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lunes, 29 de septiembre de 2008

"MATANZA ESCRIBE cuentos y poemas"

Ayer por la tarde se cerró la "1ª Feria Municipal del libro 2008" en La Matanza • Tu Blog favorito estuvo en la ceremonia de cierre y te cuenta los detalles


El domingo a las 17.45 se iba a realizar el acto de cierre de la 1ª Feria Municipal del Libro 2008 en la Escuela Nacional Almafuerte, de San Justo. Sin embargo, a las 15, funcionarios de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de La Matanza estuvieron avisando febrilmente, por teléfono, que se cambiaba el lugar: finalmente se realizó en la histórica E. P. B. Nº 1 de la misma localidad.

Un poco después de la hora señalada, unas cincuenta personas sentadas oyeron las palabras de la Secretaria de Cultura y Educación municipal, Dra. Hilda N. Agostino, quien destacó, entre otros conceptos, la magnitud de la iniciativa, pidió disculpas por las desprolijidades (propias de toda primera realización, afirmó), comparó los montos presupuestarios que la Ciudad de Buenos Aires destina al área y los que La Matanza realiza (según esta Secretaria, es equivalente la partida para el área de cultura porteña con todo el presupuesto, global, para todas las áreas, del municipio de La Matanza) y ensalzó la figura del intendente, d. Fernando Espinoza (quien paradójicamente no se presentó a este acto).

Acto seguido se hizo la presentación y entrega de ejemplares del libro "Matanza escribe cuentos y poemas", antología de obras seleccionadas en el marco del concurso literario "Alfonso Del Giúdice 2008", cuyos autores (y sus familias) componían, casi unánimemente, la asistencia del acto. De los premiados, tomó la palabra el sr. Juan Jesús Oviedo, quien habló "a los niños del futuro" y, ante una pregunta de la Secretaria, luego alabó la figura de Eva Duarte.

Finalmente, el Coro de la Universidad de La Matanza y un coro de Burzaco deleitaron a los asistentes, y se dio por terminado el acto.

El libro en cuestión es una edición en rústica de 64 páginas, que omite secciones típicas de su especie (página en blanco, anteportada, etc.) y, fundamentalmente, no indica el trámite de registro de la propiedad intelectual (ISBN) con lo cual, técnicamente hablando, los autores allí recogidos no quedan amparados ante la posibilidad (remota, es cierto) de plagio. Un prólogo (en el que la Dra. Agostino expresa más o menos los mismos conceptos de su presentación en el acto) introduce la compilación, que está precedida por una biografía del Dr. Del Giúdice, casi seguramente realizada por sus descendientes (ya que menciona hasta los bisnietos de este buen señor). Este médico matancero se destacó en el área de la salud, inclusó ocupó en algún momento el cargo de Secretario de Salud del Municipio, y por estos méritos parece haberle correspondido que su nombre condecorara a los escritores de La Matanza.

Precisamente, la colorida tapa de la publicación incluye en un primerísimo plano la bandera de La Matanza, cuyo sol se despliega por delante de unos anaqueles con libros entre cuyos títulos puede leerse "Técnica quirúrgica", "Complicaciones quirúrgicas en el embarazo", "Anales de Ginecotocología", etc. Al frente de la bandera, cierran la imagen un escritorio, y sobre él un tintero y un plumín, apoyado sobre un libro abierto, un par de anteojos y una pila de libros (cuyos títulos no se llegan a leer completos pero algunas palabras pueden vislumbrarse: "del conejo doméstico", "avicultura", "...rocardiología").

Es sumamente llamativo el hecho de que, si entre los objetivos de la Secretaría de Cultura de La Matanza se cuenta el de hacer visible la cultura del Partido, jerarquizando a sus escritores a partir de la publicación colectiva de sus obras (que será distribuida gratuitamente en bibliotecas del distrito), esto se enmarque a la literatura en la medicina, sea desde el patrocionio del "prócer" local, sea desde la simbología de la ilustración de la tapa. Menos llamativa es esa concepción conservadora de la literatura, que supone que el tintero y la "pluma" son los instrumentos de un escritor, inmerso hoy en las tecnologías y los procesadores de texto. Asimismo, que se ignore el hecho básico de que la producción intelectual, cultural, artística, es producción sin más, trabajo que debe tutelarse y registrarse. Si este hubiera sido un evento organizado por la Secretaría de Salud, sería entendible tal distracción, pero no fue el caso.

