Actualizaciones en lo que va del tiempo:
miércoles, 20 de enero de 2010
Tu mente y tu cuerpo se convencen con silenciosa furia y se esconden por momentos y luego reaparecen,
y a veces se delatan pero otras se ponen rojos como la llama de un fuego muy antiguo que se alimentara del terror o la impotencia,
y es entonces cuando callan y yo grito, o quisiera gritar, pero se me quedan en la garganta las palabras,
porque siempre preferí dejarte entre cercos e inocencia, y contemplarte
desde mis márgenes:
fantasearte,
hasta que te aplaques.
Ahora es cuando me desprendo de mi cuerpo y danzo.
Etiquetas de esta entrada: Poesías
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario