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jueves, 2 de octubre de 2008

Muchas veces, se considera que en el pasaje de un texto literario a un filme sólo operan modificaciones de forma, que tienen que ver con las especificidades discursivas de uno u otro lenguaje • En este trabajo analizaremos las transformaciones operadas en el cuento “El perjurio de la nieve”, de Adolfo Bioy Casares, en el cual se basó la película “El crimen de Oribe”, dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, e intentaremos demostrar que estas transformaciones se relacionan no tanto con las restricciones del lenguaje cinematográfico en sí, sino en las condiciones de recepción de uno y otro discurso, en particular restricciones genéricas.


Ubiquémonos en los ’40, por un instante, y participemos de ese público de clase media incipiente que accedía al, sin lugar a dudas, masivo y espectacular cinematógrafo, a ver una nueva cinta. Supongamos, además, que seríamos parte –dentro de ese público– de un segmento interno: aquél que lee, y lee autores argentinos “jóvenes”. Supongámonos además asiduos de Sur, y conocedores privilegiados de géneros nuevos para otros: el policial, el fantástico; nuevos en la medida que están cobrando impulso de la mano de noveles escritores: Borges, Bioy. Este último nos concedió cierta emoción de literatura propia, con La invención de Morel, y eso nos llevó a seguir sus libros, y por esta razón nos hemos deleitado con la lectura de El perjurio de la nieve . Estamos en 1950 y vamos al cine: Torre Nilsson y El crimen de Oribe . Entramos esperando dilucidar cómo hace este director para filmar semejante cuento. Salimos desilusionados y volvemos a nuestro actual presente.

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