Actualizaciones en lo que va del tiempo:
jueves, 6 de diciembre de 2007
Algo extraño, muy extraño, que escribí hace mucho -no sé cuándo, no le puse fecha • Supuestamente, era el primer acto de algo que nunca seguí • Así como está es autónomo, pero... ¿es un cuento? • ¿Es teatro? • ¿Es un ave, es un avión?
Personajes:
(Interior de una casa. A la izquierda -del espectador- una puerta y, más atrás, una ventana con cortinas pesadas, opacas. A la derecha, otra ventana, con los mismos cortinajes. Atrás, dominando todo el fondo hay una pared blanca, con una arcada a cada lado. En ella cuelga un cuadro de la MADRE, que puede ser el retrato de Margarita Xirgu en la representación de La casa de Bernarda Alba, en Buenos Aires. Cierto sector del piso (donde apoya la pared) está sobrerrelieve. En la parte baja, levemente a la izquierda, hay una mesa y unas sillas, como un juego de jardín. La decoración general es sobria, con pocos elementos, algo abandonada, pero de buen aspecto general. Por las ventanas entra mucha luz (es media mañana) pero las cortinas la atenúan. Entra, por la puerta que da a la calle, el HIJO)
HIJO: -Madre, ya llegué.
(Viene enfundado con un sobretodo largo, bufanda y gorra. Así vestido, sólo tiene descubiertos apenas, los ojos)
HIJO: - No sabés la cantidad de gente que había hoy en las calles... ¿Qué fecha es ?...
(Deja las bolsas en el piso. Se saca la bufanda, el gorro y el abrigo, que deja en un perchero. Es bastante joven, y bien parecido. Todos sus parlamentos son tímidos e inseguros, como de alguien que intuye que está solo pero, de cualquier modo, se esforzara en hablar con alguien).
HIJO: -...La vi a Mercedes; cruzaba la calle. Por suerte, no me reconoció. Últimamente nadie me reconoce... Qué suerte, ¿no?. No quisiera tener que explicarle a nadie... (Cortándose de repente). No conseguí repollo, pero igual mucho no te gusta. A papá sí le gustaba... ¿Te acordás? ¡Cómo se enojaba si no comprabas! Esa vez que nos mandó a los dos a dormir, porque no teníamos la cena lista, con su ensaladita de repollo preparada...
(Ha ido diciendo esto, mientras sacaba las cosas de las bolsas. A partir de ahora, hablará yendo y viniendo hacia adentro, llevando los objetos, por una de las arcadas)
HIJO: -¿Vino alguien?. Bah, no sé para qué pregunto: nunca viene nadie. ¿El cartero?. ¿Quién nos va a mandar una carta?. La última fue la del estudio de los abogados esos. La rompí, ¿sabías?. Qué me importa lo que ellos digan. Si quieren hacer su negocio, que defiendan presos. A mí no me interesan sus sucesiones, timbres y sellos...
(Se sienta)
HIJO: -¡Ah!. Estoy molido... Y todavía queda preparar la comida... limpiar. (Entusiasmado). ¿Y si hoy no almorzamos?. ¿Vos tenés hambre?... Puedo cocinar algo rápido... ¿Qué te parece?. Mejor no, y a la noche hacemos una rica sopa...
(Se para. Intenta ir hacia adentro, pero se queda a medio camino. Se vuelve, desorientado)
HIJO: -Aunque, pensándolo bien, ¿qué voy a hacer toda la mañana?. Mejor cocino algo, así mato el tiempo... ¿Qué te parece?
(Vuelve a sentarse. Hace todo muy pausadamente: no tiene apuro)
HIJO: No sabés el calor que hace afuera... Ya comienzan los días lindos... Y yo con esta ropa, por la calle... ¿Hasta cuándo tengo que usarla?. Sí, no me lo digas... Siempre te pregunto lo mismo... Es que no me hago a la idea... Me canso de tener que ocultarme todo el tiempo... A veces quisiera que no hubiese pasado; pero todos cargamos con algo. Si pudiera dejar de esconderme... (habla en una ensoñación) Si pudiera salir desnudo a la calle... ¡Qué risa me daría!. "Mirá, mami -dirían los nenes- ese señor con esa cosa". Ja ja... Las viejas horrorizadas contestarían "No mires, nene; caca, caca. Eso contagia". Y yo andaría por ahí, con mi cruz a cuestas y a la vista... (Volviendo a la realidad) No hubo cura, ¿no?. Pero, por lo menos, algo... qué sé yo; una forma de disimularlo. Es tan feo andar oculto... Eso te lo debo a vos, madre. Me enseñaste a esconderme. Yo hubiera querido salir desnudo, madre, y no me dejaste: me hiciste miedoso, le temo a la calle. Y yo hubiera querido ser como todos, madre (cada vez más encolerizado). Madre: es un reproche; yo hubiera querido ser como todos, pero me hiciste así, y ahora ya es tarde, ahora ya no sé cómo sería una vida al desnudo... (Dulce) ¿Te acordás cuando íbamos al cine, cuando era chico?. Yo era como todos, y pensaba que sería siempre así... Y quizás ya llevaba