con la frase “Antes de nacer se sabe el resultado”. Una postura muy determinista. Las cosas son así y no hay nada que hacer, nada que cambiar. La realidad se muestra de una manera, pero siempre podrían ser de otra. Alterarlas es toda una lucha, pero se puede concretar.
    Una mayor educación es un buen comienzo. Ahora, no me queda claro hacia quién la educación. Si al adolescente, que vaya a saber uno si asiste a la escuela. Quizá sea un “reciclador urbano”, o tal vez es estudiante y al mismo tiempo un fervoroso protector del medio ambiente… No lo sabemos.
    “Detener al adulto responsable”. “Reeducarlo”. Créanme que soy adulta, supongamos que también responsable, y se me educó sabiendo que tengo derechos: a la dignidad, al trabajo, a la educación, a la salud. Sin embargo siento que estos derechos no son equitativos. No todos lo gozan. Que me los enseñen nuevamente no cambiaría nada. Sí que se empiecen a cumplir.
    Sí me inclino por la educación para el automovilista. Mi primer cuestionamiento es qué hacía con un arma de fuego en su auto. Me da indicios para pensar que estaba preparado para cualquier cosa, para usarla en cualquier momento. Los hechos lo demuestran. Un arma se usa en contra y en propia defensa. Sabrá la suerte/Dios/Alá, si es que existen, sobre qué lado caerá la bala.
    En síntesis, concuerdo con Yo en la mayor educación. Pero ella debe ir acompañada por otros derechos sociales. Y no me refiero a planes trabajar, ni a ningún formato de asistencialismo berreta. Hablo de trabajo genuino. Hablo de dignidad. La falta de esto genera la violencia en aquellos adolescentes.

    Daniela

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  3. En primer lugar, coincido con Daniela en su señalamiento sobre el determinismo: todo podría ser de otra manera. Hoy, justamente, tenía pensado ir (la lluvia me lo impidió) a comprar dos libros, de lo mejor que se ha escrito sobre ese tema: “No está en los genes”, de Lewontin, y “La falsa medida del hombre”, de Jay Gould. Yo sólo he leído fragmentos, pero desde ya, si les interesa leer algo, los recomiendo. Sobre todo porque sigue vigente, aún cuando ya fue enterrada política y científicamente, la idea de la “naturaleza humana” (es lógico que sea así, porque es un discurso legitimador del poder).

    En segundo lugar, las cosas no son tan simples como para que se arreglen simplemente con educación. El discurso tradicional le da a la educación un poder que no tiene: el de formador de “ciudadanos”. Pero un “ciudadano” (no es el término que suelo usar, pero vaya y pase esta vez) no se forma meramente con educación, dejando de lado el aspecto social de la cuestión. Como bien señala Daniela, quizás no en estas palabras, el estado de derecho es “mas o menos de derecho”. O sea, somos todos iguales, pero algunos somos más iguales que otros. Entonces, bajo un sistema que necesita de la desigualdad de clase para sobrevivir, las cosas no podrían solucionarse con educación, pues la desigualdad no desaparecería, y por ende tampoco desaparecerían los problemas que lleva consigo.

    La cuestión no está meramente en la educación (o en la pérdida de valores, o en todos esos argumentos que esquivan el problema real), si no en el sistema mismo, que deja fuera del sistema educativo a miles de personas, y que no-educa al resto, o mejor dicho, los educa a su manera.

    Un ejemplo claro de esto: hoy en día, cualquiera sabe, hasta para trabajar de cajero/a se pide el secundario completo. Esto podría hacer creer, entonces, que se exige una mayor calificación, pero no es así. El trabajo lo podría hacer alguien que ni siquiera sepa sumar y restar, pues la tecnología lo hace todo (simplemente hay que saber apretar botones) . Pero la educación de su personal le sirve al dueño de la empresa como una forma más de control. Entonces, cómo podemos pedir simplemente más educación, cuando esa educación es, en general, para las grandes masas, una antesala de la fábrica, y por lo tanto no significa, necesariamente, un mejoría de algún tipo en esas masas.

    O bien podemos poner ejemplos de personas muy instruidas, como Mariano Grondona, o quien usted quiera, y eso a mí no me dice nada (o sí, que apoyó y justificó las peores atrocidades).

    En tercer lugar, está la cuestión penal del asunto. Aquí estamos tratando, evidentemente, un tema social, político y económico, aunque a primera vista a muchos no les parezca así. Florencia Varela es, sino me equivoco, el sector de la zona sur del conurbano bonaerense más pobre de todos. Ni hablemos de la policía de Varela. (sólo por poner dos ejemplos). Entonces, lo que tiene una naturaleza social, política y económica, no puede ser resuelta simplemente con el poder punitivo, es decir, con el castigo a los responsables del delito que se les impute. El poder punitivo sirve para DECIDIR conflictos individuales (y hay que tener en cuenta que la justicia es justicia de clase, así que ni eso), pero no para RESOLVER un problema que va más allá de la cuestión penal. Si le sacamos su naturaleza al problema, y lo llevamos a un ámbito que es artificial, entonces el problema sigue vigente. Por eso, aumentar el mínimo de una pena, bajar la edad en que una persona puede ser castigada, la “mano dura”, etc., no sólo no resuelve el problema (como si la pena fuese un virus que se expandiese por contagio), sino que no hace más que complicarlo. Con esto no quiero decir simplemente “abajo las cárceles” o consignas de ese estilo, que nada dicen, aunque queden muy bonitas, sino lo que queda bien el claro: el poder punitivo no resuelve el asunto (tampoco lo resuelven los otros poderes, claro).

    En fin, yo no concuerdo con el lema “mayor educación”, o un “mayor castigo”. Mi opinión es que hay que poner a la educación, a la justicia, y por lo tanto al sistema mismo, en cuestionamiento.

    Es justamente lo que Daniela dice al final de su firma: la educación debe ir acompañada de otros derechos. Pero esos derechos, agrego, no se acaban en el trabajo “digno”. Es más, no puede haber trabajo digno sin un cambio social, sin una revolución (¿Cuál es el trabajo digno, el de los talleristas esclavos, en del Casino de Puerto Madero, el de un Burguer, el trabajo infantil, etc.?), como así tampoco pueden existir esos derechos para toda la población sin ese cambio. Si no, no estaríamos hablando de capitalismo.

    Una última cosa, no es solamente la falta de trabajo, sino más bien la falta de un horizonte, generada por el antagonismo de clase, lo que “produce”, al menos en el tema que estamos tratando, la violencia.

    Un gusto que hayas vuelto, Esteban. Saludos a todos.

    Matías

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