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sábado, 18 de octubre de 2008

Oliverio Girondo: "Mi lumía"

Una especie de supuesto apriorístico indicaría que, en su etapa "de juventud", un escritor que pugna por establecerse como tal y por lo tanto, disputa en el campo intelectual con sus precedesores, es mucho más "osado", "revolucionario", "experimental", que en su época "adulta", cuando en cierto sentido se "adecenta", abandona esa experimentación en pos de su propio "estilo" y se reubica en el "clasicismo". Cualquier crítico hará uso de las categorías "juventud"/"adultez" más o menos con estos sentidos, que incluso pueden intuirse en las formulaciones de, por ej. I. Tinianiov acerca de la evolución literaria. En nuestro país, numerosos escritores confirmarían tal preconcepto: Borges, Lugones, Bernárdez, etc.

Oliverio Girondo, sin embargo, traza un recorrido inverso o, mejor dicho, profundiza en su etapa "adulta" el programa estético a que adhirió en su "juventud". Si comparamos Calcomanías o Veinte poemas para ser leídos en el tranvía con En la masmédula, veremos que en aquellos, iniciáticos, la preocupación pasaba por la plasticidad de la lengua, por reformular su capacidad representativa, mientras que en éste (del cual extraje "Mi lumía"), Oliverio trabaja directamente sobre el material verbal mismo.

El formalismo ruso distinguió entre el lenguaje cotidiano y el lenguaje poético, los cuales -siendo el mismo código o sistema verbal- se reconocen por la capacidad de (des)automatización. El lenguaje automático, propio de la comunicación cotidiana, es espontáneo, inmeditato, y busca transmitir eficazmente un contenido específico. Desautomatizar el lenguaje implica poner en funcionamiento procedimientos de ruptura, usos nuevos, originales: provocar el extrañamiento (ostranenie) a partir del lenguaje.

En "Mi lumía" no hay "lenguaje", en el sentido de una lengua que vehiculice un contenido comunicativo. Hay, no obstante, sentidos, trazados aquí y allá con restos de ese lenguaje automático al que denominamos "idioma español", pero completamente descentrados, revertidos: recreados. No obstante, podemos reconocer en este poema una "gramática", es decir, una organización de los signos de ese nuevo "lenguaje" que la poesía crea en el mismo momento en que se enuncia, y muchas de las reglas de esta gramática se corresponden con los rasgos formales de la gramática del español, aunque aplicadas en otras direcciones.

¿De qué habla esta poesía? ¿Cuál es su "tema" y por lo tanto, su "contenido"? Sea cual fuere, está relacionado con LU, signo al que podríamos considerar "pronominal", en tanto (según nos enseñó la preclara Ana Barrenechea) es un útil lingüístico sin contenido denotativo, que se irá llenando de significado a partir de los enunciados y/o la enunciación. Sabemos, desde el título, que LU (así, con mayúsculas en el primer verso: realce a partir de lo gráfico) rige el femenino, marca que aparece en el posesivo "mía". El título espeja lo que el poema desarrollará: Mi + LU + mía es la síntesis del comienzo y el final del poema («Mi LU»/«lumía») En el medio, en el poema en sí, se ha provocado la fusión de las dos palabras ("mi" y "lu"), la consustanciación de esa posesión y de ese pronombre de significación ocasional marcado en femenino.

¿A qué sentidos va asociándose este signo LU? A lo largo de la poesía, se utilizan dos procedimientos:
• la analogía y los paralelismos: al designar a aquello que se construye como "mi lu", toda vez que aparece el posesivo, el "sintagma nominal" a que ese posesivo acompaña queda ligado a LU (así, por ejemplo, LU es o se puede definir como «lubidulia»)
• la inserción: la partícula "pronominal" LU se integra a otras piezas léxicas, conformando una nueva palabra (por ejemplo, «enLUcielabisma»)

Asimismo, el lector está obligado a fragmentar, disociar y reconstruir, como en un rompecabezas, las integraciones y asociaciones que el yo lírico ha realizado. Esto implica:
• aplicar reglas morfológicas que reconozcan temas, afijos, etc., y los recombine en función de los nuevos sentidos ( por ejemplo, «enlucielabisma» podría ser descompuesto: en-, prefijo que se utiliza para indicar algo así como 'repliegue sobre sí mismo'; LU, la inserción pronominal; ciela podría ser considerada la base léxica; abisma podría ser o bien otra base léxica en composición, o bien un sufijo verbal que indica tercera persona, en cuyo caso interpretaríamos la palabra total como parasintética; en cualquiera de los dos casos, el lector debió deconstruir, a partir de los fragmentos léxicos, un sentido parecido a 'LU repliega en el cielo abismado' al yo lírico)
• reconocer nuevos sentidos léxicos en el lexicon de esta poesía, a partir de lo anterior o de las piezas léxicas que se determinan mutuamente (como en el caso de «golocidalove», en donde sería posible establecer, por un lado, una especie de apócope de golosina, unido a un particular tipo de aféresis de homicida (o quizás golo + sufijo -cida) y la evidente love inglesa: dulzura muerte y amor)
• interpretar los eventos, es decir, los estados, acciones y procesos (verbales) que determinan la estructura temático-argumentativas de las oraciones (los verbos, formados por los procedimientos anteriores y cuyo
agente es LU, afectan al yo lírico, sea como beneficiario o como paciente) En este caso, queda sin poder ser reconstruido qué es lo que «nirvana», en tanto «el suyo» es el agente de este evento, cuya referencia masculina no puede ser repuesta anafóricamente, aunque puede ser interpretado como "un algo de ella". No obstante, y dado que el suyo me nirvana con, es decir, la enumeración indica los instrumentos, entre los cuales se cuenta sus decúbitos, y dado que "decúbito" es una posición corporal, bien podría interpretarse que el suyo es su cuerpo, o quizás cierta parte de él.

Amén de lo anterior, toda la poesía articula erotismo y amor, en un juego en el cual la combinación de versos largos y cortos, y las connotaciones erótico-sexuales (venusafrodea, semen, etc.) van provocando una especie de vaivén, de espasmos que, desde esta perspectiva, asumen en la forma de la poesía, los contenidos erótico-amatorios que ella misma construye.


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Mi Lumía
Oliverio Girondo


Mi LU
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía.

(De: En la masmédula, 1954)

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