el germen adentro, ese bichito que fue anidándose, y me fue llevando a esto. ¿Hubiera podido cargar mi peso, madre? (Enojado) ¿Hubiera?. Nunca me lo respondiste. Pero me escondiste, eso sí, bien guardado: que los demás no se enteren. "Es por tu protección -me decías" ¿Protegerme era esconderme, madre?. Era protegerte, a vos, temerosa, prejuiciosa. Yo quizás hubiera podido; no me ayudaste. (Cada vez más enojado y con rencor seco, áspero). A veces me miro al espejo y pienso si yo mismo debo verme, y me asusto. Soy la bestia, y no sé si soy esa bestia en el espejo, si es ese cuerpo, si en realidad soy o me hicieron. No tengo amigos. Los fue dejando... "Es por tu bien" me decías. ¿Era por mi bien?. ¿Éste es el bien que me dejaste?. (Parándose en un arrebato) Esto es mi bien. (Girando rápido sobre sí mismo, extendiendo los brazos, como en cruz) Véanlo todos, La vida ha hecho esto de mí. Cada hueso mío, cada parte de mi cuerpo se pudre sin remedio, y mi madre dice "Es por tu bien". (En un arranque de furia correrá hacia el cuadro mientras dice) A veces creo que te odio. (Se para frente al cuadro). Sí. A veces creo que te odio con toda mi alma, con toda la podredumbre que ocultaste en mí. (Toma el cuadro violentamente, con ambas manos, le pega un puñetazo a la foto y la arroja al piso con furia). Y no poder gritar a los cuatro vientos: "Mírenme. No soy extraño..." (dulce) "...No soy extraño" (Confundido, casi llorando, mirando al cuadro destruido en el piso). ¿Madre?. (Se acerca hacia el cuadro) ¿Madre?. No quise hacerlo. (Cada vez más fuerte) ¿Madre?. ¿Madre?. ¿Mamá?. (Arrodillado frente al cuadro, llorando) ¿Mami? (Gritando desconsolado, de frente al público) ¿Mamá?
- Hijo
- Madre
(Interior de una casa. A la izquierda -del espectador- una puerta y, más atrás, una ventana con cortinas pesadas, opacas. A la derecha, otra ventana, con los mismos cortinajes. Atrás, dominando todo el fondo hay una pared blanca, con una arcada a cada lado. En ella cuelga un cuadro de la MADRE, que puede ser el retrato de Margarita Xirgu en la representación de La casa de Bernarda Alba, en Buenos Aires. Cierto sector del piso (donde apoya la pared) está sobrerrelieve. En la parte baja, levemente a la izquierda, hay una mesa y unas sillas, como un juego de jardín. La decoración general es sobria, con pocos elementos, algo abandonada, pero de buen aspecto general. Por las ventanas entra mucha luz (es media mañana) pero las cortinas la atenúan. Entra, por la puerta que da a la calle, el HIJO)
HIJO: -Madre, ya llegué.
(Viene enfundado con un sobretodo largo, bufanda y gorra. Así vestido, sólo tiene descubiertos apenas, los ojos)
HIJO: - No sabés la cantidad de gente que había hoy en las calles... ¿Qué fecha es ?...
(Deja las bolsas en el piso. Se saca la bufanda, el gorro y el abrigo, que deja en un perchero. Es bastante joven, y bien parecido. Todos sus parlamentos son tímidos e inseguros, como de alguien que intuye que está solo pero, de cualquier modo, se esforzara en hablar con alguien).
HIJO: -...La vi a Mercedes; cruzaba la calle. Por suerte, no me reconoció. Últimamente nadie me reconoce... Qué suerte, ¿no?. No quisiera tener que explicarle a nadie... (Cortándose de repente). No conseguí repollo, pero igual mucho no te gusta. A papá sí le gustaba... ¿Te acordás? ¡Cómo se enojaba si no comprabas! Esa vez que nos mandó a los dos a dormir, porque no teníamos la cena lista, con su ensaladita de repollo preparada...
(Ha ido diciendo esto, mientras sacaba las cosas de las bolsas. A partir de ahora, hablará yendo y viniendo hacia adentro, llevando los objetos, por una de las arcadas)
HIJO: -¿Vino alguien?. Bah, no sé para qué pregunto: nunca viene nadie. ¿El cartero?. ¿Quién nos va a mandar una carta?. La última fue la del estudio de los abogados esos. La rompí, ¿sabías?. Qué me importa lo que ellos digan. Si quieren hacer su negocio, que defiendan presos. A mí no me interesan sus sucesiones, timbres y sellos...
(Se sienta)
HIJO: -¡Ah!. Estoy molido... Y todavía queda preparar la comida... limpiar. (Entusiasmado). ¿Y si hoy no almorzamos?. ¿Vos tenés hambre?... Puedo cocinar algo rápido... ¿Qué te parece?. Mejor no, y a la noche hacemos una rica sopa...
(Se para. Intenta ir hacia adentro, pero se queda a medio camino. Se vuelve, desorientado)
HIJO: -Aunque, pensándolo bien, ¿qué voy a hacer toda la mañana?. Mejor cocino algo, así mato el tiempo... ¿Qué te parece?
