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domingo, 19 de abril de 2009
El oeste tuvo su cuarto de hora mediática pero ahora LA COSA VOLVIÓ AL SUR. Hace unos pocos días, un pibe de 14 AÑOS intentó robarle el auto a un hombre en Valentín Alsina y lo acribilló. Jugarretas del destino inoportuno, hace unos pocos días, también, Renault de Argentina lanzó una campaña publicitaria televisiva de un nuevo modelo de auto, que insta a "hacerse hombre" comprándolo desde cuarenta y tantos de miles de pesos. El pibe de Alsina encontró un ATAJO más brutal y más al alcance de su mano, y se hizo hombre (o terminó de hacerse hombre: andá a saber cuándo tuvo y terminó la niñez) de OTRO MODO como enseña la tele.
Este viernes que pasó contamos en la Escuela con un récord MÁS CIRCUNSCRIPTO: hace un mes exacto que invariablemente, pibes y pibas (y la madre de una de ellas, en un caso) se vienen CAGANDO A PIÑAS entre la salida de un turno y la entrada del otro. Los motivos suelen ser nimios a los ojos del adulto, pero entrañan una verdad ineludible: dentro de la nada material, LA NIMIEDAD SIMBÓLICA PESA MÁS. Algunos excecrables pillos mediáticos pueden decir lo que sea y terminar pagando UNAS CHIROLAS por el chiste; los que están PRIVADOS incluso de la tutela del Estado en cuestiones de litigios resuelven a las trompadas el establecimiento de una ley que los incluya. O a los tiros, que es más o menos lo mismo, cuando falta todo y DA LO MISMO uno y otro lado (sean cuales fueran uno y otro lado), y cuando incluso quienes decidieron laburar allí con ellos prefieren el palo y a la bolsa.
El linchamiento de un fiscal es producto de la "indignación" de "la gente"; ningún medio monta guardia en el hospital para ver su evolución, ni cuestiona la reacción fuenteovejunesca, sino que SILENCIA Y AZUZA mientras EMBOLSA. La HIPOCRESÍA de aquellos que piden república y legalidad y respeto por las instituciones, es decir, reordenar el ORDEN INJUSTO para que sea MÁS INJUSTO, es lo que realmente debiera indignar. Que un pibe de 14 años, cuyas INDIGNAS condiciones de vida (fomentadas, toleradas o ignoradas por todos, y fundamentalmente por Estado, estructura supuestamente construida para tutelarlo en ese orden que "la gente" defiende) llevan a que "decida" asesinar o morir, es lo que ofusca a "la gente", que se rebela contra el Estado, pero no por lo que éste sirve como LEGITIMADOR DE DESIGUALDADES sino porque no actúa bien en tal tarea DIFERENCIADORA Y REPRESORA.
Un pibe de 14 años, en cambio, se rebela como puede, sin cámaras televisivas que lo avalen y sin SOSPECHA DE UN FUTURO MEJOR. Lo hace del único modo como le quedó por conocer: a los tiros y CAGÁNDOSE EN TODO (puesto que TODO SE CAGA EN ÉL). Sus acciones están tan EN OTRO UNIVERSO de los ojos que lo juzgan como las piñas de este mes a la salida de la escuela. Es INIMPUTABLE, es cierto, en el más profundo sentido del término y al mismo tiempo, tan CONDENADO está que, hiciera lo que hiciera, en su horizonte de expectativas no cabrá jamás ningún tipo de jugueteo rebeldón burgués.
Que ese pibe o cualquier otro merezca la reclusión perpetua es una discusión menor, o si se quiere importante, pero POSTERIOR: mientras exista la abismal diferencia entre una indignación y la otra, la de los "pibes de 14 años" que reafirman DESDE LA EXCLUSIÓN su propia forma de ser exluidos, y la de "la gente" que decide DESDE LA INCLUSIÓN la zumbona y juguetona rebeldía simpática, o el sálvese quien pueda o el mátenlos a todos, no hay solución posible. Unos seguirán encontrando atajos a los paredones divisorios, y otros en cuanto puedan abandonarán las polleras y se harán hombres comprándose un Renault Symbol, subsidio estatal mediante.
En cambio, a los primeros, con suerte, el Estado los subsidiará dándoles guiso hasta los 14 años en el comedor escolar.
Este viernes que pasó contamos en la Escuela con un récord MÁS CIRCUNSCRIPTO: hace un mes exacto que invariablemente, pibes y pibas (y la madre de una de ellas, en un caso) se vienen CAGANDO A PIÑAS entre la salida de un turno y la entrada del otro. Los motivos suelen ser nimios a los ojos del adulto, pero entrañan una verdad ineludible: dentro de la nada material, LA NIMIEDAD SIMBÓLICA PESA MÁS. Algunos excecrables pillos mediáticos pueden decir lo que sea y terminar pagando UNAS CHIROLAS por el chiste; los que están PRIVADOS incluso de la tutela del Estado en cuestiones de litigios resuelven a las trompadas el establecimiento de una ley que los incluya. O a los tiros, que es más o menos lo mismo, cuando falta todo y DA LO MISMO uno y otro lado (sean cuales fueran uno y otro lado), y cuando incluso quienes decidieron laburar allí con ellos prefieren el palo y a la bolsa.
El linchamiento de un fiscal es producto de la "indignación" de "la gente"; ningún medio monta guardia en el hospital para ver su evolución, ni cuestiona la reacción fuenteovejunesca, sino que SILENCIA Y AZUZA mientras EMBOLSA. La HIPOCRESÍA de aquellos que piden república y legalidad y respeto por las instituciones, es decir, reordenar el ORDEN INJUSTO para que sea MÁS INJUSTO, es lo que realmente debiera indignar. Que un pibe de 14 años, cuyas INDIGNAS condiciones de vida (fomentadas, toleradas o ignoradas por todos, y fundamentalmente por Estado, estructura supuestamente construida para tutelarlo en ese orden que "la gente" defiende) llevan a que "decida" asesinar o morir, es lo que ofusca a "la gente", que se rebela contra el Estado, pero no por lo que éste sirve como LEGITIMADOR DE DESIGUALDADES sino porque no actúa bien en tal tarea DIFERENCIADORA Y REPRESORA.
Un pibe de 14 años, en cambio, se rebela como puede, sin cámaras televisivas que lo avalen y sin SOSPECHA DE UN FUTURO MEJOR. Lo hace del único modo como le quedó por conocer: a los tiros y CAGÁNDOSE EN TODO (puesto que TODO SE CAGA EN ÉL). Sus acciones están tan EN OTRO UNIVERSO de los ojos que lo juzgan como las piñas de este mes a la salida de la escuela. Es INIMPUTABLE, es cierto, en el más profundo sentido del término y al mismo tiempo, tan CONDENADO está que, hiciera lo que hiciera, en su horizonte de expectativas no cabrá jamás ningún tipo de jugueteo rebeldón burgués.
Que ese pibe o cualquier otro merezca la reclusión perpetua es una discusión menor, o si se quiere importante, pero POSTERIOR: mientras exista la abismal diferencia entre una indignación y la otra, la de los "pibes de 14 años" que reafirman DESDE LA EXCLUSIÓN su propia forma de ser exluidos, y la de "la gente" que decide DESDE LA INCLUSIÓN la zumbona y juguetona rebeldía simpática, o el sálvese quien pueda o el mátenlos a todos, no hay solución posible. Unos seguirán encontrando atajos a los paredones divisorios, y otros en cuanto puedan abandonarán las polleras y se harán hombres comprándose un Renault Symbol, subsidio estatal mediante.
En cambio, a los primeros, con suerte, el Estado los subsidiará dándoles guiso hasta los 14 años en el comedor escolar.
Etiquetas de esta entrada: Pastillero
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Sin olvidar que ese pibe de 14 años reemplazo en los medios al hasta el momento "invatible de los noticiosos" DENGUE...otra manifestación de la ausencia de Estado...otra manifestación más de lo que esta arriba, sin ir más lejos son los nadies de galeano "que valen menos que la bala que los mata...o el mosquito que los pica".
ResponderEliminarnos vemos en estos días loco.
Hola, Realmente la ultima publicacion merece un comentario y una charla entre mojitos. el lugar de los medios, mejor dicho su funcion pide a gritos mojito. ademas de que le rompamos toda la feria del libro a los putos de clarin. Rama; como es eso del MOSQUITO QUE LOS PICA?
ResponderEliminarESTEBAN, un volcan gigante que aun duerme.
un abrazo desde la vuelta al dia...