De cualquier modo, todo esto haría a la "cáscara" de la cuestión, siempre que las "obras literarias" seleccionadas fueran representativas de las tendencias, expresiones y valores de las producciones literarias de La Matanza. Otra vez este no es el caso, y más parece una publicación amateur de un taller antes que el resultado de un concurso: a todos textos incluidos se les nota demasiado su carácter de ejercicio, la falta de reescritura, de revisión, de reelaboración, de trabajo sobre la primera versión. Cualquier lector medianamente experto se interrogaría, quizás con razón, si esta antología es representativa de lo mejor de la escritura literaria de La Matanza.

La obra incluye siete cuentos y seis poesías. Entre los cuentos, el primero, que abre el libro, es un trillado y casi melodramático relato de las viscicitudes de un niño, cuya familia está dominada por un padre violento, que repite esas conductas en la escuela: es más una descripción sociológico-psicológica que un cuento en sentido clásico; el siguiente, titulado "El almacén", quizás el que menos tareas de corrección presenta (paradójico, teniendo en cuenta que entre los créditos se menciona los servicios -pagos, seguramente- de la correctora Analía Artola) es una reelaboración demasiado explícita de "Casa tomada", de Cortázar, centrada en las patologías (sucesivamente, se mencionan esquizofrenia, depresión, bipolaridad, etc.) del narrador; "El ojo del tobogán" es un cuento de duendes irlandeses que llevan a un niño desde la plaza de San Justo a Irlanda para presentarle el consejo de duendes y jugar con él en el tobogán, si bien su factura es "correcta" , a mi modo de ver es innecesaria la moraleja del final; "Fierrito" es un calco de los cuentos costumbristas del siglo XX (Fray Mocho, Dávalos, etc.), de esos en los cuales la anécdota, humorística, bien podría haberse constituido en un chiste, y que por esta razón se ocupa más en pintar al personaje que en narrar acciones; "La espera" es, en mi opinión, uno de los mejores (si no el mejor) relato de la colección, al menos en su intento, ya que plantea un tiempo de narración en presente (que suele ser difícil de sostener) y un punto de vista de narrador que se resuelve y comprende en el final, como en todo bien cuento (quizás es excesivo en los estereotipos melodramáticos y/o demasiado sensibleros, que apelan burdamente a los sentimientos del lector); el último cuento, que cierra el libro, es "La voz del diablo", cuyo comienzo es correcto pero luego confunde, y termina en un clásico encuentro entre un viejo y la muerte camuflada tras la máscara de una mujer bella que lo seduce.

Las poesías son aún peores. Definitivamente cursis y, en el mejor de los casos, series rimadas de palabras bajo la forma de versos. El primero de estos ejercicios se titula "El orgullo de pertenecer" y es un panegírico a La Matanza. A modo de ejemplo de lo que vendrá, transcribo la primera estrofa del "poema":
Matanza es mi orgullo
es el lugar donde empezó
mi juventud,
donde conocí a mi mujer,
donde mis hijos crié,
es el lugar donde algún día
moriré.
"El último juego" es, quizás, la única poesía que se constituye como tal y por, esta razón, se destaca entre las demás. Le sigue "La Matancera", texto que se autodescribe en su primera estrofa como una milonga surera, y que también es un panegírico a las bondades de La Matanza. El "Poema al niño matancero", del escritor Oviedo es otro panegírico a La Matanza, vía Eva Perón (parando en todas); "Todos juntos", a mi modo de ver, no cumple con los requisitos indicados en las bases del concurso, ya que no incluye mención a La Matanza, y es una especie de descripción del mundo, y de la vida, al estilo de las coplas de Jorge Manrique, con las cuales guarda semejanza hasta ciertos verso de pie quebrado presentes por allí. Cierra la serie de poesías (que están intercaladas con los cuentos), el texto que se titula "Vivir en La Matanza" y es, obviamente, otro panegírico (por suerte, el último)

Es destacable que un Municipio se decida a promover sus artistas, desinteresadamente. Sin embargo, cuando en el criterio de selección que el "jurado de notables" establece, emerge en una colección de textos que son un repertorio de frases hechas, lugares comunes y ensalzamientos políticos, y cuando el mismo evento está teñido de desorganización, tendenciosidad (la tapa cuenta con el logo político-publicitario "Matanza avanza - Intendencia Fernando Espinoza", como si hiciera falta), la ausencia de los mínimos parámetros que hubieran hecho de esto un verdadero evento cultural y el desconocimiento de las pautas básicas de un concurso literario (¿para qué publicar los textos con el seudónimo, haciendo que este se haga público y así, no se pueda volver a utilizar?), sólo cabe suponer que el objetivo estaba en otro lado y que, sin ninguna duda, hubiera sido mejor que este concurso fuera organizado por la Secretaría de Salud. O por la unidad básica de referencia de d. Fernando Espinoza.

En definitiva, "Matanza no avanza": se mantiene siempre en el mismo coto de caza, haga lo que haga.


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