(Vuelve a sentarse. Hace todo muy pausadamente: no tiene apuro)
HIJO: No sabés el calor que hace afuera... Ya comienzan los días lindos... Y yo con esta ropa, por la calle... ¿Hasta cuándo tengo que usarla?. Sí, no me lo digas... Siempre te pregunto lo mismo... Es que no me hago a la idea... Me canso de tener que ocultarme todo el tiempo... A veces quisiera que no hubiese pasado; pero todos cargamos con algo. Si pudiera dejar de esconderme... (habla en una ensoñación) Si pudiera salir desnudo a la calle... ¡Qué risa me daría!. "Mirá, mami -dirían los nenes- ese señor con esa cosa". Ja ja... Las viejas horrorizadas contestarían "No mires, nene; caca, caca. Eso contagia". Y yo andaría por ahí, con mi cruz a cuestas y a la vista... (Volviendo a la realidad) No hubo cura, ¿no?. Pero, por lo menos, algo... qué sé yo; una forma de disimularlo. Es tan feo andar oculto... Eso te lo debo a vos, madre. Me enseñaste a esconderme. Yo hubiera querido salir desnudo, madre, y no me dejaste: me hiciste miedoso, le temo a la calle. Y yo hubiera querido ser como todos, madre (cada vez más encolerizado). Madre: es un reproche; yo hubiera querido ser como todos, pero me hiciste así, y ahora ya es tarde, ahora ya no sé cómo sería una vida al desnudo... (Dulce) ¿Te acordás cuando íbamos al cine, cuando era chico?. Yo era como todos, y pensaba que sería siempre así... Y quizás ya llevaba el germen adentro, ese bichito que fue anidándose, y me fue llevando a esto. ¿Hubiera podido cargar mi peso, madre? (Enojado) ¿Hubiera?. Nunca me lo respondiste. Pero me escondiste, eso sí, bien guardado: que los demás no se enteren. "Es por tu protección -me decías" ¿Protegerme era esconderme, madre?. Era protegerte, a vos, temerosa, prejuiciosa. Yo quizás hubiera podido; no me ayudaste. (Cada vez más enojado y con rencor seco, áspero). A veces me miro al espejo y pienso si yo mismo debo verme, y me asusto. Soy la bestia, y no sé si soy esa bestia en el espejo, si es ese cuerpo, si en realidad soy o me hicieron. No tengo amigos. Los fue dejando... "Es por tu bien" me decías. ¿Era por mi bien?. ¿Éste es el bien que me dejaste?. (Parándose en un arrebato) Esto es mi bien. (Girando rápido sobre sí mismo, extendiendo los brazos, como en cruz) Véanlo todos, La vida ha hecho esto de mí. Cada hueso mío, cada parte de mi cuerpo se pudre sin remedio, y mi madre dice "Es por tu bien". (En un arranque de furia correrá hacia el cuadro mientras dice) A veces creo que te odio. (Se para frente al cuadro). Sí. A veces creo que te odio con toda mi alma, con toda la podredumbre que ocultaste en mí. (Toma el cuadro violentamente, con ambas manos, le pega un puñetazo a la foto y la arroja al piso con furia). Y no poder gritar a los cuatro vientos: "Mírenme. No soy extraño..." (dulce) "...No soy extraño" (Confundido, casi llorando, mirando al cuadro destruido en el piso). ¿Madre?. (Se acerca hacia el cuadro) ¿Madre?. No quise hacerlo. (Cada vez más fuerte) ¿Madre?. ¿Madre?. ¿Mamá?. (Arrodillado frente al cuadro, llorando) ¿Mami? (Gritando desconsolado, de frente al público) ¿Mamá?
TELÓN RÁPIDO
Etiquetas de esta entrada: Teatro
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
Podria seguir ,esta no se que ,y si quiere podria ponerle fecha de hoy,Sigue habiendo hijos solos que solo tienen un retrato.También hay madres solas ,aunque vivan con sus hijos.
ResponderEliminarAntes de irme quisiera saber algo mas de esta historia.
Yo
Bueno, Silvi, hay dos problemas... Por un lado, como es muy viejo, no tengo idea de cómo seguía (estoy empezando, ahora, a tomar la costumbre de anotar las ideas sueltas de cómo sigue algo, pero antes no lo hacía) El otro problema es que, al no ser para nada autobriográfico (nada en la literatura -lo mío sería "literatura", así entre comillas, pero con ínfulas de) ni siquiera podrías hacer el "viejo truco" del análisis literario psi, que caducó en los '70...
ResponderEliminarBesos
Supongo -repito, no recordaba siquiera haberlo escrito: lo descubrí hoy hurgando archivos- que quería hacer el juego con La casa de Bernarda Alba, de García Lorca, donde una madre -presente, viva, y muy autoritaria- sojuzga a todas sus hijas al punto de anularlas, menos a la menor. Este "hijo" sería la contrapartida de esa hija, justamente, y esta madre, la de aquella otra...
ResponderEliminar